Cocineros del vino

Maricruz Sánchez (SPC)
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Tras los mejores caldos españoles, elevados a la cima del éxito por las guías, se esconden desconocidos genios de la enología

Cocineros del vino Foto: Ricardo Suárez

Son, en muchos casos, unos desconocidos para el gran público, aunque sus creaciones deleitan paladares más allá de las fronteras en las que se cultiva la uva con la que la que las moldean. ¿Quiénes crean los vinos españoles aupados a las cimas de las mejores guías enológicas? ¿Qué gamas elaboran? ¿Cómo logran que el fruto de la vid recorra el camino desde la viña hasta la copa, reflejando las particularidades de sus pagos? 
Bajo la premisa de responder a estas, y otras muchas preguntas vinculadas a un universo que cada día gana más adeptos, Planeta Gastro pone a disposición de los amantes de los grandes caldos nacionales Los cocineros del vino. Una obra escrita a base de tempranillo, garnacha, palomino, godello, xarel·lo y otras tantas variedades que, en manos expertas, con los suelos y climas adecuados, dan lugar a auténticas joyas. 
En las páginas de este tratado de genios creadores se dan cita enólogos de bodegas que armonizan tradición e innovación y que llevan más allá el objetivo de aunar arte y vino. Así, en contra de los que es habitual, los focos convergen por una vez sobre estos expertos, los que con cada etiqueta firman obras de arte líquido: los chefs del vino. 
En este listado figuran insignes como Francisco Hurtado de Amézaga, de Herederos del Marqués de Riscal, capaz de hacer catas de 150 añadas. O María Larrea, directora técnica de una bodega decana como CVNE. También Gonzalo Iturriaga, del emblemático Grupo Tempos Vega Sicilia. 
A ellos se suman enólogos de invención constante, como Fernando Remírez de Ganuza; los que tratan de aunar arte y vino, como Eduardo de José (Bodegas Habla); los grandes padres de esta disciplina, como Marcos Eguren (Viñedos y Bodegas Sierra Cantabria) o el maestro Mariano García (Bodegas Mauro, Garmón Continental y San Román).
Dentro del mundo del cava no podía faltar el valiosísimo testimonio de Bruno Colomer (Codorniu) y Manuel Quintana (Freixenet), como tampoco sería admisible que quedaran fuera los caldos de jerez: Antonio Flores (González Byass) y José Ignacio Lozano (Bodegas Osborne). 
En el universo de los blancos gallegos brilla el albariño de Ana Isabel Quintela Suárez (Pazo de Señoráns) y la bodega de Rafael Palacios, que comparte saga con Álvaro Palacios (Palacios Remondo), otro destacado pero en el Priorat. 
En las pequeñas bodegas brilla Daphne Glorian (Clos i Terrasses), junto al danés Peter Sisseck (Dominio de Pingus) y Benjamín Romeo (Bodega Contador), ambos con 100 puntos Parker (el estadounidense Robert Parker es el crítico vinícola más influyente del planeta). Mientras, Jesús Jiménez impulsa sus caldos Numanthia con el respaldo de un grupo internacional: LVMH 
Completan este elitista listado dos nombres, que integran el grupo de menos de 400 Mastrs of Wine del mundo: Almudena Alberca (Bodegas Palacio 1894) y Pedro Ballestetros, el único español en ostentar este título durante años.
Todos ellos son protagonistas de una revolución líquida fascinante, en la que las vanguardias dialogan con el pasado para lograr el mejor producto. Son el reflejo de un tiempo nuevo para los caldos nacionales, los artífices de un período en el que, como grandes enólogos, como cocineros del vino, han reescrito la historia de la gastronomía. 

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