Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


El ataque

30/06/2019

En mis 25 años de profesión nunca he sentido tanta vergüenza ajena como el miércoles, en la puerta del Palacio Provincial, media hora antes de que se constituyera la Diputación. Una veintena de personas que parecían figurantes sacados de alguna película de Berlanga, abuchearon a los diputados de PP, C,s y PPSO como repulsa hacia el pacto que unas pocas horas antes firmaron antes notario para quitarle la gobernabilidad al PSOE. Como en Soria nos conocemos todos, les podría dar nombres y apellidos. La ciudadanía no salió en masa a aclamar a Rey como presidente ni a abuchear a los pactantes. La veintena, protegida en la poca sombra que ofrecía la portada de San Juan de Rabanera, estaba formada por militantes socialistas y sindicalistas afines. 
Un partido que se define progresista y demócrata no puede alentar a este tipo de manifestaciones organizadas e impulsadas desde las redes sociales para después querer  aparentar una falsa espontaneidad. Las diez letras de la democracia que mastican las bocas socialistas, no es eso. Lecciones de democracia en la escalinata del Palacio. Qué lecciones de democracia puede dar un partido que hace quince días ha firmado un pacto con el PP, ideológicamente opuesto, para quitar el sillón de alcaldía al candidato más votado. Qué lecciones puede dar cuando dividen la legislatura en dos años para cada uno. 
Se quejaban de imposiciones madrileñas. Como si hace cuatro años el apoyo de Cs, el mismo que ahora se les ha negado, no hubiera venido de Madrid. Como si los socialistas se fueran a oponer a cualquier directriz de su Pedro del alma. Disciplina de partido. ¡Madre de mi vida! Cuántas veces han argumentado con esa composición lingüística y demagógica todos y cada uno de los partidos. No puede ser que los argumentos que un día valen, al otro no sirvan. Cuando interesa, se acogen a la disciplina de partido y cuando no, es una imposición. 
Es una clara estrategia. Defenderse con un ataque. Como en el ajedrez. Seguramente si comparamos el número de las jugadas dedicadas al ataque y a la táctica con aquellas destinadas a la defensa, nos encontremos con un desequilibrio monumental a favor de los primeros. Todos preferimos atacar a defendernos e incluso, el ataque, en muchas ocasiones es una de las mejores formas de defenderse. En el PSOE se dieron cuenta a última hora de lo mal que habían negociado y salieron desbocados con un espíritu victimista desmedido y el dedo acusador estirado. ¡Al ataque! En el juego democrático hay que asumir que las cosas no siempre salen como se espera y que no pasa nada. En la vida hay que equivocarse con dignidad, reconocerlo y aprender. Que la vida es eso, aprender y continuar. Y no pasa nada.