«Quería volver a Soria para jugar en mi club»

Sergio Recio
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Tras siete años viviendo en Zaragoza, el pivote Pablo Sánchez regresa al BM Soria, su club de toda la vida

«Quería volver a Soria para jugar en mi club»

El balonmano no es el deporte más practicado de Soria, vive a la sombra del fútbol, el voleibol o el atletismo. Tampoco lo era cuando Pablo Sánchez comenzó a jugar aunque sí que fue el que más le llamó la atención. Era un niño cuando en el Sagrado Corazón, de la mano de Luis Revuelto, se inició en la disciplina, «era muy pequeño pero me picó la curiosidad». 

Titubeó con algún que otro deporte, «estuve un tiempo jugando al baloncesto pero al final tenía a alguien que siempre tiraba de mí para jugar al balonmano». Se refiere a su hermano, «además de mis amigos». Con el tiempo no dejó de practicarlo, incluso cuando por estudios se marchó a Zaragoza, «al final para estudiar lo que quieres tienes que buscar alternativas a Soria y la mía estaba en Aragón». 

Con un ojo siempre en el BM Soria, ahora con 25 años ha vuelto para dotar de músculo a la zona del pivote del conjunto amarillo y ser parte del sueño que toda la plantilla anhela, el ascenso.

En la sangre. Ya se sabe que el balonmano no es un deporte al que se llegue de rebote. Su nobleza y su forma de competir hace que sus jugadores vivan con un sentimiento especial el día a día, «ir a entrenar con el BM Soria cuando comencé en edad infantil era muy especial, esto es diferente y eso me llamó la atención desde el principio».

Con su hermano como principal mentor, fue quemando etapas hasta los 18 años, momento en el que debía dar el salto al primer equipo, pero también estudiar la carrera de Historia, y para eso debía ir a Zaragoza, «tomé una difícil decisión, seguir jugando en el equipo».

Durante toda una temporada, la de su debut con el primer equipo, recorrió una cantidad innumerable de kilómetros para seguir en la disciplina amarilla, «no podía renunciar a jugar en el club, de pequeño los veía y quería estar ahí, no estaba dispuesto a renunciar a esa oportunidad».

Con el paso del tiempo esa valentía se convirtió en temeridad, «si a los entrenamientos y partidos, le sumas los viajes, estudiar en otra ciudad, la adaptación a una nueva vida y que solo tenía 18 años, te das cuenta de que era un imposible», reconoce.

Al acabar la temporada y viendo las cosas con perspectiva, decidió seguir jugando al balonmano pero vistiendo los colores del BM Dominicos, «el cambio al principio no es fácil pero te das cuenta de que puedes seguir disfrutando de lo que te gusta». Tras un primer año de adaptación se consolidó en el equipo absoluto, «fueron seis grandes temporadas, conocí a un grupo de gente magnífico y crecí mucho como jugador».

Tras acabar la carrera cursó además un máster, prolongó su estancia dos años más en Zaragoza, «tanto tiempo allí hace que al final tengas una vida y estoy encantado de toda esa etapa». De hecho, llegó a dudar pero la tierra siempre tira y el pasado verano regresaba a Soria.

Corazón amarillo. Al término de la pasada temporada, Pablo Sánchez debía tomar una decisión, «aunque Aragón me había dado mucho, quería un cambio de aires». Para preparar las oposiciones para profesor de secundaria ya no necesitaba seguir en Zaragoza. La directiva le empujó a volver y el corazón hizo el resto. 

Es su club, el que había seguido durante años en los momentos más duros y en las últimas temporadas, en las que estuvieron a punto de entrar en playoff, «eran días de mucha rabia porque este equipo se merece estar en la pelea por el ascenso y unas veces por mala suerte, otras por detalles, se han quedado a las puertas».

Se fue de un club y ha vuelto a otro mucho más grandes, “le faltaba una estructura de cantera, hacer que los niños sorianos jugasen a este deporte y eso ahora se ha conseguido». A esto se suma el primer equipo, “el proyecto es impresionante, es lo que esperaba cuando llegué».

Pablo Sánchez quiere ser uno de los jugadores a los que se recuerde por el deseo que el club lleva años persiguiendo, «queremos el ascenso, merecemos al menos pelear por ello y creo que este grupo de jugadores puede conseguirlo». Este soriano ya no quiere moverse de aquí. Vestir esa camiseta y jugar al deporte que ha practicado desde niño, es una combinación que no quiere perder.