Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Programas

09/04/2019

Cada vez que andamos metidos de hoz y coz en campañas electorales (y llevamos ya unos cuantos siglos) me acuerdo de la famosa frase de Julio Anguita, aquella de “programa, programa, programa”. Al hombre no le valió para alcanzar las metas que pretendía, pero sí para dejar ese lema a la posteridad y que todo el mundo, años y años después, le identifique con las tres palabras de marras. ¿Y por qué me acuerdo tanto del ex líder de Izquierda Unida? Pues, porque no veo programas por ninguna parte. Cierto que es ahora cuando los distintos partidos hacen sus pomposas y altisonantes presentaciones programáticas, pero cierto también que han tenido tiempo suficiente para hacernos llegar propuestas claras, alternativas viables, ofertas convincentes. Y no lo han hecho. ¿Carecen de ellas o más bien han optado por la bronca, los denuestos y las descalificaciones bajo la creencia de que esto les dará más votos? Si es lo primero (no tener propuestas creíbles), que Dios nos coja confesados… aunque ya tengamos bastantes callos en el alma y una amplia experiencia en frases hueras, promesas incumplidas y discursos vacíos. Si ocurre lo segundo (lo del insulto en vez del razonamiento), que se lo hagan mirar y, como mandaba el Catecismo, “decir los pecados al confesor y propósito de la enmienda”. Y es que no es de recibo que, dados los problemas que tiene España y los que se auguran en un futuro cercano, nuestros aspirantes al Congreso, al Senado y a la Moncloa sigan enzarzados en los improperios, las líneas rojas, las palabras subidas de tono y demás lindezas lanzadas a diario contra el rival y hasta contra los posibles aliados. ¿Así vamos a alcanzar pactos beneficiosos para el país?, ¿así, tirando cuchilladas a la yugular del adversario, se pueden formar gobiernos fuertes, sensatos e imaginativos?, ¿así, sin debatir de Economía, sin proponer soluciones, se puede garantizar un mañana mejor, un porvenir optimista? ¡Programa, programa, programa! Y si alguno no lo tiene, que las urnas le pasen factura. Y con IVA.