Coronando la ciudad de las Cigüeñas

Ana I. Pérez Marina
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El Grupo de Refuerzo en Intervención en Altura (GRIA) de los agentes medioambientales de la Junta intervienen en una de las cigüeñeras de la CMA para aliviar de peso que soporta la estructura en la que se asientan los nidos

Coronando la ciudad de las Cigüeñas - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Los únicos habitantes ‘(semi-)sedentarios’ visibles de la fallida Ciudad del Medio Ambiente (CMA) se hallan en la comunidad de cigüeñas que se ha  instalado en la pretenciosa estructura en la que se asientan 25 nidos, a los que se suman otra veintena en otra cigüeñera próxima. Ambos se sitúan detrás de la abandonada Cúpula de la Energía, el emblema de lo que iba a ser, tal y como bautizaron algunos críticos del proyecto, una especie de Silicon Valley con sello castellano. Más de 300.000 euros costaron a las arcas autonómicas estas dos áreas residenciales para  la colonia de ‘ciconia ciconia’, empleados en la construcción de sendas estructuras de pino garantía Soria-Burgos para reubicar a la población de cigüeña blanca del Soto de Garray, afectadas por la demolición de la antigua ubicación por el propio desarrollo de la malograda CMA.

Pasado el tiempo, en concreto más de ocho años, se hace necesario el mantenimiento de estas cigüeñeras, ya que algunos de los nidos han adquirido unas dimensiones y un peso considerable, por lo que parece conveniente aliviar de carga a la estructura y, de paso, probar con nuevas técnicas para la intervención en las ‘viviendas’ de estas aves migratorias, que llegan mucho antes de San Blas (dicen que algunas ni se van en todo el año). Así las cosas, el Grupo de Refuerzo de Intervención en Altura (GRIA) de los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León ha estado estos días ensayando un sistema para aminorar la carga de los nidos, teniendo en cuenta que alguno puede superar  la tonelada.

«Los nidos de cigüeñas van creciendo año a año y van generando un peso muy grande, porque los nidos están hechos con barro apelmazado, con ramas y con un sinfín de productos. Estas estructuras aguantan cierto peso y lo que estamos haciendo es rebajar la altura de los nidos, quitar parte del material que tienen para conservar la estabilidad de la estructura que sostiene la cigüeñera», relata Cándido Andrés, integrante del GRIA, poco antes de incorporarse a la intervención, la última de la temporada, en la que ya está inmerso otro compañero y a la que suma otro agente más.

La cigüeñera está formada por seis postes verticales de altura entre 14 y 20 metros, entrelazados por postes de 14 metros de modo que componen una estructura compuesta por cuatro triángulos equiláteros. Los agentes medioambientales del GRIA suben hasta lo más alto para ejecutar su cometido.

«Nosotros a la hora de elevarnos con cuerdas tenemos el hándicap de que, cuando nos posicionamos para bajar un nido, tenemos que ir rebajándolo desde arriba. Esto es muy costoso porque los nidos están muy apelmazados y hay que trabajar muy duro, en unas condiciones precarias y estábamos dándole vueltas para ver cómo proceder de otra manera, menos laboriosa, más segura y más eficiente», advierte Cándido Andrés.

El procedimiento que han puesto en práctica este año en esta cigüeñera consiste, básicamente, en colocar una sirga de acero fina con un nudo corredizo en la parte superior del nido y tirar con un camión de incendios  con un cabestrante. «La sirga va cortando el nido a la altura que nosotros la colocamos y lo arrastra, cae todo abajo. Lo que hace es guillotinar el nido a esa altura», puntualiza el agente medioambiental.

Lo cierto es que este sistema es experimental y en la demostración que pudo seguir El Día de Soria, el nido (uno de los de mayor volumen de la cigüeñera) se vino abajo en su totalidad, después de la intentona de segar la para superior del mismo. «Es un método que está todavía en fase de mejora, pero las experiencias han sido positivas. El efecto guillotina deja una plataforma lisa, para que luego sea fácil de acometer para las cigüeñas», admite Cándido Andrés.

respeto a las aves. Los censos de cigüeña blanca en la provincia de Soria varían desde las 261 parejas en el último publicado, correspondiente a 2004, que maneja la Sección de Espacios Naturales, Flora y Fauna del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta, tal y como informaba este medio hace dos semanas, y las 325 parejas nidificantes en 2009, según la Asociación Soriana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza (Asden). La cifra mayor aún está lejos de las 400 parejas de ciconia ciconia contabilizadas en la década de los cincuenta, pero es evidente que se está produciendo una ‘repoblación’ de esta especie. En la cigüeñera intervenida en la CMA anidan 25 parejas, teniendo en cuenta que todas las plataformas están ocupadas por nidos de mayor o menor tamaño (ahora a excepción de los que han sido derribados, evidentemente).   

«Hay cigüeñas que no se van y en diciembre ya hay algunas que usan los nidos antiguos. Ahora ni se ha iniciado el celo, ni la construcción del nido y nosotros no modificamos su ciclo, porque todavía no se han visto cigüeñas con aportes. Es cierto que vamos un poco retrasados, por el tiempo que ha hecho, y por eso hoy [por el martes] es el último día de actuaciones. En lo que es el ciclo de las cigüeñas no les afecta», constata Cándido Andrés.

En este sentido, el agente medioambiental pone el acento en que el «respeto» a los animales «prima» sobre cualquier acción, por lo que terminadas las pruebas sobre la descarga de peso de los nidos de la CMA, la intención es que «antes de Navidad» acometan la adecuación del resto, siempre condicionados por la meteorología.

Los agentes medioambientales se ocupan de la retirada o desmonte de nidos en los que es necesario actuar por peligro de derrumbe o porque están deteriorando la superficie que ocupan. De esta manera, actúan en iglesias, torres y cubiertas, siempre en intervenciones autorizadas por la Sección de Espacios Naturales. «Lo más significativo ha sido en El Royo, donde había un montón de nidos, y también en Cabrejas del Pinar, siempre donde el volumen amenaza con caer y provocar daños a terceros o a otras propiedades, o a la misma estructura donde están los nidos. Normalmente, en el casco urbano se puede hacer con plataforma y no se requiere de nuestros servicios», resume el agente del GRIA.

Mientras dura parte de la intervención de este martes, un grupo de una docena de cigüeñas sobrevuela su vecindario ‘ocupado’ por la especie humana, hasta que desisten en su intento de intimidación en la defensa de  su particular ‘Ciconia Valley’.