José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


El problema que nadie aborda

21/02/2021

A estas alturas de la película no creo que queden ingenuos capaces de tragarse el argumento que, los gestores de la pandemia, han esgrimido de forma generalizada desde el principio. Esto es nuevo, nadie podía preverlo…ya saben, esa coartada que sirvió en marzo del año pasado y que contó con la aceptación condescendiente de la ciudadanía. Yo mismo, seguía las ruedas de prensa de la consejera Verónica Casado con un sentimiento por ella entre la admiración y la lástima. Me preguntaba si habría alguien con un par, que se atreviera a sustituirla en el caso de que, superada por los acontecimientos, presentara su dimisión al presidente Mañueco. Pasado casi un año, con muchísimo avanzado en la lucha contra esta plaga bíblica no valen ciertas justificaciones.
La propia Casado, argumentaba hace unos días que ‘no podía sacarse especialistas de la chistera’. Así contestaba a la demanda que desde Soria, entre otros sitios, llegaba a su departamento a la vista de que, con el hospital hasta los topes y la UCI por encima de ellos la nómina de estos facultativos, lejos de crecer había menguado. Lo malo de la explicación de la Mejor médico de familia del Mundo, es que tiene razón. Lo peor es que se sabía que esto iba a pasar y no consta que la Junta de Castilla y León haya aplicado medida alguna para frenar esta sangría sanitaria. Es más, es dato contrastado que, meced sobre todo a la gestión Francisco Igea, vicepresidente y valido de Mañueco, cada vez hay menos. Y la curva estadística del censo de sanitarios tiene perfiles más preocupantes que los de la pandemia en su peor momento.
No cabe pues alegar ignorancia mientras se ponen parches, se mueven médicos de acá para allá y las medidas contra el covid son una sucesión de ocurrencias, más o menos imaginativas en función del gracejo y donaire del presidente o presidenta de turno en cada autonomía. El máximo responsable del Colegio de Médicos de Soria, José Ramón Huerta, lleva lustros, ¡lustros!, anunciando lo que iba a pasar y ni gobiernos de España, ni autonómicos han sido capaces de planificar de otro modo la formación en medicina para evitar el colapso que ya se intuía y que se está evidenciando ahora, en el peor momento de la más grande crisis sanitaria que recordamos los que aún respiramos. Pero ¿saben qué es lo peor?, que ni las autoridades políticas ni las académicas se han puesto a trabajar en una solución a medio y largo plazo y les recuerdo que un especialista requiere entre ocho y diez años para su formación. Los agoreros dicen que está no es la última pandemia que vamos a sufrir. Las demás, si se cumplen las profecías, nos pillarán también con el culo al aire. Lo han de ver.