El tenis de mesa de Soria ensancha la base

S. Recio
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El club soriano afronta su primera temporada en Tercera División con el objetivo de la permanencia

El tenis de mesa de Soria ensancha la base - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Con apenas tres años de vida el Club de Tenis de Mesa Soriano lograba la pasada temporada el ascenso a Tercera División, un primer salto para una entidad que apenas se había puesto en funcionamiento y que ahora asiente unos sólidos cimientos para poder cercer, «el cambio de categoría no lo esperábamos», reconoce Javier Ortega, presidente del club, «debe servir para seguir avanzando en la dirección adecuada». Y esa no es otra que la de conseguir deportistas.

Entrenan en el Polideportivo de La Juventud, un espacio demasiado reducido para sus necesidades, «ya hemos solicitado una mejora de las instalaciones». Actualmente son 24 en el equipo de competición, «no podemos ampliar por falta de horarios y hemos tenido que desechar algunas inscripciones». Necesitan una solución.

Mientras tanto intentan compaginar sus entrenamientos con la formación de una escuela con 24 niños, cifra máxima para poder realizar clases con la atención adecuada, «contamos con pocos monitores pero queremos que los más pequeños cuenten con una buena formación para poder evolucionar». La razón es obvia, el tenis de mesa no es la primera opción para la dedicación total a un deporte y en Soria quieren cambiar poco a poco las cosas para asentarse en el calendario deportivo.

Evolución. En el año 2018 un médico MIR cubano llegaba a Soria con un objetivo, crear un equipo de competición de tenis de mesa para seguir jugando a su deporte favorito, «Ariel González fue el artífice para conseguir ser más ambiciosos», recuerda Javier Ortega, «él tenía muy buen nivel y mucha técnica, pero además comenzó a formar a la gente». Era el comienzo de todo.

 Un año después se tenía que marchar pero la semilla ya estaba sembrada, «la gente se había aficionado lo suficiente para dedicarnos con más vehemencia al tenis de mesa». Los rangos de edad son muy variados, «tenemos desde niños de ocho años hasta un adulto con más de 60». Entre todos han conseguido «combinar la ilusión con la motivación», y esa es la clave.

Para crecer, además de un local más grande, necesitan que la opción del tenis de mesa sea prioritaria, «es un deporte más y exige la misma dedicación». Quieren desterrar la idea de que el tenis de mesa es un hobby para los ratos libres, «te tiene que gustar mucho porque el sacrificio que exige para competir es muy grande. No cambia mucho del fútbol, baloncesto o cualquier otra disciplina». Y buscan que así lo comprenda la gente.

Su captación va enfocada a la base, «a través de jornadas de puertas abiertas en las que buscamos que la gente lo pruebe», pero también recorren los colegios, «con el mismo objetivo, despertar la curiosidad de los niños y que vean que a través del entrenamiento se pueden divertir igual que con cualquier otro deporte». Hacen especial incidencia en la población femenina, «queremos abarcar todas las categorías pero por el momento contamos con pocas chicas». A partir de ahí han instaurado un modelo de entrenamiento muy profesionalizado que les ha permitido dar un gran salto competitivo que ahora demuestran en esa Tercera División.

Entrenamiento. Cuando Ariel González tenía que abandonar el Club de Tenis de Mesa Soriano, los miembros del equipo debían dar respuesta a una cuestión: seguir su camino o volver atrás. Javier Ortega tomaba la decisión, «comenzamos a ser autodidactas». No se puede mejorar en este deporte sin unas nociones técnicas básicas y al principio aplicaban lo que habían aprendido, «pero esto tenía un límite». Decidieron entonces buscar más ayuda foránea.

La buena relación del club con su homónimo en la Universidad de Burgos fue determinante, «antes de la pandemia un entrenador venía tres veces por semana y ahora somos nosotros los que nos desplazamos, aprendemos y después aplicamos en nuestra preparación». Y este año han dado un salto de calidad al apartado físico, vital para poder mejorar después a nivel técnico.

Aunque puede parecer que el tren superior es el más utilizado en el tenis de mesa, «realmente es el tren inferior el que hace mejorar en todos los aspectos». De la nada han pasado a un trabajo físico tres veces por semana, «va enfocado a la potencia y agilidad en las piernas». Conseguir reforzar este aspecto, «te ayuda a tener una mejor colocación para golpear la pelota y también te otorga una mejor velocidad para aguantar los partidos». Y en poco tiempo la teoría funciona.

Mientras tanto con los niños se sigue optando por la potenciación de la técnica, «se tarda al menos dos años en conseguir el nivel adecuado para competir». Teniendo en cuanta que son cuatro los que llevan trabajando, todo hace indicar que el tenis de mesa en Soria conseguirá ir todavía mucho más arriba.