El Observatorio Sindical de las Migraciones en Castilla y León refleja que residen en Soria 6.955 personas, un 7% de la población que la convierte en la segunda con mayor proporción de Castilla y León después de Segovia. Más de la mitad residen en el medio rural, por lo que desde Comisiones Obreras ven en el fenómeno migratorio una oportunidad frente a la despoblación, ya que además es una población joven, con una media de 37 años.
El estudio refleja la precariedad laboral a la que se encuentra sometida la población inmigrante, que queda relegada a los sectores laborales en los que impera la temporalidad y los salarios más bajos, como la agricultura y los servicios. Una situación que repercute especialmente sobre las mujeres, que a pesar de que un 20% cuenta con formación superior, su salario medio anual no llega a los 12.000 euros, más de 7.000 euros inferior al de las españolas. Se hace patente una alarmante brecha de género respecto a los hombres españoles, que superan su salario en un 55%. Una mujer extranjera tiene que trabajar dos años y medio para lograr el salario que obtiene un hombre español en un año.
Pese a los bulos que circulan respecto a la inmigración, en Soria son 1411 las personas inscritas como demandantes de empleo y más de la mitad (57%) no reciben ningún tipo de ayuda.
Así, este estudio plasma la realidad laboral de las personas extranjeras, pone de manifiesto la precariedad que sufren y propone diversas medidas que deberían aplicarse para fomentar una auténtica igualdad de oportunidades. Entre ellas, se pide que se facilite la homologación de titulaciones y la obtención de certificados de profesionalidad, además de fomentar la reagrupación familiar para apoyar el asentamiento de población y, por supuesto, que se respete la normativa laboral en los empleos.