La viabilidad de determinadas empresas se tambalea, los ERTE se suceden, cada vez hay más gente en paro (4.025 en octubre, un 18,4% más que en 2019) y, los que trabajan, lo hacen en un limbo de inseguridad. En un escenario laboral tan incierto, luchar por un empleo estable, bien remunerado, con opciones de conciliación y promoción claras, se ha convertido en una alternativa que cada vez más trabajadores anhelan.
El interés por ser funcionario se disparó ya antes de la pandemia y, en este nuevo contexto, se espera una avalancha de opositores, máxime tras los últimos anuncios del Gobierno: 28.055 plazas en la OPE (Oferta Pública de Empleo) de 2020 y una subida del sueldo de funcionarios del 0,9%.
«Es un buen momento, desde luego. Hay una gran oferta de plazas de oposiciones en todas las categorías y los próximos años van a seguir siendo buenos, sobre todo por el numero de vacantes que se van a ir ofertando. Hay que tener en cuenta que la mitad de los trabajadores de la administración tiene más de 52 años, con lo cual, ya se habla de que en el plazo de diez años se va a tener que cubrir un millón de plazas», aventura Eduardo Rebollar, el director de Academia Irigoyen, el único centro de la capital que se ha especializado en la preparación de oposiciones y donde han anotado un incremento de alumnado «que ronda el 500%» en los últimos dos-tres años.
Hay opciones pero, reconoce también Rebollar Irigoyen, varían de forma sustancial según la administraciones convocante. «El Estado es quien viene cumpliendo con más criterio y de forma más rigurosa. Acaba de sacar una OPE en la misma línea que viene haciendo ya desde 2017, entre 20.000 y 30.000 plazas al año. Este año es además la oferta mayor de la historia en promoción interna. Pero, según vamos bajando de administración, desciende el nivel de cumplimiento. El Ayuntamiento tiene una RPT (relación de puestos de trabajo) a medias desde 2018, una convocatoria de auxiliar y de administrativo pendiente desde 2016... es decir, el Ayuntamiento tiene que sacar una oferta. La Diputación tiene una oferta de 2018 que todavía no ha convocado. Y la Junta ya es otra historia, porque tiene muchas ofertas acumuladas desde el año 2017. Es verdad que va sacando pero tiene mucho acumulado», resume.
Aunque en teoría la ley da un plazo de tres años para convocar desde que se aprueba la oferta, recuerda también el responsable de la Academia Irigoyen que, en esta situación excepcional, el Ministerio de Función Pública ha dejado un año de ‘prórroga’. El objetivo es que los procesos selectivos aplazados por la pandemia se puedan retomar e ir desarrollando con seguridad. Desde verano ya se han ido reprogramando ya exámenes y, de hecho, el pasado fin de semana se celebraron las pruebas de acceso para la Guardia Civil. «Lo que están haciendo es habilitar más sedes en más localidades», explica el director de la academia soriana sobre algunas medidas que se están adoptando para poder mantener esos procesos masivos con garantías. «La Junta ya ha dicho que los procesos selectivos de más de 300 personas los hará en varias localidades, en lugar de en una sola. El Estado, por su parte, ha dicho ya también que va a empezar a hacer exámenes en la UNED, lo que es una ventaja para evitar desplazamientos», considera.
Por una cuestión de pura probabilidad, «siempre que hay muchas plazas aumentan las probabilidades de aprobar». Por ello, anima a aprovechar esta tesitura para «prepararse bien» ya que, «cuando se dan las circunstancias (uun número de plazas importante y buena preparación), el éxito está asegurado».