La firma de Utrillo en el libro de visitas del Numantino

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El crítico y artista Miquel Utrillo dejó constancia de su visita al museo en 1928 cuando viajó por España para conocer los edificios que se reprodujeron en el Pueblo Español

La firma de Utrillo en el libro de visitas del Numantino - Foto: 1996 98 AccuSoft Inc., All rights reserved

Una vida fascinante en una firma en el libro de visitas del Museo Numantino. En la página 6 del Libro de visitas del Museo Numantino, en la parte inferior, discreta, se lee la firma de Miquel Utrillo con la fecha 12.4.28. Tras esa firma se halla una vida imprescindible para el arte del siglo XX y dos vidas más, vividas en paralelo, fascinantes.

Miquel Utrillo i Morlius nació en Barcelona el 16 de noviembre de 1862 y murió en Sitges el 20 de enero de 1934. Su padre, abogado de ideología liberal, tuvo que exiliarse, llevando a su familia con él, a París. Al regreso a España en 1868, el hijo de quien aquí se trata, cursó sus estudios de Bachillerato e inicio la carrera de Ingeniería, que concluyó en París a partir de 1880. Vivió entonces el París bohemio.

Regresó a Barcelona en 1887 y en 1888 trabajó preparando algunos trabajos para la Exposición Universal de París de 1889. El ambiente efervescente de París  le mostró que su verdadera vocación sería el arte en múltiples facetas.

En 1889 fue enviado a París como corresponsal de La Vanguardia para cubrir la Exposición Universal, que se celebró entre el 6 de mayo y el 31 de octubre de 1889. Con sus crónicas, obtuvo un cierto reconocimiento también como crítico. Convivió entonces con Santiago Rusiñol y el escultor Enric Clarasó, a quienes ya conocía  por la Asociación Catalana de Excursiones de Barcelona, así como con Ignacio Zuluaga, Isidre Nonell o Josep Maria Sert.

En aquel ambiente artístico y animado por estos amigos relegó su profesión y se inició en el teatro de sombras chinescas en el Théâtre des Ombres Parisiennes dirigidas por Léon Ch. Marot,  junto a Steinlein, Henry Somm, Frederic Homedeu y Pere Romeu.

Se relacionó sentimentalmente con Marie Clémentine Valadon (1867–1938). Esta mujer, de vida apasionada, había sido modelo de pintores como Renoir, Toulouse Lautrec, Puvis de Chavannes… Con seguridad, es una de las figuras más apasionantes y silenciadas del París de la Belle Epoque y de la época de las vanguardias.

Su vida difícil de mujer libre la hizo superviviente. Fue hija de Madeleine Valadon, suiza, costurera, y nunca conoció a su padre. A los cinco años madre e hija se trasladaron a París, donde Marie Clementine estudió en un convento hasta los 11años. Hasta los 16 años trabajó de ayudante de molinero, vendedora de verduras, camarera, en una funeraria y como trapecista de circo hasta que una caída la separó de ese ambiente.

Su belleza y su espíritu libre la convirtieron en modelo de pintores como Toulousse Lautrec, Pierre Auguste Renoir, Berthe Morisot, Amadeo Modigliani o Edgar Degas. A los 17 años vivía plenamente el ambiente de Montmartre. Renoir, el músico Eric Satie y Miguel Utrillo fueron algunas de sus relaciones más conocidas.

A los 18 años tuvo su único hijo, Maurice. De padre desconocido, su íntimo amigo, Miguel Utrillo, le dio su apellido en 1891, surgiendo la polémica de si era hijo suyo, aunque también se sospechó de la paternidad de Renoir o Manet. Más tarde ese niño sería el reconocido y prolífico pintor Maurice Utrillo.

Tras el relativo fracaso en Chicago del espectáculo de sombras chinescas, Miquel Utrillo regresó a Barcelona en 1895. Aquí Santiago Rusiñol,  Ramón Casas y el propio Utrillo formarían el núcleo reconocible del Modernismo catalán.

Su actividad como promotor y agitador cultural, le llevó a participar en la IV Fiesta Modernista en Sitges (1897). Fundó y editó, en colaboración con Ramón Casas, las prestigiosas revistas ilustradas Pèl y Ploma (1899-1903) y Forma (1904-1907), que fueron pioneras promocionando la obra de artistas noveles, entre ellos las de Picasso joven. A él se atribuye la idea de fundar Els IV Gats,  imitación del Chat Noir parisiense, y ser el impulsor de numerosos actos culturales desarrollados en esa famosa cervecería, lugar central de reunión de los modernistas en Barcelona. Hasta 1919 ejerció la dirección artística de la Enciclopedia Espasa, realizando un ingente trabajo de recopilación de datos sobre artistas olvidados y estudios sobre arte oriental.

Fue cartelista con Ramón Casas de las sesiones de sombras chinescas de los Quatre Gats. Con Santiago  Rusiñol ilustró el libro Fulls de la Vida obra de Rusiñol. Dibujó a pluma las ilustraciones y el cartel de Oracions, el primer libro de prosa poética publicado en España y colaboró en la redacción de las revistas modernistas Luz (1897-1898) y Quatre Gats (1899). 

Entre 1910 y 1917 se encargó de la construcción del Palacio Maricel, en Sitges, por encargo del magnate norteamericano Charles Deering, seleccionando personalmente para su decoración obras de gran valor artístico. En 1924 Utrillo presentó al alcalde de Barcelona el interesante proyecto de Iberiona como  «una sección española en la que además de exponerse productos de arte suntuarios, podría verse trabajar a artesanos sirviendo de atracción y espectáculo». Iberiona sería el origen del proyecto del Pueblo Español de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929: en un recinto se recrearía la tradición arquitectónica de los distintos pueblos de España. 

El equipo de trabajo se constituiría con Francesc Folguera, Ramón Reventós y Miguel Utrillo. La recopilación de las arquitecturas españolas que serían reproducidas en el Pueblo Español, en Montjuïc, obligó a realizar cuatro viajes estrictamente programados por la geografía española. 

En el primero, en 1927, entre el 2 de septiembre y el 2 de octubre, se recorrieron varias regiones y entre ellas Castilla y León; el segundo se realizó en noviembre de1927; y el tercero en mayo de 1928. 

Más tarde fue necesario un cuarto viaje, entre abril y octubre de 1928, para realizar comprobaciones y determinar algunos aspectos. A este viaje responde la firma del Libro de Visitas del Museo Numantino. El motivo, sin duda, cerrar la selección de arquitecturas y objetos que se expondrían en Barcelona. Y también, sin duda, lo trataría con el director del Museo Numantino, BlasTaracena Aguirre. 

De Soria, se eligieron para el recinto del Pueblo Español arquitecturas de Vinuesa, El Burgo de Osma y Molinos de Duero. En la Feria Internacional de Barcelona, en el pabellón correspondiente, se expusieron una maqueta de San Baudelio y reproducciones de sus pinturas, el velo de Hixem II, objetos litúrgicos… 

 Mientras todo lo relatado se sucedía en la vida de Miquel Utrillo, en París, casualmente, Toulouse Lautrec y Degas habían podido ver las pinturas y dibujos que hacía Clémentine, quedando muy impresionados por su calidad, las líneas vivas de sus dibujos y pinturas, el atrevimiento de su temas, las formas y el color. El primero de ellos la animó a pintar ofreciéndole su ayuda. Inició así una nueva etapa en su vida que se prolongaría 24 años, hasta su muerte con 72 años, cuando con el nombre de Suzanne Valadon se convertiría en una gran pintora del siglo XX, rescatada recientemente del silencio en que quedaron las mujeres artistas de la historia.

Pinturas de bodegones, naturalezas muertas, retratos y desnudos masculinos y femeninos. Una pintora extremadamente perfeccionista que destruía pinturas o dibujos si no le satisfacían y dedicaba mucho tiempo a muchas obras. 

El hijo de Miquel Utrillo, biológico o nominal, Maurice Utrillo, alcohólico desde la adolescencia y cuya vida transcurría en las noches, fue estimulado por su madre para que pintara. Suzanne, su pareja André Utter, y Maurice fueron conocidos como la ‘trinité maudite’ por su vida excéntrica y desordenada.

Maurice Utrillo es hoy un pintor reconocido de la denominada Escuela de París, que reúne a los pintores activos en el periodo entre las dos guerras mundiales. Aunque la pintura de Maurice Utrillo parecería encuadrarse en las formas tradicionales de un realismo, la libertad en el trazado de las formas y el uso del color le incluye en la vanguardia. En la Escuela de París se incluyen pintores como Marc Chagall o Amedeo Modigliani entre sus máximos exponentes. Maurice Utrillo creó un gran número de obras que han sido más consideradas en la actualidad que en su tiempo. 

Miquel Utrillo, gran viajero, experimentador de formas culturales, crítico, artista..., era caballero de la Legión de Honor, socio de honor de la National Geographic Society de Washington y Officier d’Academie de la República Francesa. Firmó en el Libro de visitas del Museo Numantino el 12 de abril de 1928.