Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


El cero

12/02/2021

Me encanta el cero. Es un número mágico. Si está situado a la derecha de un número entero se multiplica por diez su valor, pero colocado a la izquierda, no vale nada. Es lo mismo que les ocurre a muchas personas que según al lado de quién se ubiquen lucen como bombillas de Navidad o se vuelven invisibles. El cero, de manera individual, ni resta ni suma; pero si multiplica se convierte en elemento absorbente, vamos que cualquier número (por grande que sea) multiplicado por cero es cero. ¿No es mágico? En resumen: el cero no suma, no resta; pero absorbe. Reflexiono sobre este prodigio matemático, mágico, y enseguida me vienen a la cabeza varias personas que, como el cero, según donde se coloquen; multiplican o no valen nada o absorben. Por ejemplo, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, es el cero a la izquierda de su vicepresidente, Francisco Igea, el doctor. A su vez, Igea colocado siempre a la derecha de su presidente, se multiplica por diez y, cada vez con más frecuencia, rompe la regla matemática del cero y se multiplica por infinito. Se cree Dios cuando realmente es un triste cero. Por separado, ambos son un cero como un rosco (así decían los profesores de mi época, te voy a poner un cero como un rosco) o como una rueda de tractor; aunque la rueda es quizá el invento más importante de la humanidad después del cero. Dos conceptos tan semejantes, tan redondos ellos y tan determinantes para la evolución. Por tanto, dejaremos solo la metáfora del cero para estos dos ‘elementos’ (como individuos cuestionables no como términos matemáticos), porque no son capaces de ofrecer las utilidades básicas de la rueda: facilitar el movimiento y desplazamiento de objetos. Ellos prohíben, con todavía no sé qué criterios sanitarios, el movimiento y desplazamiento libre de personas. Con sus protocolos, que lo mismo se basan en salvar la Navidad como en salvar vidas humanas (y se quedan tan anchos), consiguen, como la rueda, el movimiento y desplazamiento de la Covid a sus anchas. 
Mañueco e Igea, Igea y Mañueco (porque el orden no altera el producto ni siquiera con estos dos ceros), demuestran que cuando se suman dos ceros, el resultado no varía. Por lo que, sin tener bola de cristal, basándonos en el rigor matemático; me temo que nos espera más de lo mismo en la gestión de la Covid por parte de estos dos ‘elementos’, aunque las cifras no mejoren (por mucho que se empeñen en asegurar que mejoran). Seguiremos secuestrados en nuestras provincias, sin poder movernos ni siquiera al bar del barrio a tomar un café. El recorte de las libertades en los próximos meses, aun encomendándonos a Pfizer, Moderna, AstroZeneca y el Tribunal Supremo; será proporcional al mismo que en la actualidad nos imponen desde Valladolid estos dos ceros.