José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


Soy raro...por lo visto

28/04/2019

A la vista de la unanimidad de casi todo el mundo sobre el funcionamiento de las estrategias electorales o electoralistas, según se mire, empiezo a pensar que soy un tipo raro, entendiendo por tal aquel que se sale de los cánones mayoritarios de comportamiento de la sociedad en la que vive.
Digo esto porque, apenas hace un par de días me enzarcé en un debate, probablemente estéril, sobre las presuntas intenciones espurias del Equipo de Gobierno del ayuntamiento de la capital, con el otorgamiento de honores y distinciones a entidades y personas. Ya saben, Soria ya, la Banda Municipal, el Centro Excursionista Soriano y La profesora Molina Ibáñez. Dicen los concejales de Soria en Común que se trata de electoralismo puro y duro. Les pregunto si de verdad creen que por darle la medalla de Oro de la Ciudad a cualquiera de ellos se supone que algunos ciudadanos van a cambiar su voto. Y me aseguran que sí. Lo comento con mis compañeros de profesión y piensan lo mismo que los ediles. Primer síntoma de mi rareza. Pero la cosa se agrava con otro más que tiene que ver con la inclusión en las candidaturas de deportistas de élite. Defiendo con vehemencia que correr más rápido o saltar más alto no es un activo relevante para cualquiera que quiera ser concejal, o diputado y me mira el personal como si estuvieran  tratando con un cavernícola, o lo que es peor, uno de esos palurdos sorianos sin danzas ni canciones que refería Antonio Machado.
Reflexionando sobre el asunto llego a admitir que los que deciden las candidaturas tienen el convencimiento de que estos nombres tienen tirón. Veremos que hace Pepu Hernández en el ayuntamiento de Madrid, o Manu Salvador y Estela Navascues en el de Soria. No dudo que tengan capacidades pero es obvio que esa no es la razón por las que se incorporan a la candidatura. Es el brillo de su nombre, de sus títulos y la simpatía generalizada que despierta su presencia en cualquier lugar al que acudan. Son nuestros héroes locales que, supongo, no caen en la cuenta de que, cuando se significan políticamente, pierden el afecto de parte de la población.
Nada más lejos de mi intención que socavan el derecho de cualquiera a optar a un cargo  y más si es por elección popular, pero me preocupa que los partidos hagan utilización de su imagen en beneficio de sus siglas. Con todo, lo que me produce una cierta angustia sería tener que aceptar que hay quien decide su voto, por esta cuestión o la ya citada de que se otorgue una medalla de honor a fulano o a mengano. No dice mucho a favor de nuestra capacidad de usar con conocimiento y criterio el derecho al voto. Soy raro...por lo visto, y lo asumo.