Carmen Hernández

Carmen Hernández

Periodista


Las luces de las hadas

04/12/2022

Cuentan que San Bonifacio -evangelizador de Alemania- destruyó, con un hacha, un árbol que habían adornado los germanos para celebrar el nacimiento de Frey, dios del sol y la fertilidad. En su lugar, plantó un pino que, al ser de hoja perenne, simbolizaba el amor de Dios y, como decoración, añadió manzanas -por los pecados- y velas -por la luz de Cristo-. Como todo esto pasaba al principio del invierno, el santo cambió a Frey por el niño Jesús y el árbol de Navidad se convirtió en costumbre cristiana con sus bolas pecaminosas y sus luces salvadoras. Fue en Alemania, precisamente, donde primero se empezaron a poner velas en las ramas del abeto navideño, pegadas con cera o clavadas en las ramas. A finales del siglo XIX, las luces salieron de los árboles y empezaron a iluminar puertas ,fachadas, patios y escaparates. Ya eran bombillas eléctricas de las que había inventado Thomas Alba Edison pero tan caras que sólo podían utilizarlas los ricos,algunas empresas y las instituciones públicas. En Inglaterra, hicieron furor desde la primera vez que se instalaron en un edificio de Londres, el teatro Savoy, en 1882. Las llamaron fairy lights – las luces de las hadas- y con ese nombre se han quedado. La emigración a Estados Unidos y Australia llevó consigo esta costumbre que se popularizó a partir de los años treinta del siglo XX. Ya conocemos el resto de la historia: las luces de Navidad se han convertido en un evento anunciador de las fiestas y, en muchos casos, en una atracción turística de primer orden: Oxford Street, en Londres o la Ópera de Sidney son dos ejemplos clásicos. 
Pero también en España ha arraigado esta costumbre y si no que se lo pregunten a los comerciantes de Vigo que dicen que duplican las ventas desde el día del encendido navideño. O al Ayuntamiento de Madrid que ha tenido que doblar la frecuencia de los autobuses especiales que recorren las calles mejor iluminadas. Eso sí, ahora, con LED que el amor de Dios se ha
puesto carísimo.