Es el título de una novela de David Trueba sobre una campaña electoral vista desde dentro, desde las cloacas del partido. El jefe de prensa de la candidata es Basilio, un periodista experimentado, cínico y borracho con tantos contactos en las altas esferas como en los bajos fondos. Él llama a los votantes «mis queridos niños» porque su trabajo consiste en darles «caprichos», o sea, en que escuchen justo lo que quieren oir de boca de los políticos: un cuento de hadas con final feliz en el que todos los problemas quedan resueltos gracias a lo buenos y lo listos que son los que concurren a los comicios. «Podías prometer lo que se te antojara, ?dice Basilio. Lo que se promete en campaña nadie se lo toma en serio».Pues claro que no. Por poner algún ejemplo, el PP lleva prometiendo plena cobertura de Internet en el medio rural desde 2005,? «100% de megas en el 100% de municipios»- dice Mañueco lo mismo que, antes, Herrera. Y Tudanca anuncia la jornada laboral de 35 horas para los empleados públicos si llega a ser presidente,una medida que ya podrían haber implantado los socialistas en los sitios donde gobiernan. Desde Madrid, llegan refuerzos: el Consejo de Ministros promete 10.000 millones de euros para luchar contra la despoblación y otros 1.000, de los Fondos Europeos,para el sector agroalimentario. ¡Qué oportuno!
O lo que pasó, hace unos días, en un mitin del PP en Golmayo. Muchos vecinos llevan años protestando por la contaminación producida por Losán que afecta, sobre todo, a los más de 2.000 habitantes de Camaretas. El alcalde hacía meses que ni contestaba a los comentarios ni a las reclamaciones vecinales. De pronto,se convocan elecciones y, en un mitin, ?¡maravilla de maravillas,como por arte de magia!? el alcalde dice que Losçan va a invertir tres millones de euros nada menos en hacer desaparecer su propia porquería ; que es justamente lo que los queridos niños de Golmayo estaban deseando escuchar. Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.