Sunderland es una ciudad inglesa de cerca de 180.000 habitantes cuya fábrica de automóviles propiedad de la alianza Nissan/Renault puede ser vendida porque sus propietarios no encontrarían competitivo seguir fabricando tras el Brexit. Sus “Qashqai” y “Juke” necesitarían un par de plantas competitivas. Palencia y Valladolid tendrían opciones.
Una de las mayores empresas chinas de fabricación baterías para coches tiene que  instalarse en Europa y España es candidata, en concreto El Bierzo y Extremadura, con preferencia para los bercianos, según se informa, dada su proximidad a automotrices en Galicia y Castilla y León. Estos días van a realizar visitas para aproximarse a los territorios candidatos.
La Junta de Castilla y León, en concreto sus áreas económicas y de empleo, tienen controlados los proyectos y los están monitorizando. Pero esto nunca es suficiente porque estos emprendimientos aprecian sobremanera la existencia de corrientes sociales y pronunciamientos unánimes que arropen las iniciativas. Pero no me parece a mí que ambos asuntos estén en la agenda de la cotidianidad. Ni de tirios ni de troyanos.
Unos, los políticos, inmersos en una facundia declarativa de dimes y diretes capaz de despistar al más atento. Otros, los periodistas, en tromba detrás de ellos dispuestos a categorizar cada expresión, manifiestos que durarán una hora, justo lo que tarden en contestar el primer alegato. Bla, bla, bla. “Star system”.
La bronca, la “melé”, impide concentrarnos en lo importante: dotar de inversión a provincias como las nuestras, con tanto sector primario y terciario pero tan poco secundario. Provincias precisadas de recauchutar sectores deteriorados por la crisis de la minería o la quiebra de la construcción. Reconstruyamos el discurso, prioricemos las cosas. Volvamos a ser cabales y pongamos las luces largas