'Los amantes del sol', la novela perdida de Bécquer

A.P.Latorre
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La prensa decimonónica anunció su publicación incluida en la colección Biblioteca Hispanoamericana, pero finalmente no vio la luz

'Los amantes del sol', la novela perdida de Bécquer

A pesar de que se anunció en la prensa de la época la publicación en la colección Biblioteca Hispanoamericana de la novela Los amantes del sol, de Gustavo Adolfo Bécquer, la obra no llegó a ver la luz por razones desconocidas. Renovó la poesía, dominó el relato, escribió libretos de zarzuela, atinó como periodista político... pero le faltó publicar una novela. 

El soriano Jesús Rubio Jiménez, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Zaragoza y autor de Los hermanos Bécquer. Viajeros románticos por Soria, entre otros libros sobre el autor, reconoce que «más allá del título no se sabe nada de esta novela». «Hubo una iniciativa editorial a comienzos de los años 60 del siglo XIX y se creó la Biblioteca Hispanoamericana. Era muy frecuente por aquel entonces que las novelas aparecieran en este tipo de colecciones donde la palabra biblioteca es muy frecuente y lo de hispanoamericana puede tener que ver con que se buscara su proyección comercial hacia América», explica.

De esta colección se publicaron entre 1862 y 1863 algunos de los primeros títulos, como Los maldonados, del gallego Ricardo Puente Brañas, que había aparecido antes en un folletín de un periódico de Pontevedra; Historia de una venganza, de Manuel Fernández y González, uno de los autores de novelas populares más conocidos de la época; e Historia de un demente, una novela de aventuras ambientada en el siglo XVII, de Luis García Luna, uno de los mejores amigos de Bécquer. «Se anunció Los amantes del sol como una novela que estaba prácticamente terminada, pero de ella nunca más se supo», apunta Rubio Jiménez. «Tenemos el título y algún anuncio en prensa de esta colección, donde hay algún amigo suyo presente, pero no se sabe nada. Incluso se anunció también una novela de Pedro Antonio de Alarcón, titulada La madre tierra, que nunca apareció pero que su autor la cita años más tarde en un cuento», añade el especialista en Bécquer.

Lo que Jesús Rubio Jiménez entiende como «fundamental» en este tema de la novela perdida es que «la Biblioteca Hispanoamericana fue una iniciativa editorial de Marzo y Fontanet, que comenzaron a publicar algunas novelas cuyos títulos se anunciaron, pero solo una parte salieron». Cree que el proyecto no se completó porque no se acabaron las novelas o no tuvieron la acogida pública esperada por los editores y se quedaron sin recursos para continuar... En algún anuncio de prensa se habla de una novela como prácticamente acabada, pero «ya sabemos como son los mundos editoriales y en aquella época todavía mucho más... porque era todo menos planificado». Se publicaba en forma de entregas, si la novela funcionaba se continuaba y si no gustaba se acortaba y se cerraba. «Es una de las múltiples iniciativas  editoriales en las que estuvo implicado Bécquer y los editores eran cercanos a los ámbitos en los que él se movía... Pero realmente la colección no prosperó», detalla el catedrático.

pistas. Otra de las pistas que siguió Rubio Jiménez es que «Bécquer nunca habla de esta novela». «Hay una serie de proyectos de los que habló él en algún momento en algún papelillo de charla con amigos suyos, en los que sí aparece este título de novela junto a otros. Pero a día de hoy nunca se ha encontrado ningún fragmento ni entrega ni nada de nada... Es bastante raro que no se hubiera dado con algo si se hubiera publicado como libro». Si se hubiera publicado como folletín -que es lo que incluían los periódicos en la parte inferior de cuatro páginas y que era recortable para coleccionar en días, semanas o meses- lo mismo hubiera pasado. 

Rubio Jiménez siguió hace un tiempo las pistas sobre esta novela, pero no hay más datos sobre su existencia. Sobre su protector, Luis González Bravo, que guardó parte de su obra y fue presidente del Gobierno, «entra en juego después». «Ya Gustavo estaba escribiendo desde diciembre de 1961 como redactor del periódico El Contemporáneo, que apoyaba la política de los moderados, entre los que estaba González Bravo. Pero cuando éste se muestra más favorable a Bécquer es después, desde el otoño de 1964 en adelante y cuando en 1965 lo hace censor de novelas...», especifica el experto. Es  en 1968 cuando iba a prologar una edición de sus poesías, que también se ha perdido y que también se llegó a anunciar en la prensa. 

«Un original de esas poesías debió quedar entre los papeles de González Bravo, pero no se ha encontrado... Con la revolución del 68 salió de España y se dice que los domicilios de Madrid los asaltaron las turbas o que tenía más de un domicilio. Pero de esa edición no hay indicios más que los de la prensa», añade explicando que «forma parte de la dinámica literaria, que unas obras llegan a puerto y otras no». Con la revolución del 68 se frustraría la edición de las poesías y la de la novela se relaciona más con un fracaso económico editorial, «que no tuvieran los recursos suficientes para seguir editando».