A11: Los pueblos priman seguridad frente a visibilidad

A.I.P.
-

El tráfico pesado es atraviesa cada día Golmayo, Villaciervos o Valdealvillo hasta que se abran nuevos tramos de la A-11. Pero hay negocios afectados por la falta de tránsito, como la gasolinera de Alcozar

A11: Los pueblos priman la seguridad a la visibilidad - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Los vecinos priorizan la seguridad y que haya menos ruido por el paso de tanto tráfico por su pueblo, sobre todo de camiones, a que la autovía le reste vida e implique el cierre de negocios porque ya muchos viajeros ya no paren allí. Es una de las conclusiones de El Día de Soria tras recoger testimonios de vecinos, alcaldes, hosteleros, empresarios, viajeros, transportistas... recorriendo los distintos tramos de N-122 y la Autovía del Duero, tanto abiertos como pendientes de abrir y construir. 

Es distinta la sensación que hay en Golmayo y Villaciervos, porque se ve muy lejana la apertura del tramo y porque los negocios o bien están cerca de la capital y no son lugar habitual de paso (hostal Los Canteros) o podrán reorientarse al turismo rural según esté de cerca la autovía (hostal El Ciervo). En la Venta Nueva el tramo de continuación a Santiuste abrirá pronto y confían en que siga habiendo el mismo volumen de negocio, por lo que no harán ningún cambio porque se indica bien que hay gasolinera, restaurante y hotel. Los negocios de El Burgo y San Esteban, al ser localidades más grandes y muy turísticas siguen teniendo mucho movimiento, pero sí que apuntan a que la autovía es una oportunidad para que más gente llegue a ellas. Otra cosa son los alcaldes y vecinos, por ejemplo de Valdealvillo y Villaciervos, que esperan que se avance por seguridad y para tener menos ruido. Un vecino de esta primera localidad relata las molestias que supone el paso constante de camiones por delante de su casa y las dificultades que tienen para cruzar de un lado a otro. El alcalde de la segunda recuerda que ya solicitaron a Fomento instalar dos pasos de peatones por seguridad, aunque solo consiguieron uno.

la a-15. Puede hacerse extensible la información al tramo de la A-15 que ya funciona en la provincia conectando Soria-Medinaceli y que ha dejado a varios pueblos arrinconados y con negocios cerrados, pero más seguros, sin ruido... Como ya hemos dicho, según quien lo mire, pero lo cierto es que las autovías son necesarias en la provincia, con sus pros y sus contras. 

El alcalde de Lubia, Rubén Lafuente, tiene dos versiones respecto a lo que supuso la apertura de la A-15 de Soria a Medinaceli. Una es que «el pueblo ha ganado en tranquilidad y los niños tienen menos peligro porque antes había mucho tráfico e incluso hubo dos atropellos»; y otra es que el bar que había tuvo que cerrar (durante la construcción tuvo mucho movimiento porque los operarios eran clientes) y «el pueblo tiene menos vida» porque ya no pasa la N-111, que se corta en las instalaciones de la BRIF al no tener continuidad. Aún así, reconoce que hay bastante gente de paso, como los trabajadores de la brigada, que son unos 50, y ahora la gente que recolecta setas o que acude a contemplar la berrea (hay 2.000 hectáreas de monte). Resisten negocios locales como una carpintería y una sociedad agrícola y ganadera; y el desguace volverá a abrirse. También hay una urbanización nueva en la que ya se han construido dos chalets «con gente ya viviendo como primera residencia» y «hay 17 parcelas disponibles». «Es una oportunidad porque estamos a 12 kilómetros de Soria por autovía», indica.

En Almazán, desde el restaurante Mateos, Pedro Mateos reconoce que se notó la apertura de la autovía pero que están «contentos» porque tienen un buen reclamo, como la buena comida y los torreznos que hacen que los viajeros se desvíen hasta allí desde la A-15. Por su parte, Manuel García Pedroviejo, del restaurante Antonio, recuerda que antes de la autovía ya había variante en Almazán. Para el hostelero, «sí se ha notado no estar a pie de autovía, más por las tardes y por las mañanas», pero tienen una clientela fija que hace parada allí para comer en ruta. Pero, sin duda, el caso de Almazán, como El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz será distinto porque atraen a más turismo que opta por desviarse en comparación con otros pueblos más pequeños.

El sur de la provincia también se conectó por autovía hace más años con la A-2, que sustituyó a la N-II, como el caso de Arcos de Jalón y Medinaceli (Estación), aunque las nacionales dejaron de pasar por los núcleos urbanos. Medinaceli, por ejemplo, sigue siendo lugar de paso y parada habitual de camioneros al enlazar la A-15 y la A-2 en la zona.

población. En cuanto a si las localidades afectadas por la apertura de una vía de alta capacidad pierden o ganan población, hay que destacar que, por ejemplo, Arcos de Jalón y Medinaceli ya venían perdiendo habitantes desde 1970, aunque se abriera la A-2 en 1990 y la A-15 en su totalidad en 2015. En el caso de Almazán, la caída de población, que ahora se mantiene en torno a 5.500, se remontaba ya a 2011. En la Autovía del Duero, en El Burgo de Osma que tiene la variante ya finalizada desde 2004, la población se sigue manteniendo en torno a los 5.000 habitantes, por lo que esto no influye o tampoco se podría comprobar hasta que no esté concluido el trayecto completo de Soria a Aranda de Duero o a Valladolid, lo que queda mucho más lejos. Los hay quien dudan de que estas infraestructuras provoquen la despoblación o redistribuyan los habitantes.  

Jesús Bachiller, profesor del campus Duques de Soria de la Universidad de Valladolid (UVa), indica que «es un viejo debate». Una de las exigencias de las plataformas ciudadanas, como Soria ¡YA! es la exigencia de infraestructuras y «tradicionalmente se ha dicho que las autovías y las autopistas acercan a las ciudades y alejan a los pueblos». Pero cree que es «más objetivo» que la construcción de una autovía supone un «cambio» en la movilidad que «lo que hace es ofrecer oportunidades» que si en los pueblos se aprovechan bien pueden ser muy positivas.

Hay un lado «positivo», como decían algunos de los entrevistados para el reportaje, que es tener menos ruido y molestias;pero el lado «negativo» es que algunos negocios se quejan de que la gente no para tanto. Para Bachiller, es «interesante» también desde el punto de vista de que cuando se habla de distancias de unas dos horas, como Soria-Madrid (o la futura Soria-Valladolid), la gente va directa al destino. Así, recuerda que antes, cuando no había autovía a Madrid se tardaba más, en torno a tres horas, y se paraba en lugares como Medinaceli, junto a la carretera, y «ahora la sensación de poder ir en dos horas hace que la gente esté deseando llegar».

Sin embargo, el acercamiento a lugares grandes también ofrece «oportunidades» que los municipios pequeños o medianos pueden aprovechar en forma de crear las condiciones adecuadas para fijar población y para que se pueda practicar el autoempleo y el teletrabajo. «Es algo que se está dando en el último año y medio de pandemia en la provincia de Soria y otras como ella. Hay gente que ha venido a vivir y a trabajar, pensando que van a pasar mejor esta etapa de crisis sanitaria», añade. Si se crean condiciones, apunta Bachiller, «se pueden crear nuevos negocios aprovechando que se tiene cerca el ámbito urbano», por lo que apunta al turismo y la hostelería. «Un restaurante en un pueblo, si se ve acompañado de recursos turísticos, atrae a los visitantes», apunta el experto insistiendo en que dependerá de lo que hagan los pueblos para poder aprovechar estas oportunidades pero también de la «acción política». «Es un cambio que puede tener sus pros y sus contras en función de que las poblaciones aprovechen esta nueva situación» que ofrecen las autovías y la mejora de las conexiones con las grandes capitales.