Los pueblos de Soria, incapaces de contener la quinta ola

EDS
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Los alcaldes lamentan que recaiga sobre ellos el control de las medidas cuando la mayoría no tienen ni policía ] Además, empiezan a suspender actos estivales

Pueblo de la provincia

El avance descontrolado de la quinta ola ha obligado esta semana a la Junta a desescalar y, entre las medidas adoptadas, se cierran las peñas y los parques desde las 00.00 hasta las 07.00 horas para evitar los botellones, aconsejando a los ayuntamientos a que refuercen los controles para impedir aglomeraciones y el consumo de bebidas en espacios públicos. 

En un momento en el que los pueblos están llenos de veraneantes, las nuevas medidas restrictivas han sido bien recibidas por los alcaldes de Soria, que entienden que cualquier contención puede ayudar a reprimir la quinta ola que se extiende sin control por sus términos municipales. No obstante, los regidores consultados por ElDía deSoria avisan: no tienen «ni medios ni capacidad» para controlar el cumplimiento de estas medidas. Salvo los núcleos más grandes, ninguno cuenta con policía municipal, por lo que los alcaldes se ven «desbordados» y «desamparados» para hacer cumplir las normas, también «frustrados» por esta delegación de funciones. Cabe recordar que, de los 183 municipios de Soria, solo tienen policía local Almazán, El Burgo de Osma, Ólvega y Ágreda.  

Ante esta situación, la única opción para frenar las conductas irresponsables recae en la Guardia Civil. Pero, denuncian también los regidores, las plantillas de los cuarteles rurales «no están completas» y las patrullas deben vigilar «zonas muy amplias», de modo que «no llegan a todo» para coercer las situaciones de riesgo. 

«Para colmo», cuando las fuerzas de seguridad denuncian, los expedientes pasan a la Junta para su tramitación pero parte de estos (como los referidos al no uso de la mascarilla) son derivados después a los ayuntamientos. Y, de nuevo, los alcaldes se preguntan: «¿Qué pueblo tiene medios para tramitar esas denuncias?», admitiendo que la mayoría de los expedientes se quedan sin tramitar. «El Estado delega a la Junta, la Junta a los ayuntamientos y, al final, el alcalde tiene que resolver todo pero sin medios, sin capacidad, sin nada», recriminan.

«suspendido todo» EN ARCOS CON UNA TASA DE 1.375

Con una incidencia de 1.375 casos por 100.000 habitantes en los últimos catorce días, Arcos de Jalón es uno de los municipios de la provincia donde la quinta ola más está afectando. Su alcalde, Jesús Ángel Peregrina, la ha vivido en primera persona. Al brote familiar que él mismo ha sufrido se sumó otro que, según se cree, «comenzó en un bar» durante el visionado de un partido de fútbol. «Se ha quedado en círculos familiares y parece que ya más o menos está controlado», apunta sobre la situación actual, aunque reconoce su «preocupación» por evitar que se extienda. Precisamente por ello, anuncia, «se han cancelado todas las actividades culturales, deportivas, sociales... que había previstas para este verano y que podían conllevar movimiento o concentración de gente. Los talleres para niños, los conciertos, el teatro... todo. Cuando pase todo esto, ya se verá si se puede retomar o no», apunta. 

También quedan en el aire las fiestas. Aunque las de Arcos son en septiembre y aún hay margen temporal de mejora, Peregrina avisa:«Se verá en su momento pero, en principio, las fiestas como las conocemos va a ser difícil. No tiene sentido hacer una verbena sentados o plantear unos toros si no se pueden celebrar como se entienden en Arcos, con las peñas en la plaza. Esta quinta ola nos está haciendo ver que generar movilidad nos lleva a aumentar el peligro y quizá es mejor evitar el riesgo», justifica. Además, «la gente está reticente», añade, aludiendo a algunas de las últimas actividades organizadas, donde «apenas ha habido público» (como la reciente actuación de un mentalista). «La gente tiene miedo a juntarse y, con estos brotes, aún se ha notado más», sentencia, recordando que estos días pasados los vecinos acudían de mañana a la compra pero han sido más reacios a hacer vida pública. 

A pesar de los datos disparados, el regidor de Arcos insiste en hacer  una llamada a la calma y, «sin bajar la guardia, intentar convivir con esto» y «buscar el equilibrio» entre el control de la pandemia y la convivencia. «La forma de actuar de los vecinos ha sido igual ahora que en las anteriores olas, y ahora nos ha tocado. Por lo que yo mismo he vivido, por mucho cuidado que lleves, lo puedes coger. Por tanto, hay que cuidar, evitar aglomeraciones, seguir con las distancias, con el gel, con las mascarillas, trabajar mucho la prevención... pero no hay que dejar de salir a dar un paseo, acudir a la terraza o irte de vacaciones... Hay que buscar el equilibrio», insiste.

Sobre la posibilidad de intensificar las medidas de control para evitar conductas irresponsables, Peregrina asume que «los alcaldes siempre somos los culpables y responsables de todo» pero advierte también:«Los pueblos no tenemos ni capacidad ni medios porque, para empezar, no tenemos ni policía». Ante esta situación, añade, «la Guardia Civil actúa pero hay que entender también que tiene sus prioridades y su zona que cubrir,  y llega donde llega». Por ello, sentencia, «al final hay que apelar a la responsabilidad individual y, sobre todo, trabajar la prevención». 

En Medinaceli, «la situación de momento está controlada» y no valoran adoptar medidas excepcionales a mayores, si bien el alcalde, Felipe Utrilla, adelanta ya que «no habrá fiestas» de verano en las pedanías porque «los pueblos no son partidarios de hacer nada». «Habrá actos religiosos pero solo donde se pueda controlar el aforo», concreta. En Medinaceli, sus fiestas de agosto quedan en el aire, pendientes de «ver cómo evoluciona». 

«sobrepasados» en PINARESCON BROTES EN TODO EL ÁREA

En la comarca de Pinares hay municipios del área de salud de San Leonardo de Yagüe donde la situación está desbocada. Allí, de cada diez habitantes, uno y medio están contagiados (incidencia de 1.947,42)

«En San Leonardo ahora los datos son algo más bajos, pero en algunos pueblos de la zona están sobrepasados. Preocupa porque ¿qué podemos hacer los ayuntamientos?», se cuestiona la alcaldesa, Belinda Peñalba, quien reconoce sentir «resignación», «hartazgo», «cansancio» e «impotencia» ante la situación porque«se te escapa de las manos». «Por mucho que hagamos a nivel municipal, las posibilidades de control de los ayuntamientos son muy pocas porque en temas de aperturas, de movilidad, de aforos, de mascarillas... no podemos intervenir y, además, tampoco tenemos capacidad de vigilar que se cumple lo que otros ordenan porque aquí no hay policía local. Hay un vigilante municipal pero, obviamente, no puede asumir eso. Lo que hacemos es organizar con seguridad lo que depende de nosotros y, a partir de ahí, solo podemos aconsejar, porque es imposible controlar todo, máxime cuando todo es tan cambiante y cada semana se toman medidas nuevas», se queja la regidora pinariega. Lamenta además que los ayuntamientos no disponen de información oficial de la situación epidemiológica, por lo que adoptan medidas «en función de lo que te enteras por los medios públicos y en la calle, pero nada oficial». En base a ello, han limitado aforos y horarios en el polideportivo y el gimnasio, en la oficina de turismo y en el último pleno acordaron ya también suspender las fiestas. «Habrá alguna actividad cultural y deportiva pero todos sentados, guardando las distancias y con aforo restringido. Hay que intentar hacer la vida pero con mucho cuidado», sentencia. 

En Covaleda, con una incidencia de 608 casos por cada 100.000 habitantes a catorce días al cierre de esta edición , «hemos pasado de incidencia casi cero a ir saliendo casos progresivamente», indica su alcalde, José Llorente, que también «echa de menos» que le informen desde la Junta de la «situación real de contagio» para poder actuar en consecuencia. «Los alcaldes no tenemos esa información ni la forma de acceder a ella», critica. A ello suma también que «los pueblos no tenemos medios para ejecutar las medidas de control que se adoptan» desde instancias superiores. Recuerda así que «los pueblos pequeños» no tienen «ni policía local ni vigilancia», de modo que, aunque son «autoridad sanitaria en el municipio», dependen «de que otros ejecuten». «Dependemos de la Subdelegación (Guardia Civil) o de Sanidad (inspección), pero ni unos ni otros están al servicio del alcalde», repara Llorente. Y, seguido, añade: «Yo no puedo ir a un bar y ver si hacen bien o no las cosas, o no puedo ir al parque a disolver si hay mucha gente junta sin distancia y sin mascarilla. Ni puedo ir a las dos de la mañana a llamar la atención en un botellón. Yo, como alcalde, ni puedo tener esa potestad ni tampoco puedo ejecutar». Precisamente por ello, justifica que los regidores se sienten «desamparados». 

Asumir medidas y su control para reducir el contagio se escapa de sus manos, si bien han adoptado ya las decisiones que están a su alcance, como suspender las fiestas como tradicionalmente se han celebrado. «No vamos a hacer ningún acto en el que no podamos controlar a la gente, ni charanga, ni comida popular... No va a haber ni pregón, ni dama, ni cabezudos, ni dianas... La esencia de las fiestas no va a estar y lo único que podremos hacer es alguna actividad cultural en la que se pueda controlar el aforo perfectamente, y con todas las medidas», sentencia. 

En Vinuesa, donde mantienen el riesgo «muy alto», sufren especialmente esta quinta ola ya desde junio y todavía se mantiene la alarma. Su alcalde, Juan Ramón Soria, quien resultó contagiado en uno de los brotes familiares que se declararon hace unas semanas, lamenta también como sus compañeros regidores que los ayuntamientos no tengan acceso a «la información oficial» ni de la infección ni de los aislamientos, de modo que le resulta inviable conocer el alcance de la situación sanitaria para poder valorar el riesgo real. Además, admite «desconocer» si él como alcalde tiene «algún poder» para hacer cumplir las medidas que imponen otras administraciones para controlar esta pandemia. «El Estado traslada a la Comunidad, la Comunidad a los municipios y aquí te acaban llamando pero yo no tengo ninguna capacidad de ir más allá de informar al cuartel de la Guardia Civil y a Sanidad de lo que sé o lo que te dicen los vecinos que han visto sobre conductas que no cumplen». «El cuartel está a mitad de plantilla y cubren mucha extensión» por lo que no hay continuamente una patrulla controlando la situación de Vinuesa. Tampoco la inspección sanitaria está de forma continua en la localidad, así que, «ante el que no cumple, ¿qué poder tiene un ayuntamiento?», se pregunta Soria. Seguido, se responde él mismo: «Ninguno, que yo sepa». 

Llegados a este punto, la posición municipal es cumplir a «rajatabla» las medidas impuestas en lo que está a su alcance aunque, advierte el regidor, a veces tampoco tienen «mucho sentido» ya que «son medidas idénticas para Madrid que para un pueblo de la España Vaciada y, obviamente, las realidades son muy diferentes». Y pone un ejemplo, el aforo de la piscina en Vinuesa, donde hay más de 600 metros cuadrados disponibles, «no se llena ni en el mejor de los días de verano». 

Así las cosas, las medidas que se van a adoptar son, en principio, suspender las fiestas de verano, declaradas de Interés Turístico Regional y que tendrían que celebrarse del 14 al 18 de agosto. Y «seguramente también» se cancelará la Travesía a la Laguna Negra. A mayores, «no se pueden adoptar muchas más medidas excepcionales porque, aunque nos trasladen la decisión a los municipios, no es lógico porque yo ni lo puedo controlar ni tengo medios». 

desamparados en el valleANTE SITUACIONES DE RIESGO

El alcalde de Valdeavellano de Tera, Amancio Martínez, se muestra desolado ante el avance de la quinta ola porque, aunque la situación ahora está «controlada» en la zona, es consciente de que puede estallar «en cualquier momento» y él, como mandatario municipal, se ve imposibilitado para controlarlo y atajar las conductas de riesgo que se puedan dar entre sus vecinos. De inicio, porque ni sabe cuántos casos hay por fuentes oficiales. Gracias a la colaboración del centro de salud, le dan los datos generales pero no conoce la identidad ni de los contagiados ni de sus contactos, lo que supone que «no se puede controlar si se cumplen o no las cuarentenas». Pero, además, porque «aunque sepa quién está contagiado o quién tiene que estar confinado, ¿qué puedo hacer yo? ¿puedo llamar la atención a esa persona?». «Yo no puedo ser espía ni policía ni controlador de aforo en los bares. Y tampoco puedo mandar al alguacil, porque no es ni su labor ni su competencia. Como mucho, puedo llamar la atención a la gente cuando veo alguna conducta irregular pero me pueden decir, como ya me ha ocurrido, que llame a la Guardia Civil. Y llamo al cuartel pero las plantillas van muy ajustadas y deben atender muchos pueblos, de modo que, cuando viene la patrulla, la situación de riesgo ya ni está», explica de forma muy gráfica. 

Martínez asume que al final es, sobre todo, una cuestión de «responsabilidad individual» para que las personas afectadas «no jueguen con la vida de los demás». Pero, cuando esto falla, «estás atado» porque «un alcalde puede poner todo el empeño del mundo pero no tiene los medios para controlarlo, ni podemos hacerlo tampoco», sentencia. Y a todo esto, «se suma el añadido» de que son los ayuntamientos los que deben tramitar algunas de las denuncias que se imponen al amparo de esta situación sanitaria. «La Junta nos ha remitido dos y las hemos tramitado las dos, pero en un pueblo pequeño como este no es fácil», admite. 

El regidor de Valdeavellano no esconde su intranquilidad por la situación y su malestar por la delegación de funciones desde las administraciones mayores, si bien desde el Ayuntamiento ya han asumido todas las medidas que podían. «El salón municipal con cocina que teníamos a disposición de los vecinos está cerrado desde marzo de 2020 y el salón municipal donde se hace la gimnasia está abierto, pero con todas las restricciones. Ya hemos hablado que las fiestas tendrán que ser suspendidas, y tampoco se va a celebrar ninguna actividad que pueda suponer aglomeraciones». «No vamos a hacer nada ni cultural ni deportivo ni de ningún tipo hasta que esto no se aclare, no merece la pena arriesgar», justifica el regidor. De hecho, se tenía previsto abrir para la gente del pueblo la piscina del albergue que se ha rehabilitado para recuperar las instalaciones pero, «de momento, no va a entrar nadie para evitar mezclar gente y que pueda surgir un brote», explica. Tan solo se trabaja en una exposición en honor a Ramón Benito Aceña pero, insiste, «se celebrará con aforo y horario restringidos».

En El Royo, su alcalde, Raúl Gómez, apunta también que «en el ayuntamiento no tenemos datos oficiales», si bien, por la información que se maneja «de calle», hay «algún caso, pero no brotes masivos». La información de la Junta sitúa el municipio en riesgo «muy alto». A juicio del regidor, la gente está actuando con «prudencia» y el ayuntamiento ha tratado de alargar también la desescalada (mantuvo más tiempo los parques cerrado, por ejemplo), lo que ha permitido que «no haya grandes problemas». La prudencia ha dado de momento «resultado» y por eso desde el Ayuntamiento tienen ya claro que «este año tampoco va a haber fiestas, como el pasado» y, «si se hace algún concierto, será controlado, nada de verbenas». 

DONDE SÍ HAY POLICÍA... TAMBIÉN AL LÍMITE

El Almazán rondan una tasa de incidencia de 900 casos, «lo que supone  unos 26 casos positivos en los últimos siete días. Gran parte de estos positivos son menores de 30 años y contactos de su entorno más cercano. Además, nuestros municipios se está incrementado notablemente los usuarios de servicios, como es habitual en verano, y todo esto está haciendo que nuestros mermados servicios sanitarios corran nuevamente el riesgo de colapsar», avisa el alcalde de Almazán, Jesús Cedazo. 

Asume que «la decisión para los responsables de las diferentes administraciones es muy complicada», y «hacer cumplir la normativa de la Junta o del Gobierno» para los alcaldes y alcaldesas y también para los empresarios de hostelería también. «Desde el Ayuntamiento de forma inmediata se ha pospuesto el concierto que tenía programado la Banda Municipal esta semana, y es más que probable que si continúan en la misma línea las restricciones de la Junta se tenga que suspender la Concentración Ecuestre», anuncia el regidor.

Aunque Almazán cuenta con once efectivos de Policia Municipal, lo que supone mayor capacidad de control de las medidas adoptadas, Cedazo reconoce que «su trabajo tampoco es fácil», especialmente «en unos meses en los que la población aumenta exponencialmente». Eso sí, agradece «la coordinación ejemplar» con la que se trabaja con la Guardia Civil, con cuartel en la villa. 

«Como venimos repitiendo, se trata sobre todo de una cuestión de responsabilidad individual y esto es fundamental para que no tengan que incrementarse las restricciones que conllevan además de un modo directo un serio problema para parte de nuestro tejido empresarial y para el empleo. Desde el Ayuntamiento de Almazán iremos tomando decisiones en uno u otro sentido en función de la evolución de los contagios en las próximas semanas», anuncia, al tiempo que recuerda que «todas las contrataciones realizadas tienen cláusula COVID, por lo que no supondría ningún coste municipal posponerlas o suspenderlas por razones sanitarias». No obstante, «esperemos que no sea necesario», confía. 

Sin medios para controlar«ES INCIERTO Y AGOBIANTE»

El alcalde de San Pedro Manrique, Julián Martínez, admite que la situación es «incierta, imprevista y agobiante» ya que calcula que en el municipio habrá una «treintena» de positivos, «casi todos jóvenes», y otras tantas personas aisladas por ser contactos estrechos. Lamenta que después de haber pasado una pandemia «relativamente tranquila» en San Pedro Manrique, en la quinta ola se ha desbocado el contagio, si bien, por suerte, no tiene constancia de ingreso hospitalario por COVID de ningún sampedrano. «La gente, en general, cumple. Nosotros poco podemos hacer, no tenemos medios para controlar. Por lo menos, contamos con la Guardia Civil que patrullan, pero yo no puedo prohibir que se junten en una casa...», sostiene.

Tampoco tiene pensado tomar medidas a mayores de las que ya ha implementado esta semana la Junta de Castilla y León, teniendo en cuenta, por ejemplo, que a las piscinas apenas acuden usuarios por el elevado número de confinados (positivos y contactos) y también porque, hasta ahora, en el mes de julio no se ha producido un incremento sustancial de la población como ocurrió el verano pasado.

Igualmente, las actividades que se ha programado se mantienen. En concreto, el regidor se refiere al espectáculo ‘Cabaret de circo’, que representará la compañía The Freak Circus Cabaret Show este viernes en la ermita de la Virgen de la Peña. La propuesta cultural, que forma parte del Festival Escenario Patrimonio organizado por la Consejería de Cultura y Turismo, se desarrolla al aire libre, con el aforo limitado y, aunque la entrada es gratuita, es necesaria la inscripción previa nominativa en la web www.escenariopatrimoniocyl.es. «Siendo así, es seguro, no hay motivo para suspenderlo aunque la incidencia sea alta», argumenta el alcalde.

las mismas restriccionesSIN PROGRAMA CERRADO

Aunque Ólvega no se libra del incremento de la incidencia (571,42 positivos COVID por 100.000 habitantes) no es de los municipios sorianos que presentan peor situación y está por debajo de la media provincial (995 casos por 100.000 habitantes). La alcaldesa olvegueña, Elia Jiménez, explica que no han adoptado restricciones a mayores que las impuestas por el Ejecutivo autonómico, aunque no descartan «cerrar los parques infantiles» si el contagio se dispara. «El polideportivo requiere cita previa y tiene establecidos tiempos para desinfección entre uso y uso; las piscinas están abiertas, con las limitaciones obligatorias, aunque la demanda no es exagerada; las peñas [terrizos] están cerrados; y mantenemos las actividades infantiles al aire libre los jueves, que vamos convocando cada semana, o el autocine del fin de semana, que no entraña riesgo. Eso sí, no tenemos un programa cerrado como otros veranos, estamos expectantes a la evolución de la pandemia», resume.

Coincide con otros mandatarios municipales en que el medio rural no tiene recursos para vigilar que se cumplan las restricciones, por lo que apela a la responsabilidad de la población, en especial, a la de los jóvenes, aunque entiende que son casi dos años «muy duros» y no ayuda la «información contradictoria» sobre lo que está permitido y lo que no, las diferencias entre provincias, comunidades y países. «El verano pasado estábamos más asustados, no tan cansados, nos movíamos menos... pero ahora ya... Tampoco hay tanta gente como en julio de 2020. Al principio del verano se notó con la vuelta de los estudiantes, pero en Ólvega también trabaja mucha gente de fuera y en verano se marchan a sus lugares de origen, así que se equilibra entre los que se van y los que vuelven», relata.

LA SITUACIÓN «NO ES MALA»COLABORACIÓN POLICIAL

La incidencia en El Burgo de Osma a 14 días se halla en 615,31 casos por 100.000 habitantes. Una cifra alta, por debajo de la media provincial y lejos de otros municipios como la propia capital soriana o Golmayo, pero puede considerarse que la situación «no es mala». El alcalde de El Burgo de Osma, Antonio Pardo, pone el acento en la colaboración entre la Policía Local burgense y la Guardia Civil para corroborar que se cumplen las restricciones por parte de la ciudadanía. «En general, no se ven comportamientos inadecuados», resalta Pardo, que pone de relieve que a diario recibe información del centro de salud y no tiene constancia de «brotes concretos».

A su juicio, más que la vigilancia, «la clave está en la concienciación», tarea que no siempre es fácil «cuando los mensajes no son muy concretos» por parte del Estado y de las distintas autonomías. «A veces, los ciudadanos no saben muy bien qué protocolo tienen que seguir, si están cumpliendo o no [...] El municipio burgense tiene doce pedanías y no puedo más que mostrar satisfacción por el comportamiento de la ciudadanía», reitera.

En cuanto a la posibilidad de cancelar actividades culturales y deportivas, el primer edil admite que, por ahora, no lo han planteado, ya que las propuestas son al aire libre y con limitaciones. «Si se produce un incremento importante de la incidencia, claro que suspenderíamos», concluye.

sin actividadesPREVENIR ANTES DE CURAR

En Garray, en principio, no habrá actos festivos, ni culturales, ni de ocio que entrañen riesgo de contagio este verano. La alcaldesa, María José Jiménez, reconoce que estuvieron en contacto con empresas de espectáculos y orquestas para lanzar alguna propuesta en la temporada estival, después de un año y medio en blanco por la pandemia. «Con la quinta ola, lo hemos dejado sobre la mesa. Mejor prevenir. Con todo lo que está pasando, mejor no hacer nada. Y la gente lo entiende», asegura. 

En el caso de Garray, al ser una localidad que cuenta con tres bares no existen identificados emplazamientos de reunión de grupos de amigos o de botellón, aunque Jiménez asume que desconoce si la gente se junta en domicilios, jardines... sobre todo en las cinco pedanías, en las que, por segundo año, el Ayuntamiento garreño ha optado por no abrir los centros sociales, para que la responsabilidad del contagio y del control del cumplimiento de las medidas no recaiga en las asociaciones o en los vecinos que suelen ocuparse de la gestión de estos puntos de encuentro.

La incidencia acumulada a 14 días en Garray indica riesgo medio, por lo que la alcaldesa confía en que no se produzcan «brotes», ya que reconoce que existe preocupación por la evolución de la quinta ola.

«preocupación» en golmayoPOR LA INCIDENCIA DISPARADA

Golmayo lidera la tasa de incidencia en la provincia de Soria, con 1.620 casos por 100.000 habitantes. El alcalde, Benito Serrano, reconoce que reina la  «preocupación» por estas cifras, si bien espera que el contagio remita ya que el municipio tiene una peculiaridad que no tienen otros: un buen número de habitantes de Camaretas se marcha «o la playa o a otros pueblos», en particular en el mes de agosto. Por este motivo, no se plantean adoptar medidas más severas de las que ya están impuestas y, por ejemplo, continuará el programa de ocio y tiempo libre para niños, ya que es una alternativa para la conciliación laboral y familiar. También se mantienen los conciertos al aire libre.