Aunque las fiestas de Golmayo se han trasladado hace años al verano para aprovechar la afluencia de vecinos, cada 3 de diciembre encienden la luminaria para honrar a su patrona durante la noche. Es una jornada para recordar tiempos pasados en los que los propios habitantes de la localidad se llevaban las brasas para calentar sus hogares o asar patatas. También era antes típico que los jóvenes del municipio se atreviesen a pasar el fuego saltando y ayudándose de una pértiga.

Ahora simplemente se disfruta de una noche festiva bajo la banda sonora de las gaitas y se culmina con la degustación de una parrilada con chorizo, lomo, panceta y pan. Una combinación prácticamente perfecta.