El campin, una alternativa sana y segura en Soria

Ana Pilar Latorre
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El descenso de pernoctaciones es de un 30-50%, por lo que se da la temporada por perdida, y no han llegado viajeros internacionales

El cámping, una alternativa sana y segura en Soria - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Los siete cámpings de la provincia, que ofrecen más de 4.000 plazas, dan la temporada por perdida con una reducción del número de visitantes del 30-50%, sobre todo, de lunes a viernes respecto a los fines de semana. Los viajeros internacionales (holandeses, alemanes, noruegos...), que eran ya huéspedes habituales desde los meses de primavera, no se han movido de sus países; y los pocos viajeros nacionales, que se hospedan sobre todo los fines de semana, no han servido para sostener el sector. Eso se traduce en que la caída de los ingresos sea proporcional a la de las pernoctaciones y la ocupación. Las cifras quedarán muy lejos de las de la temporada de 2019, con 35.171 visitantes y 124.780 pernoctaciones. 

El representante de estos establecimientos en la Agrupación Soriana de Hostelería y Turismo (Asohtur), Alfredo García Tejero, cree que lo peor está aún por llegar, porque se entrará en recesión económica y el sector tardará en recuperarse varios años. Él no es nada optimista, aunque los cámpings son ahora una alternativa sana y segura para pasar las vacaciones o unos días de descanso. 

Desde Asohtur se quiere incidir, sobre todo ahora con un aumento de los rebrotes a nivel nacional que hacen replantearse salir de vacaciones fuera de la provincia, en que «no hace falta viajar 300 kilómetros para desconectar y disfrutar de la naturaleza y parajes extraordinarios como los de Soria». «Soria es una verdadera desconocida para los propios sorianos, no conocemos los recursos turísticos, culturales y patrimoniales que tiene nuestra provincia y a lo mejor es el momento de que nos lo planteemos, pasar el verano descubriéndola», anima García Tejero.

análisis. «Lo que ha quedado este año ha sido turismo nacional», de Madrid, Navarra, País Vasco, Castilla y León y Aragón, pero también de Soria, ya que muchos cámpings se ubican en enclaves naturales como el embalse de la Cuerda del Pozo o el Cañón del Río Lobos que atraen también a turistas locales. Sobre si se demandan más bungalows o parcelas para tiendas de campaña o autocaravanas, explica que «es más o menos como otros años». «El alojamiento en caravana, autocaravana o tienda de campaña te garantiza cierto grado de independencia y de aislamiento», detalla el representante.

Sobre las medidas de seguridad que ofrecen a sus clientes, García Tejero destaca el incremento del personal de limpieza, que en algunas insalaciones se ha duplicado. «Se facilitan a los alojados medios higiénicos, como gel hidroalcohólico y mascarillas», pero sobre todo se incide en las zonas comunes en una mayor limpieza y desinfección y en una mejor regulación de uso para evitar aglomeraciones. «Eso nos ha llevado a un incremento de personal en la piscina y en todas las áreas», apunta explicando que, por ejemplo, en el cámping de Urbión que gestiona se cierra la piscina de 15 a 16.30 horas para labores de desinfección.

Analizando cómo ha cambiado el sector, explica que «venía con un pequeño descenso del turismo interior». «En esta última época, quizás porque la economía nacional iba mejor, la gente en los últimos dos o tres años se decantaba por el turismo de costa. Pero no había tenido grandes oscilaciones, porque al final es un turismo bastante regular y lineal». Sí reconoce que es un sector que tiene que estar innovando constantemente para ajustarse a lo que los clientes demandan, «estamos tirando por todo, porque al final el cámping es una forma global de alojamiento turístico, que abarca desde las distintas modalidades de alojamiento en bungalow, la propia acampada en tienda, las autocaravanas, los modelos de alojamiento en plan glamping... Es un sistema de alojamiento muy amplio y que está sometido a una evolución constante». Sin embargo, España está a la cola respecto a países nórdicos y centroeuropeos, que «tienen una mayor cultura de cámping».

Los turistas de estos países llegan a Soria sobre todo en la época de primavera, coinciden Alfredo García Tejero y Julio Maqueda (cámping Cañón del Río Lobos), «son jubilados que empiezan a viajar en abril en autocaravana y están hasta junio viajando por el sur de Europa». «Suelen ser estancias largas, un turismo interesante, pero en Soria no sabemos comercializarlo y llega lo que llega, en pequeño goteo», apunta sugiriendo la posibilidad de que las campañas promocionales del turismo en Soria puedan llegar hasta esos países. «Lo que no tiene sentido es hacer campañas promocionales de Soria en Soria», reitera. 

autocaravanas. El representante de los cámpings también analiza el problemas de las autocaravanas que aparcan en espacios naturales y en los alrededores de localidades turísticas, como las de Pinares, no acceden a este tipo de instalaciones. Para él, no tiene ningún sentido que el Ayuntamiento de Vinuesa tenga un cámping en concesión y que en el propio pueblo y en el monte estén estacionando las autocaravanas. Tampoco que haya zonas de estacionamiento gratuitas en determinadas localidades de la comarca y la provincia y cerca de cámpings en concesión de otras, es algo que «no tiene ningún retorno económico». «Los cámpings son concesiones administrativas de un servicio público», insiste. García Tejero cree que los ayuntamientos han fomentado estas prácticas y ahora no pueden pararlas y pide a los alcaldes que «decidan qué modelo de turismo quieren».  

Aclara que una autocaravana «puede aparcar en una zona de aparcamiento, siempre y cuando no se calce la rueda, no saque ningún elemento exterior y no supere las dimensiones de la plaza». Pero la mayoría aparcan en pistas forestales y en el monte, lo que está prohibido. En los núcleos urbanos son los Ayuntamientos los que tienen que dictar ordenanzas para prohibirlo, mientras pueden aparcar y no se les puede sancionar.

Ocurre lo mismo en Playa Pita, donde hay tres cámpings cercanos en concesión que pagan canon y servicios de agua, depuración... «y llegan turistas a usar ese área recreativa, los baños, los servicios y los contenedores y lo pagamos el resto». Ha llegado a haber 80 caravanas en el lugar, también generando residuos en el enclave. Pero el hostelero cree que ahora las entidades propietarios, que son el Ayuntamiento de Soria y la Mancomunidad de los 150 Pueblos, así como la Junta de Castilla y León y la Subdelegación junto a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, han puesto una solución porque «debemos proteger nuestros espacios naturales y sacarles rendimiento económico». Ahora en cualquier sitio de España se cobra entrada, como muchas playas y calas, y también por aparcar el coche, en torno a cinco euros. «Es lógico, aquí en Soria no cobramos por nada... con tal de que venga gente», lamenta insistiendo en que «esta gente no aporta nada a la economía» y «daña la imagen de los establecimientos». Con la actuación de control en Playa Pita, asegura que se sienten satisfechos y agradecidos a las administraciones públicas.

García Tejerina destaca la creación de empleo directo local por parte de estos establecimientos, que se pueden mantener con medidas como las que se han tomado en Playa Pita de vigilancia de autocaravanas que aparcan en el enclave.