Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Envidia de Italia

28/04/2021

Italia cuenta con un jefe de gobierno que en menos de tres meses de mandato ha conseguido que la Unión Europea apruebe el fondo de recuperación que le permitirá salir del hoyo económico en el que se encuentran los países europeos, entre ellos España.

Mario Draghi puso a su equipo a trabajar sin límite de horas en el plan de recuperación, descolgó el teléfono todo lo que hizo falta y más, para hablar con Berlín, sede del Banco Central Europeo –que él dirigió- y con Bruselas, donde están todos los que mandan en la UE. También habló con Merkel y Macron, los dos personajes más poderosos de la nueva Europa. Cerró la cifra destinada a créditos europeos y la que se asignaría al capítulo de deuda, y consiguió sumar a las cantidades previstas 30 mil millones más aportados por la propia Italia.

Son muchos los motivos para que Italia y su primer ministro provoquen envidia. Por ejemplo, la defensa de Mario Draghi de su país, cuando espetó a las autoridades comunitarias “debéis respetar a Italia”, recordando su seriedad ante los compromisos adquiridos. Draghi ha conseguido que las personas más poderosas de la Unión Europea se hayan tomado en serio el plan de recuperación de una Italia que ha sufrido con una virulencia superior a la media las consecuencias del corona virus, que ha sufrido también importantes vaivenes políticos, que se ha visto obligada en los últimos años a que su presidente recurriera a figuras no electas para formar gobierno. Golpeada por la crisis turística e industrial, golpeada por una imagen en la que con frecuencia se la ha presentado como un país con dirigentes políticos y empresariales marrulleros, sin embargo la UE ha dado luz verde al proyecto de recuperación enviado por Draghi y los italianos puedan respirar tranquilos: llegarán los fondos europeos, porque su primer ministro ha elaborado un programa que recoge minuciosamente las actuaciones que va a llevar a cabo el gobierno para hacerse merecedores de esos fondos, entre los que destaca el plan de reformas estructurales, perfectamente detallado y desarrollado, con todos los datos sobre el destino de cada euro y el número de puestos de trabajo que pueden crearse.

Aquí los miembros del gobierno andan a la greña con el nivel democrático de los partidos, que por supuesto consideran que solo ellos alcanzan; envía a Bruselas un proyecto que no se ha consensuado con las fuerzas sociales ni la oposición, no se conoce hasta ahora que haya crea el comité de control de los fondos que la UE Bruselas exige, y por supuesto no contamos con un presidente capaz de gritar a Merkel, van der Leyen o Lagarde que España es un país serio que merece un respeto.

Envidia de Italia y Draghi. Es lo que sienten infinidad de españoles hartos del ridículo, sectario y pobre debate político en el que están inmersos los que debían estar trabajando para que Bruselas nos eche una mano.