Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Conjeturas y especulaciones

14/12/2019

Cómo no se sabe nada, o muy poco, del transcurso de las reuniones entre las delegaciones del PSOE y de ERC para lograr la investidura de Pedro Sánchez, el terreno está abonado para que se puedan realizar todo tipo de elucubraciones sobre las condiciones para el acuerdo, que tendría como punto de partida la hipótesis de que la ambición de Pedro Sánchez le llevará a realizar todo tipo de cesiones para seguir ocupando La Moncloa.  

De nada sirve que el propio Sánchez haya manifestado que el pacto que se alcance con ERC, que se supone que irá más allá de la investidura y que garantizará la gobernabilidad al menos durante un par de años, , se realizará con luz y taquígrafos, se harán públicos y por supuesto estarán dentro del marco constitucional. Compromiso que ha contraído Sánchez desde que afirmaba que la solución del expediente catalán se realizaría bajo los criterios de “diálogo y ley”, entendiendo por ley Constitución y Estatuto de autonomía. Pero en determinados medios parece ponerse en cuestión que vaya a ser así y se da por hecho que Sánchez traspasará todas las líneas rojas posibles y que pondrá la nación en almoneda.  Sí, en efecto, el PSOE y Sánchez no publicaran los acuerdos alcanzados, con la cesiones que supondrán por cada parte, habría que dar la razón a aquellos que acusan al presidente del Gobierno en funciones de mentir, una vez que está acreditado que tiene facilidad para cambiar de opinión, como con el insomnio con Podemos.

Una presunción más es que el próximo Gobierno, si llega a constituirse, puede tener la tentación de realizar reformas de calado de forma unilateral, mientras se obvia que solo serán posibles si previamente existe un acuerdo con el PP para conseguir las mayorías que lo permitan. Entonces quedará también de manifiesto la voluntad sincera de los conservadores por alcanzar los pactos de Estado que proponen, producto de una negociación en la que todos salgan satisfechos y frustrados a partes iguales.  

Otra de las conjeturas habituales es la de la capacidad de que el Gobierno de progreso pueda llevar a cabo su programa político dado los 155 escaños con los que cuenta, más el apoyo decidido de partidos regionalistas y nacionalistas. Mariano Rajoy hace dos legislaturas tampoco contaba con mayoría absoluta y no solo gobernó sino que obstruyó la labor de la oposición mediante el control de la Mesa del Congreso, o con el ardid de que todas sus propuestas suponían un aumento presupuestario y no se podían tomar en consideración. Pedro Sánchez, como en su día Rodríguez Zapatero durante su primera legislatura puede llevar a las Cortes propuestas e iniciativas de carácter social que conciten apoyos transversales.

Donde las hipótesis se traducen en posibles amenazas es en el aspecto económico, con advertencias sobre los males que puede sufrir la economía en manos de un gobierno ‘populista’ que suba impuestos y trate de rebajar las facturas de los ciudadanos, a pesar de la garantía de que la vicepresidenta económica será la ortodoxa Nadia Calviño –como lo fue Pedro Solbes- y de que pueden seguir ministros socialistas de acreditada solvencia, mientras desde Unidas Podemos se reconoce que ´no podrán cumplir todas sus pretensiones. Y a este partido es al que más interesa que la legislatura perdure y sea positiva para los ciudadanos.