Jesús Quijano

UN MINUTO MIO

Jesús Quijano

Catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valladolid


Violencia

12/07/2021

Va siendo alarmante la frecuencia con que se producen actos de violencia que, por la forma o las circunstancias en que se producen, resultan noticiosos. Son de la más variada naturaleza: violencia de género, violencia homófoba, violencia racista o xenófoba, violencia ideológica, etc. De todo hay; cada modalidad tiene un significado, aunque ninguna tenga una justificación. Pero, casi a diario, los medios de comunicación dan cuenta de episodios violentos; unas veces son agresiones individuales, otras agresiones grupales contra una persona, otras reyertas tumultuarias, y en muchas de ellas con uso indiscriminado de armas blancas o de fuego, de manera que la nómina de heridos o muertos con tal ocasión aumenta con demasiada frecuencia.
Por mencionar hechos recientes que han causado especial conmoción, porque se saldaron con personas fallecidas en circunstancias un tanto similares, hay algunos verdaderamente escalofriantes. Me refiero a la agresión grupal al joven coruñés, que me recordó a otra ocurrida no hace mucho tiempo en León. En ambas, un grupo de jóvenes agrede a otro joven hasta causarle la muerte; de madrugada, y en los aledaños de un lugar de ocio nocturno. Seguro que en cada caso hay sus peculiaridades, pero esa coincidencia de escenarios y de personas se me hace estremecedora. Gente joven dispuesta a quitar la vida a gente joven.
Desconozco si hay estudios recientes sobre el asunto, o si hay algún diagnóstico riguroso sobre las causas, sobre la tipología y la frecuencia, sobre las formas, los momentos y los lugares. Tampoco conozco estadísticas, aunque imagino que las habrá, sobre la evolución de las manifestaciones de la violencia en estos últimos tiempos. Así que todo lo que diga es aventurado. Porque tengo la impresión de que esta pulsión de la agresividad, que llega a los extremos citados, tiene algo que ver con el crecimiento de la intransigencia como forma de conducta. No sé si me equivoco afirmando que esto se nota en el ambiente, observando reacciones de intolerancia virulenta, en todo tipo de sectores y también en gente joven. Y hay quien dice que, a su vez, tiene algo que ver con la pandemia y con sus efectos en las relaciones interpersonales. No lo sé, pero convendría darle una vuelta cuanto antes.