Castilla y León recicló 11,4 millones de litros de aceite lubricante industrial -imprescindible para hacer funcionar los motores de todo el parque automovilístico y de maquinaria. El sistema encargado en España de la gestión del aceite usado, Sigaus, logró recuperar el aceite en 5.000 puntos distintos, según informó la empresa en un comunicado.

Como resultado, se han retornado más de cinco millones de litros de nuevos lubricantes retornados al mercado y más de 21.000 toneladas de dióxido de carbono ahorradas. Puesto que este aceite puede recogerse y reciclarse al cien por cien, generando con él nuevas materias primas o energía.

Sigaus explicó que la Comunidad dispone “de un buen modelo” de ese nuevo paradigma económico que están impulsando las autoridades de Europa y España, y que aboga por minimizar la generación de residuos y reintroducir los que se produzcan en nuevas cadenas productivas.

El residuo que generan los lubricantes utilizados en los motores de los vehículos y en la industria es un residuo peligroso que contiene sustancias tóxicas y metales pesados, cuyo impacto sobre el medio ambiente podría ser importante.

En 2018 en Castilla y León se recogieron 12.896 toneladas brutas -incluyendo el agua y sedimentos con los que el aceite usado suele presentarse-, lo que equivale a 52 toneladas cada día, laborable, del año. El aceite usado procedía de 4.820 establecimientos, un 80 por ciento de ellos lo hicieron en pequeñas cantidades, un máximo de 2.000 kilos al año.

Por tipologías, el 45 por ciento de puntos generadores fueron talleres de reparación de vehículos. Junto a ellos, se recogieron residuos en más de 800 industrias y varios miles más de instalaciones de construcción, hostelería y otros servicios. En total, se realizaron 9.628 recogidas, 39 cada día laborable del año), siendo la más frecuente de 869 kilos, aproximadamente 5 bidones de aceite usado.

Dispersión territorial

La recogida del aceite llegó a 966 municipios castellanos y leoneses, un 90 por ciento de la población, de los que 908 fueron municipios ubicados en el medio rural. Además, 2.306 toneladas de este residuo se recogieron en 1.212 establecimientos ubicados en zonas de montaña, cuya altitud conlleva “importantes limitaciones de la actividad agraria, y con ella, al mantenimiento de estas poblaciones”.

Sigaus reconoció que es en estos entornos más aislados y despoblados donde existen los valores naturales más importantes que deben ser protegidos. En estos espacios naturales de la Comunidad, se generaron 281 toneladas de aceite usado. De las cuales 91 se recogieron en la Reserva de la Biosfera Sierras de Béjar y Francia (Salamanca).

Proceso de tratamiento

Una vez recogido el aceite mediante camiones cisterna, el aceite usado se traslada a una de las nueve instalaciones especializadas que hay en Castilla y León para su análisis y tratamiento. Una vez allí, se separa el aceite neto del agua y los sedimentos. Posteriormente, dos tipos de tratamiento diferentes otorgan al residuo una nueva vida, ya sea como base lubricante, o como combustible industrial.

La cantidad de aceite usado neto finalmente gestionado y valorizado por parte de Sigaus en Castilla y León fue de 11,4 millones de litros. Un 69 por ciento del mismo se destinó a regeneración, el tratamiento prioritario que permite extraer aceites base, que son el componente fundamental en la fabricación de nuevos lubricantes.