Laura Álvaro

Cariátide

Laura Álvaro

Profesora


Día Internacional de la Juventud en Soria

17/08/2019

Este lunes ‘celebrábamos’ el Día Internacional de la Juventud. Lo entrecomillo porque no sé si para nuestra provincia es una efeméride a festejar o más bien un motivo de duelo. Y es que si nos remitimos a la pirámide poblacional de Soria, es más que evidente el déficit de juventud que experimenta. Ello, unido al hecho de que el índice de emigración se sitúa en un 52 por ciento en la actualidad, la radiografía local no es precisamente motivo de alegría. Más allá de los números, es momento de plantearnos por qué los y las jóvenes abandonan su tierra. A bote pronto, parece obvio que las causas son, principalmente, motivos educativos y laborales. Pero, ¿no hay también alguna razón ideológica más allá de lo puramente pragmático? Revisando alguno de los vídeos que la plataforma Soria ¡ya! ha compartido en sus redes sociales en relación a la reunión que mantuvo con Pedro Sánchez, uno de los pilares fundamentales que proponían como parte del Pacto de Estado contra la despoblación es “un empoderamiento y un cambio de imagen del medio rural”. Es clarividente que esta postura se haya planteado en tan altas esferas, porque dice mucho sobre los motivos de la España Vaciada. Y es que no es solo dotar de medios a un entorno que ha estado históricamente relegado a un segundo plano. Es que esta discriminación ha calado en los pensamientos y las creencias de la población, llegando a desprestigiar lo que no es una gran urbe.En mi humilde opinión, y como soriana que vive y disfruta de su tierra, las administraciones municipales y provinciales están haciendo un buen trabajo en eso de empoderarnos. A día de hoy, la oferta cultural y de ocio se ha incrementado significativamente con respecto a hace una década. Especialmente en verano, la agenda está cargada de actividades que hacen las delicias de locales y foráneos. Residir en una ciudad como la nuestra, siempre y cuando tengas resuelto el tema laboral, es calidad de vida; son muchos los pros (tamaño, cercanía, un entorno casi familiar, etc.). No obstante, la tendencia de sobrevalorar lo urbano es algo que todavía requiere de tiempo para lograr un cambio significativo, más si cabe entre los y las jóvenes.Con respecto al tema de la despoblación, no es la primera vez que escucho el argumento del ‘carácter soriano’ como motivo principal; y es que el mantra de “tenemos lo que nos merecemos” forma parte del imaginario colectivo local. Esa forma de ser, castellana y distante, que huye de los cambios y no pasa por el aro de la innovación. Una parte de la sociedad de nuestra provincia que, lejos de proponer soluciones, se resigna con lo que nos ha tocado. Esto también requiere un cambio de imagen para poder avanzar.  Sea como fuere, ahora en verano, con nuestros pueblos llenos de vida, de gritos infantiles y sorianos de la diáspora, todo parece doler menos; pero a la vuelta de la esquina nos espera el invierno, en el que una vez más nos volvemos a quedar solos, en el que decir de nuevo adiós a la juventud que retoman sus rutinas, lejos de sus raíces. Por fortuna, cada vez contamos con más sorianos y sorianas que creen que otra realidad es posible, y que la España Vaciada puede volver a llenarse, que esta tendencia puede reinterpretarse y que lo rural volverá a ser lo suficientemente atractivo para llenar las calles de nuestros pueblos, otrora prósperas y bulliciosas.