Alfredo Vallejo

Alfredo Vallejo


Reflexiono en silencio

14/05/2022

La vejez me ha hecho más silencioso, más pausado. Me esfuerzo en no condenar. Todos nos parecemos demasiado. La pandemia que nos advierte que el hombre es frágil, a pesar de su enorme poder. Tal vez sobre todo por ello.
Podemos demasiado; somos demasiados; nuestro modelo de desarrollo se basa en el exceso; en un exceso exponencial que nos esquilma el alma y el Planeta. Que determina todo, hábitos, costumbres, placeres…, locuras. Que da miedo; que por primera vez el ser humano empieza a sentir que el gran apocalipsis galopa en sus genes y en sus excesos.
Somos parte del gran ecosistema que constituye la realidad entera. Y hoy sabemos mucho, que todo es holístico, que los ecosistemas son equilibrio, que el equilibrio nunca es estático; que "las bayonetas sirven para todo menos para sentarse sobre ellas". Que cuando en un ecosistema una pieza se magnifica en exceso, el ecosistema mismo intentará corregir ese exceso. Que los ecosistemas no tienen corazón, ni misericordia, ni miramiento alguno. Que sólo están regidos por 'hado' y por las matemáticas, si es que están regidos por algo.
En la mitología griega aparece una enigmática diosa primitiva y siempre un tanto desconocida, Ananké,  (los romanos la llamaron necesidad), que a la postre siempre salvaba a los hombres en última (ultimísima) instancia de sucumbir.
La necesidad nos ha espoleado a conseguir vacunas en tiempo récor. Pero, ¿nos podrá ayudar para cambiarnos a nosotros mismos y así sobrevivir? 
Lo que estamos viviendo es una advertencia a todos y por todos; si no cambiamos, el ecosistema global nos eliminará.

ARCHIVADO EN: Pandemia, Matemáticas, Vacuna