A esta fecha, en relación con Soria, su futuro y la parte que le compete, que no es poca al Gobierno de España, sólo hay una pregunta que se debe hacer a la primera autoridad del país, o sea a Pedro Sánchez; ¿Qué le impide aprobar, de una puñetera vez un decreto, o proponer una ley, si tal cosa hiciera falta, donde se establezca la fiscalidad diferenciada para las tres provincias, Soria, Cuenca y Teruel, a las que afectan la resoluciones de la Unión Europea que lo autorizan? Supongo que esta pregunta ya está planteada en sede parlamentaria. Quizá el diputado de Teruel Existe haya pedido turno para hacerla en el exiguo espacio que le permite el Grupo Mixto al que pertenece. En su defecto corresponde a los parlamentarios que hemos votado en Soria hacer lo que proceda. Imagino que Tomás Cabezón, desde el PP tiene más fácil la reivindicación pero sería un detalle que Javier Antón, del PSOE, pusiera a prueba su sorianidad aunque el gesto complique su presencia en 'la foto', por moverse más de lo recomendable.
Por lo que a Sánchez se refiere, no estaría de más que, con su gallada impostura, se autoinvitara a la Feria Presura o cualquier otro evento similar y con la pompa y circunstancia que requiere la ocasión y por supuesto con amplia convocatoria a los medios informativos, anunciara la adopción de esa medida tributaria, tan amplia como permita Europa para que la afición lo saque a hombros tras un cerrado aplauso de diez minutos. Pero, como decía mi abuelo, el Tío Mariano de Fuentepinilla, una cosa es predicar y otra dar trigo.
No debería temer cornadas el diestro monclovita, la rebaja en las gabelas a los empresarios que se instalen aquí, es el chocolate del loro, en las cuentas del Estado, pero a las tres provincias afectadas nos puede hacer un buen apaño. Eso sí, vista la trayectoria de este gobierno y su vulnerabilidad al chantaje de ciertos territorios, no me extrañaría que nos vendiera por un puñado de votos parlamentarios, lo cual me lleva de nuevo al planteamiento que ya hiciera en mi anterior artículo, ¿No se están dando cada vez más argumentos a las opciones nacionalistas, regionalistas e incluso provincianas para que lleven al Congreso a hombres y mujeres que defiendan los intereses que sus actuales representantes ignoran, para no incomodar a su partido? El paso por la Diputación, inútil por otra parte, de una moción que insta al Gobierno a que aplique la manida fiscalidad diferenciada, sólo ha servido para confirmar estas tesis. Sólo por interés dilatorio, tendente a la extinción, se puede plantear una normativa diferenciada para según qué empresas. Al PSOE le pasará factura su servil abstención. Al tiempo.