Durante el año 2018, en Soria se recaudaron 9.267.000 euros como resultado del impuesto de sucesiones y donaciones, una cifra que en el año anterior alcanzó los 10.269.000 euros. Si, tal y cómo se ha anunciado desde la Junta de Castilla y León, ese gravamen queda suprimido, los ingresos a las arcas públicas podrían reducirse en un 80 por ciento o más, según apunta el abogado Alberto Lafuente, quien destaca que a la hora de anunciar esta supresión, se deben tener en cuenta a qué grupos afectaría: herederos directos de primer grado, segundo (sobrinos, tíos...) o para todos. A este respecto, Lafuente aclara que si se cancelase para ese primer grupo, afectaría solo a herencias que superen los 500.000 euros, puesto que en el caso de patrimonios inferiores a esa cantidad, los herederos directos ahora mismo "ya no pagan".
En cuanto a los herederos que no tienen parentesco directo, en muchos casos tienen que enfrentarse a herencias con patrimonios elevados que proceden de bienes inmuebles, por lo que "son herencias que no tienen dinero en efectivo o no tienen bienes que se puedan realizar, y si solo se recibe eso, el heredero no podrá pagar el impuesto", informa. Por eso, las renuncias a herencias han aumentado también en un 35 por ciento desde el inicio de la crisis.
En los últimos cinco años, la recaudación en la provincia relativa a Donaciones y Sucesiones se ha incrementado: en 2014 se recaudaron 7.965.000 euros, y salvo en el año 2015, cuando se recaudaron 6.720.000 euros, la cifra ha aumentado ejercicio tras ejercicio, según datos ofrecidos por la Administración Regional.