Cristina Ouviña pone rumbo a Tokio

EDS
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La jugadora natural de Borobia se concentra ya con la selección española de baloncesto para unos Juegos Olímpicos a los que llegan con dudas tras su dura eliminación en el Eurobasket

Cristina Ouviña pone rumbo a Tokio

Tras una etapa gloriosa de grandes triunfos internacionales, la selección española femenina de baloncesto veía en el Eurobasket de Francia y España como esa racha de truncaba con una eliminación en cuartos de final que dejaba al equipo sin opciones de disputar el pre mundial. Entre sus integrantes volvía a estar Cristina Ouviña, «ha sido un jarro de agua fría», reconoce la jugadora natural de Borobia, «de primeras ha sido todo negativo porque no hemos conseguido ni el objetivo mínimo».

Ahora sin tiempo para el análisis la selección se concentra para los Juegos Olímpicos de Tokio tras pasar la propia Ouviña por una fractura en los huesos propios de la nariz, «ya estoy recuperada», y como suele ser habitual en estos casos, de las malas experiencia siempre se sacan valiosas lecciones, «dentro de todas esas circunstancias nos hemos dado cuenta que el cambio generacional no debe darnos miedo». 

El no saber si España sería competitiva ya no genera dudas al equipo, «hemos competido en todos los partidos y nos hemos quedado a un solo tiro libre de las semifinales, lo único que tenemos claro es que hay selección para el futuro». Un equipo en el que Cristina Ouviña tiene cada vez un papel más importante tras pasar por uno de sus momentos personales más difíciles, un camino que la de Borobia ahora analiza desde la felicidad de su vuelta a España tras ocho años compitiendo por Europa.

Regreso. Cristina Ouviña ha desarrollado toda su carrera lejos de España. Previo paso por Francia y República Checa, nunca le pesó jugar fuera de casa hasta su llegada a Rusia. En ese país vivió momentos muy duros, «no perdí la ilusión por el baloncesto, lo que me desencantó fue todo lo que me quitaba a nivel personal», reconoce estar tan lejos de España «hacía que estuviese lejos de mi familia, es cierto, pero cuando tenía dos días libres no podía volver porque no era factible». Asegura que «cuando fuera del ámbito del trabajo no estás bien afecta a todo y por eso prioricé estar cerca de mis seres queridos durante la última temporada”.

Aterrizaba entonces en el Valencia Basket, «el cambio me ha venido muy bien, me he vuelto a enganchar al baloncesto como hacía mucho tiempo que no lo estaba y ahora viéndolo desde aquí sé que todas las vivencias en el extranjero me han ayudado a crecer y a darme cuenta que esa etapa había terminado».

De la mano del club taronja, Ouviña ha recuperado la sonrisa, «es un señor club, una gran familia y estoy muy contenta por la decisión tomada». La temporada además se redondeaba con una épica conquista de la Eurocup, «perdimos dos finales, pero ganamos esta cuando la teníamos perdida en el último segundo y eso fue una gran experiencia».

En un momento de madurez personal y profesional ahora Cristina Ouviña mira a los Juegos Olímpicos de Tokio en medio de una transición de la selección en la que ella ha pasado de secundaria a ser una de las actrices principales.

ELSUEÑO.Con dos oros europeos y un bronce mundial, Cristina Ouviña ha vivido gran parte de los éxitos de la mejor generación de baloncesto femenino de la historia de España, pero no todos ellos. En los Juegos Olímpicos de Río 2016 se quedaba a las puertas de estar con la selección, «fue un momento complicado porque me veía dentro y es una espinita que ahora me quiero quitar».

Tras esa cita, la de Borobia pasó a ser una habitual en las listas de Lucas Mondelo hasta convertirse en este último Eurobasket en una de las jugadoras más importantes en el esquema de la selección, «si miramos los minutos parece que mi rol es ahora más importante, pero creo que siempre lo ha sido, cuando he jugado más y cuando lo he hecho menos».

Lo cierto es que el nuevo estilo del seleccionador se adapta a la perfección a Ouviña, «ahora por mis características la manera de jugar me encaja muy bien pero si mañana eso no funciona y comienzo a tener menos minutos me sentiré igual de importante para el equipo, creo que la habilidad de Lucas es que a todas nos tiene igual de enchufadas al margen de lo que juguemos».

En plena concentración para Tokio, es ahora cuando más inciden en lo complicado que es ganar, «acostumbrarse a lo bueno es fácil y tras el chasco del Eurobasket damos más importancia a todo lo conseguido estos años». Aunque es consciente de que ahora solo se puede mirar al presente, «es aquí y ahora», asegura.

La medalla en Tokio parece ahora muy lejos, pero algo asegura la jugadora, «competiremos en cada partido, no sé hasta dónde llegaremos, pero daremos guerra». Al fin y al cabo, «este es mi sueño y pelearemos por conseguir lo máximo posible». 

Borobia, como siempre, estará muy presente en su cabeza, «es mi pueblo, allí todo el mundo vive muy de cerca el baloncesto y estos días me llegan muchos mensajes de ánimo». Cristina Ouviña afronta su cita más esperada en uno de los momentos recientes más complicados de la selección, pero su garra y actitud dentro de la cancha está garantizada, porque muchos sueños solo se viven una vez y no se pueden desaprovechar.