Con esta pancarta y el aderezo de cánticos como «León con su alcalde» y «el alcalde de León se merece un achuchón» recibieron al alcalde de León, José Antonio Díez del PSOE, los manifestantes en la plaza de San Marcelo, al finalizar el pleno municipal en el que PSOE, UPL y Podemos se unieron, casi por sorpresa, para remitir a las Cortes de Castilla y León y al Congreso de los Diputados una «moción para reclamar que se inicien los mecanismos para desarrollar el derecho a la autonomía que tiene la Región Leonesa conformada por León, Zamora y Salamanca» ya que consideran que León es la gran perjudicada por la abusiva centralización de Valladolid. Sólo PP y Ciudadanos, en un bronco debate, se opusieron a la reivindicación.
El descontento con la permanencia de León en la Comunidad de Castilla y León viene de muy atrás. Desde el principio se atribuyó a la decisión del ministro Martín Villa, en contra de ayuntamientos y diputaciones, la creación de lo que se llamó una «comunidad absolutamente artificial». Y el cabreo aumentó más aún al enterarse de lo cerca que estuvo el diputado Modesto Fraile de conseguir para Segovia una autonomía uniprovincial.
Una parte de los leoneses no se sienten integrados en la Comunidad de Castilla y León desde su origen. En 1978 se celebró una manifestación que reunió, según algunas fuentes, más de 90.000 personas bajo el lema ‘León solo’; casi 40 años de comunidad no han apagado ni los sentimientos ni los argumentos de entonces. UPL señala que «León no es nacionalista y no queremos ir a ningún sitio, pero no queremos estar con Castilla». Este sentimiento ha provocado la recuperación, como elemento identitario, de  muchas costumbres y ritos en parte olvidados, como El Filandón (reunión después de la cena para contar cuentos e historias) o El Magosto (fiesta de la hoguera y las castañas). Destaca el impulso a la lengua leonesa que, tras varios siglos relegada (se la consideraba «habla de pueblo»), renació en los siglos XX y XXI gracias a la producción de estudios y libros en lo que influyó decisivamente la creación de la ‘Cátedra de Estudios Leoneses’. En Facebook puede consultarse una página (’Frases típicas de León y sus pueblos’) en la que se ofrece vocabulario leonés. 
El sentimiento leonesista crece porque León, cuna del parlamentarismo, que ha sido reino antes que provincia, se siente ninguneada cuando dicen que Cataluña es una nación. Algunos olvidan que el escudo de España contiene los cuatro reinos históricos (Castilla, León, Aragón y Navarra) que fundaron este país. Ahora nos quieren hacer creer que no son los importantes. Las declaraciones de Miquel Iceta (secretario del PSC), las que, de vez en cuando, suelta Óscar Puente (alcalde de Valladolid), las habitualmente inoportunas declaraciones de Luis Tudanca (secretario del PSOE de Castilla y León) o las salidas de tono de José Antonio de Santiago Juárez (actual concejal del Ayuntamiento de Valladolid), añaden leña al fuego.  ¿Esto tiene alguna posibilidad de seguir adelante? Como no tengo formación jurídica y no soy tan joven como para saberlo todo, he preguntado a los expertos sobre las posibilidades legales: me he quedado más confuso aún. 
Como los grandes partidos ya han advertido que «el que se mueva no sale en la foto», veremos pocas adhesiones pero el sentimiento leonesista crecerá si la Junta de Castilla y León ignora este puñetazo en la mesa y sigue mirando para otro lado.