Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


El delator

03/05/2019

En política, se necesita mantener unos conceptos claros: estrategia, tiempo, realismo y pedagogía. Sin estas básicas ideas, todos nuestros actos son como lágrimas en la lluvia. Tener razón o poder es irrelevante ya que si se desprecia esta hoja de ruta, el fracaso está garantizado. Estos simples consejos son útiles en política interior pero en diplomacia son indispensables.

Estados Unidos ha dejado claro que considera a Irán un peligro existencial y para frenar su programa nuclear está imponiendo un bloqueo económico a sus exportaciones de crudo. Para obtener el éxito en dicha tarea, ha amenazado a cualquier empresa que mantenga relaciones con ellos con sanciones económicas y legales; el resultado sería un aislamiento de facto del mercado estadounidense.

Su ejecución ha creado un resentimiento en los aliados creciente y el problema se agrava al desaparecer la moratoria que beneficiaba a ocho países; entre ellos, China, la India y Turquía. El castigo económico lógicamente lo está sufriendo Irán, pero el impacto para la economía mundial empieza a ser considerable. La retirada del mercado de uno de los mayores productores de crudo dificulta el abastecimiento y encarece el precio al unirse a la implosión venezolana o la inestabilidad libia. Y para los países en vías de desarrollo la factura energética tiene un peso desproporcionado en su riqueza.

El fracking ha transformado a Estados Unidos de un país importador de petróleo al mayor productor del mundo y en el 2.020 la balanza exterior será neta. Este vuelco genera unas lógicas suspicacias sobre la honestidad de las sanciones y el nulo coste político. Tampoco ayuda que se argumente sobre el pretendido peligro de la amenaza iraní cuando Donald Trump está forzando la salida de su ejército de Siria, sigue desaparecido en Irak y ha dejado sola a Arabia Saudita con el asesinato de Jamal Khashoggi. Este crimen horrible ha sido la oportunidad esperada por Rusia para estrechar lazos con un histórico aliado americano. En política exterior los escrúpulos pueden salir muy caros.

Estados Unidos no ha convencido a sus aliados de la bondad de las sanciones, ya sea por codicia europea o legítimas dudas. El daño lo soportan empresas privadas de su libertad por un gobierno extranjero, mientras que las americanas exportan más crudo. El compromiso militar americano en la zona disminuye y dicho vacío lo ocuparán Turquía, Rusia y China. Ningún acto político es duradero sin una estrategia clara y un apoyo amplio. Nadie es poderoso en soledad.