Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


Soria para vivir

14/04/2023

He visto un camión de Molinero serigrafiado con la frase 'Una ciudad para vivir' sobre una maravillosa fotografía en la que puede verse, al fondo, el Pico Frentes y, en primer plano, una vista panorámica de Soria. Es una foto de Valentín Guisande, él siempre hace fotos maravillosas. En el camión también se leía, con letras rojas, bien grandes, 'Soria', junto a un mapa de España del mismo color que muestra, a la altura de nuestra provincia, un corazón blanco. Divino. Me ha encantado. Esta serigrafía forma parte de la campaña del Ayuntamiento de la capital, 'Soria para vivir'. Un proyecto que, según explicó el alcalde soriano, busca el nexo entre una ciudad para invertir y una ciudad con calidad de vida. La oferta de servicios que hace de Soria una ciudad para vivir se verá incrementada en un corto plazo de tiempo. El municipio tendrá otro polideportivo y lo tendrá a coste cero, porque la financiación será asumida por el Gobierno a través de fondos Next. Se construirá junto al Centro de Procesamiento de Datos y se podrá usar de forma conjunta, compaginando horarios, por las personas usuarias del Centro de Protección Internacional. Tres proyectos, polideportivo, Centro de Procesamiento de Datos y Centro de Protección Internacional que constatan que Soria es «Una ciudad para vivir». 
Y mientras unas iniciativas salen adelante para hacer nuestra vida más agradable y para enriquecer el municipio, otras se quedan atascadas, como el Aeroparque Tecnológico Industrial, (ATI). Según su coordinador, José Antonio de Miguel, está bloqueado porque hay una mano negra. Una explicación muy racional que me hace recordar a mi tocaya, la bruja Lola, y sus dos velas negras. Lo de echar balones fuera en vez de asumir responsabilidades es muy rentable. Lo cierto es que ahí tenemos, cuatro años después, el ATI que el Vicepresidente de la Diputación nos presentó a bombo y platillo y que se ha quedado en agua de Hércules, es decir, en cuatro Hércules estacionados en el aeródromo de Garray y 40 hectáreas de pinar menos cortadas a matarrasa. La pista no se ha ampliado, porque es necesario someter el proyecto a estudio de impacto ambiental. Dos veces lo ha devuelto la Agencia Estatal de Seguridad Aérea para que lo corrijan, lo que demuestra la calidad del proyecto. Ahora, por fin, a la tercera va la vencida y AESA lo ha remitido al Miteco para su resolución. Entre tanto, Airpull, la empresa que gestiona las instalaciones, se llevó la Escuela Internacional de Vuelo Acrobático a otro de sus aeródromos, porque era tan molesto que hasta espantaba a los caballos de las cuadras cercanas. En cuanto a la escuela de pilotos, se quedó sin alumnos, porque no ofrecía precios competitivos y apenas tenía matrícula. Una legislatura entera para desarrollar un macroproyecto que se resume en dos conclusiones: cuatro Hércules estacionados y una duda, ¿qué fue de Layonair?