Es esperanzador que el Gobierno de España haya tomado la decisión de instalar en Soria el Centro de Proceso de Datos de la Seguridad Social. Y además, me encanta que la idea partiera de un joven soriano que la brindó a su tierra y que ahora podrá verla hecha realidad. Me gusta más este sentimiento sorianista que el emocionarse hablando de nuestras fiestas. Y eso que poco o nada hacemos desde la provincia por nuestros jóvenes estudiantes que, si bien son privilegiados que pueden salir a estudiar a otras ciudades, nada positivo hacemos por ellos y por tanto nada podemos exigirles. Y es que a veces tengo la impresión ingrata de que los sorianos esperamos el ‘maná’ que alguien nos enviará desde un cielo. No acometemos los problemas con la visión de que nosotros debemos ser parte de la solución. Esa impresión a la que me refiero me dice que nos hemos acostumbrado a la política de subvenciones y que la excusa del maltrato de gobiernos pasados es buena para mirarnos el ombligo, quejarnos y esperar las próximas fiestas de San Juan.
Aunque es verdad que nuestra tierra no ha sido bien tratada por los gobernantes (con honrosas excepciones), no nos debe servir esto para agachar la cabeza, sino para, en un acto de rebeldía, empezar a gestionar nuestros recursos. Porque nuestra supervivencia como territorio nos va en ello, el camino para atravesar el túnel lo debemos hacer nosotros. A menudo por mi profesión veo como los municipios no usan ni optimizan sus recursos aunque sí trabajan muy bien los Boletines Oficiales donde se publican las subvenciones. Y no nos podemos permitir el lujo de dejar pasar ni una sola oportunidad.
Para concluir este mea culpa que entono hoy como soriano, me falta decir que echo en falta ideas que nos saquen del abismo y desorden territorial. Soluciones ingeniosas. Ideas novedosas y con fuerza, como la de este joven soriano que desde la distancia ha sido capaz de encender una luz al final del túnel.