Fernando González Ferreras

PREDICANDO EN EL DESIERTO

Fernando González Ferreras

Catedrático


Cinco años para el recuerdo

13/07/2021

Desde que vivo en Soria he seguido los cambios en los medios de difusión de esta provincia. He visto desaparecer cabeceras, consolidarse fusiones (no siempre para bien), cambios en el accionariado (no siempre para mal), baile de directores (no siempre con buen recuerdo), numerosos despidos (algunos sorprendentes, otros obligados) y aparición de nuevas posibilidades informativas.
Quiero destacar dos aspectos. El primero, en relación a los medios. Los periódicos ya no son el único modo de consumir información porque internet permite acceder a ella de forma más diversa e instantánea. Ha propiciado nuevos formatos y herramientas para llegar al público, pero también ha dado la oportunidad a cualquiera de elaborar y difundir sus contenidos y muchos creen poder hacerlo con impunidad. La grandeza de internet es la ausencia de censura; su miseria es que, por esa ausencia, cada uno puede publicar cualquier cosa, sea veraz a no.
El segundo está en relación con los periodistas. Los avances digitales han modificado los hábitos sociales en el consumo de información y esto ha cambiado la forma de producirla y difundirla. El problema es que los recortes de plantillas en los medios, a veces drásticos, además de devaluar la profesión (por su elevado paro), dificultan la necesaria especialización en temas específicos, impiden habitualmente investigar (sin recursos es muy difícil descubrir y seguir temas, aunque sean importantes) y recibir información de fuentes no oficiales, haciendo depender su trabajo demasiado de las notas de prensa de agencias o instituciones, obviando que su obligación va más allá de la presentación de voces contrarias, que su tarea no es presentar los dos mensajes como verdaderos, es poner en evidencia si uno de los dos es falso. No hablo de objetividad (que no creo que exista), hablo de veracidad. El buen periodista seguirá haciendo preguntas incómodas (se atribuye a George Orwell la frase de «periodismo es publicar lo que alguien no quiere que sepas, el resto es propaganda»), pateando la calle y saliendo del despacho.
Quiero terminar con un agradecimiento, una felicitación y un deseo. Mi agradecimiento es para el Grupo Promecal por la confianza que depositó en mí en 1916 al invitarme a colaborar en su proyecto. Acepté de inmediato (mi primera columna se publicó el 4 de febrero de ese año) y sigo con la misma ilusión del comienzo porque siempre he tenido libertad tanto para elegir tema como en la forma de tratarlo. Muchas gracias.
Mi felicitación se extiende a todas las personas que hacen posible la oferta informativa del grupo; todos necesitamos comunicarnos y recibir información veraz y contrastada para saber qué pasa, cómo nos afecta y cómo tomar decisiones sensatas y meditadas. El periodismo nació de la necesidad de saber qué ocurre a nuestro alrededor, es un trabajo que consiste en recoger, sintetizar, jerarquizar y publicar información relativa a la actualidad para cumplir cuatro fines fundamentales: informar, formar, entretener y persuadir (no sólo pienso en la publicidad). Y esto es lo que consiguen, de forma magistral, los trabajadores del grupo.

Mi deseo es que el grupo se mantenga en Soria muchos años. Nunca ha habido acceso a tanta información, nunca tantos han podido difundirla con tanta facilidad y nunca ha sido tan necesario un medio que la ordene y la contextualice, que investigue con claridad, concisión, corrección y todo ello de forma amena y atractiva. Necesitamos que sigáis contando lo que está sucediendo.
Estamos viviendo uno de los momentos más extraordinarios en la historia del periodismo. Hemos pasado de un escenario de altos beneficios y poca competencia en el formato impreso a un mercado global y digital. Las plataformas de televisión (telediarios atractivos y gratuitos), los periódicos y revistas digitales compiten por la atención del usuario ofreciendo información gratuita (o casi) y entretenimiento las 24 horas los 365 días.
Son años para el recuerdo. He colaborado (y en algunos aún lo hago) en Soria, Hogar y Pueblo, en el nacimiento del Diario de Soria, en el Heraldo de Soria, en la cadena Ser, en el Día de Soria y en La 8. «Lindo haberlo vivido para poderlo contar».