Una cosecha agridulce en Soria

Ana I. Pérez Marina
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Los ingresos del campo caerán más de un 25% en una cosecha «muy buena». La producción de cereal se prevé por encima de la media, pero el desplome de precios puede acarrear pérdidas de más de 14 millones de euros al agro soriano

Una cosecha agridulce en Soria - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Por el futuro y el prestigio de nuestra profesión. ¡Que la sociedad no nos eche del campo!’ Quizás no se recuerde este lema, pero los más de 2.200 trabajadores del campo de la provincia seguro que lo tienen muy presente. Se trata del mensaje que lanzaron en la pancarta de la cabecera de la manifestación convocada por las organizaciones profesionales el pasado 11 de marzo. Una movilización histórica con un millar de participantes, con tractorada incluida, con la que, fundamentalmente, los representantes de Asaja, UPA y COAG exigían unos precios justos que permitan garantizar la rentabilidad del sector, entre otras reivindicaciones.

Asaja cifra en cerca en cerca de 200 millones de euros la merma de ingresos en la actual campaña de cereal en Castilla y León respecto a la del año pasado. Según el cálculo a primeros de mes del presidente del sindicato agrario en la Comunidad, Donaciano Dujo, para una explotación media de secano de 200 hectáreas, se considera que el agricultor perderá unos 15.000 euros en comparación con 2109. Trasladada esta merma a las más de 191.000 hectáreas de trigo y cebada sembradas en la provincia de Soria (sin contar con otros cultivos), los ingresos caerán por encima de los 14 millones de euros en esta cosecha.

No obstante, hay que tener claro que se trata de una aproximación de esta OPA, ya que la producción en la provincia de Soria estará por encima de la media y habrá que ver cómo evolucionan los precios en las próximas semanas. Tal y como indica el jefe del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería de la Junta en Soria, José Manuel Ruiz, en trigo se espera una media de 3.900 kilos por hectárea y en cebada, 4.000. Estas cifras corresponden a lo expuesto hace dos semanas en el Consejo Provincial Agrario, antes de comenzar la cosecha, órgano que este viernes está de nuevo convocado y en esa reunión se afinará en las cantidades, teniendo en cuenta que en zonas, como en las Vicarías, ya ha concluido la recolección con resultados más que satisfactorios.

La generosidad de las precipitaciones de mayo, entre 200 y 250 litros, ha beneficiado a la producción en el campo que, sin embargo, no se verá compensada por los precios. «Podría haber sido una cosecha de ensueño, pero es un mal año de precios. Hay un claro problema de rentabilidad», matiza Ruiz.

En la última semana, el trigo blando se paga en Soria, según el Observatorio de Castilla y León, a 17 euros los 100 kilos, mientras que la cifra más alta de lo que va de año ha sido de 19,2 euros los 100 kilos, casi un 11% menos. Cabe puntualizar que el año pasado, a primeros del mes de agosto, se hallaba a 17,80 euros el precio pagado de trigo blando a la salida del almacén del agricultor, sin incluir los gastos de transporte ni subvenciones ni impuestos indirectos.

El desplome del precio de la cebada es más evidente, de más del 18%. En la última semana, en Soria, estaba fijado en 14,40 euros los 100 kilos, mientras que en las primeras semanas del año pasado llegó a situarse en  17,7 euros, a 16,50 euros a primeros del mes de agosto de 2019.

provincia heterogénea. En cualquier caso, el responsable de Agricultura y Ganadería en Soria aclara que no en todas las zonas el resultado de la producción será igual, dada la heterogeneidad del agro provincial. En parcelas de la comarca agraria de Soria (que llega casi hasta El Burgo de Osma) los problemas de drenaje reducirán la cosecha, que, aún así, será «buena», pero por debajo de la media. «También el centeno se ha comportado peor en algunos casos, por poner alguna pega a un año que es bueno [...] O en cebada, habrá fincas de 6.000 kilos y otras de 2.500», señala Ruiz. En el Campo de Gómara, Almazán, en Las Vicarías... la cosecha será «muy buena» en términos generales. 

Asimismo, este año se ha reducido la superficie dedicada al trigo en las parcelas sorianas, mientras que se ha incrementado la de cebada, ya que las lluvias de noviembre obligaron a cambiar de cultivo y optar por cebada de ciclo corto. Así, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación sobre avances de superficies y producciones agrícolas correspondientes a abril, un total de 94.200 hectáreas se han destinado a trigo (98.649 en 2019 y 10.758 en 2018), mientras que a cebada se han sembrado 97.440 hectáreas (91.050 en 2019 y 86.580 en 2018).

precio «ridículo». Ante este panorama de «precios hundidos», según el técnico de Asaja Soria, José Ignacio Marcos, lo que podría ser una campaña de cereal espectacular, se quedará con el calificativo de «buena» pero por la abundante producción, en particular «en Tierras Altas», donde aún no han llegado las cosechadoras. «La cebada está a unos 0,14 céntimos el kilo, que es ridículo. Vamos a ver si remonta. Estamos hablando de una disminución de un 25-30%, así que aunque la cosecha sea buena...», sostiene el agricultor y técnico de la organización agraria

El consumidor «cada vez paga más» y los agricultores venden la producción a «precios de hace 30 años», añade el secretario de Organización de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), José María Sanz Lacalle, por lo que, presumiblemente, las ganancias quedan en manos de intermediarios.

«Las aguas de primavera han venido bien, ha sido una primavera como las de antes, según dicen, y en algunas zonas la cosecha será bastante buena. Somos optimistas en producción, pero el precio nos acaba matando, son los de hace 30 años», asegura el portavoz de COAG Soria, Alfredo Cabrerizo. 

La cosecha de cereal en Soria va más adelantada por la zona Sur (Arcos de Jalón, Monteagudo de las Vicarías, Fuentelmonge), donde se empezó aproximadamente hace unos diez días, mientras que en la Campo de Gómara y en la comarca de Almazán arrancó en torno al fin de semana pasado, en la zona de Soria capital apenas se ha iniciado y, como es habitual, va más tardía la zona de Tierras Altas, donde se iniciarán las tareas en breve, en dos o tres días.

«buena» campaña. «La cosecha, en general, va a ser buena, pero no será tanta espectacular como se viene diciendo ni como aparentaba. Las cebadas que se sembraron pronto pueden tener un rendimiento alto, pero el trigo se ha visto afectado por los hongos últimamente de manera fuerte y no se ha empezado a cosechar apenas, pero yo creo que va a bajar respecto a la cebada», explica José Ignacio Marcos.

Por una parte, las cebadas tardías, las de ciclo corto que se sembraron en diciembre o enero, han tenido problemas de septoria y helmintosporiosis, de forma que los agricultores que las trataron a tiempo podrán mejorar los rendimientos de las parcelas afectadas respecto a los que no lo hicieron y, por otra parte, en las fincas cultivadas de trigo, los «primeros ataques» fueron de roya amarilla, aunque después fue la septoria, cuando la planta ya había espigado, por lo que se detectan manchas negras en algunas fincas, en las que se espera que disminuya la producción.

«La zona Sur está muy buena, son siembras más tempranas y le sirve esos diez días de adelanto con respecto a las demás. Las producciones en Gómara y Almazán también serán altas y bajarán donde haya hongos. En Tierras Altas, y pueblos cercanos como Trébago, Matalebreras, Fuentestrún..., es donde la cosecha será mejor. Son zonas más frescas y les acompañan las lluvias», resume el técnico de Asaja. Sin embargo, en el entorno de Soria, como indicaba con anterioridad el jefe del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería, hubo algunos problemas de nascencia por el exceso de humedad en parcelas que presentan un drenaje deficiente, por lo que, «lo lógico», es que baje el rendimiento. «En general, estaremos por encima de la media, pero, insisto, no será espectacular», apostilla Marcos.

Así las cosas, el secretario de Organización de UPA Soria, José María Sanz Lacalle, subraya: «Hay zonas muy buenas con parcelas en las que salen más de 5.000 kilos y de hasta 6.000 por el Sur, por Almaluez. También por Buitrago pinta bien... aunque lo malo siempre baja la media». 

De esta forma, Sanz Lacalle insiste en que los precios que se manejan a primeros de julio socavarán la rentabilidad del sector primario de forma sustancial. Dependerá, asegura, de las posibilidades de almacenar de cada agricultor, ya que se aconseja que esperen a que remonten los precios antes de vender, pero no todos tienen posibilidades de hacerlo. «Está claro que son los intermediarios los que se están aprovechando», hace hincapié el representante de UPA.

Sobre esta cuestión, el responsable de la Junta, José Manuel Ruiz, considera que Soria presenta una «buena capacidad de almacenamiento», más teniendo en cuenta de que la cooperativa soriana Copiso ha incrementado el espacio también este año.

En torno a los precios de compra del cereal, el portavoz de COAG Soria, Alfredo Cabrerizo, puntualiza que reclaman una subida «normal» que, evidentemente, no perjudique a los ganaderos en el compra de piensos.

otros productos. La mayor parte de la superficie agrícola en Soria se destina a la producción de cebada y trigo, que sufren una devaluación de la que no se libran otros cultivos como el centeno, que acusa una caída de más del 9% en lo que va de año, descendiendo hasta los 14,8 euros los 100 kilos, mientras a primeros de 2020 se pagaba a 16,80. En este caso, la superficie sembrada asciende a 18.526 hectáreas, según los datos más recientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Asimismo, a girasol se dedican en la provincia de Soria 44.222 hectáreas, si bien en el caso de este cultivo oleaginoso, el precio ha subido un 3,2% en lo que va de año hasta situarse en los 32,50 euros los 100 kilos. Para conocer el resultado de esta variedad queda todo el verano por delante.

en el canal de almazán. La cosecha en las más de 5.000 hectáreas del Canal de Almazán no estará en pleno apogeo hasta mediados de septiembre, con la recolección de patata, cebolla y zanahoria. Por el momento, explica el presidente de la Comunidad de Regantes, Sergio Muñoz, solamente están recogiendo espinacas, algo casi «simbólico», teniendo en cuenta que hay medio centenar de hectáreas dedicadas a esta verdura. 

La pandemia ha truncado en esta campaña la intención de probar con nuevos productos, ya que se paralizaron los contactos con proveedores, y también se ha notado cierta ralentización en la demanda de hortalizas por parte de las congeladoras compradoras de esta producción. «Aquí se iban a sembrar grelos, que tienen bastante salida en Italia, pero se ha parado», comenta Muñoz. 

Habrá que aguardar a las siguientes campañas para innovar con otras variedades, ya que este año será de continuidad. «A ver los precios, porque el de la patata estaba por los suelos y en algunos sitios del Sur ni se ha recogido. Y la cebolla, igual. Esta crisis nos salpica a todos», lamenta el presidente de la Comunidad de Regantes.