La huella de José Luis Cuerda en Soria

Ana Pilar Latorre
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El director apostó por Tierras Altas para 'Total', uno de sus proyectos de cine que precedió a la mítica 'Amanece que no es poco'. Pedro Estepa, soriano de la Plataforma de Nuevos realizadores, recuerda su figura

La huella de José Luis Cuerda en Soria

Puede que el cineasta Luis García Berlanga sugiriera a su compañero de profesión José Luis Cuerda -fallecido esta semana- que rodara la película Total (realizada para TVE y emitida en diciembre de 1983) en las Tierras Altas sorianas, ya que su mujer era de Villar del Río. Lo cierto es que escogió las calles y los parajes de Oncala, San Pedro Manrique y Yanguas para algunas de las escenas de esta divertida comedia, con actores como Agustín González, Manuel Alexandre, Luis Ciges, Enriqueta Caballeira, Miguel Rellán y Chus Lampreave en el reparto.

La obra está en sintonía con el resto de la trilogía: Amanece que no es poco, la más popular y venerada, y Así en el cielo como en la tierra. El propio director relataba en 2013 en redes sociales que había vuelto a esa zona soriana y que le brotaban «emociones a toneladas». Así lo recuerda el periodista y bloguero soriano Ángel Almazán de Gracia, quien apunta que la obra grabada en Soria «anticipa el humor absurdo o disparatado que exploró después» en sus más populares películas.

Almazán de Gracia apunta que en una entrevista a Cuerda incluida en el DVD de la película, el realizador destaca que dos personajes digan el mismo texto, contradictoriamente, y pone como ejemplo los argumentos de la película sobre las vacas y las ovejas, el famoso travelling y el encuentro repetido de los dos primos en la plaza de Yanguas.

PLATÓS. Ahora que trabaja a pleno rendimiento la Soria Film Commission y que se graba en Tierras Altas la serie El Pueblo hay que homenajear a los directores, como Cuerda, que se fijaron mucho antes en Soria y que mostraron rincones de la provincia que hoy pueden seguir siendo los mejores platós de cine.

 

Gracias, José Luis / Por Pedro Estepa

Se nos marcha uno de los grandes del cine español. El genio del surrealismo hecho carne en nuestro cine. José Luis Cuerda siempre será recordado por los cineastas porque consiguió convertirse en un referente gracias a su trabajo y esfuerzo. En el imaginario colectivo quedan sus películas más celebres: La lengua de las mariposas, Total, Así en el cielo como en la tierra y Amanece que no es poco. Al mismo tiempo que escribo estas líneas, hablo telefónicamente con el actor y protagonista de esta última y mítica película, Antonio Resines, quien me reconoce que «es uno de los grandes del cine español». No le falta razón. Ha creado películas esenciales de nuestra cinematografía arrojando luz sobre la historia de la España más reciente.

Era una persona libre, sin ataduras, no se mordía la lengua. Decía todo lo que pensaba pero quizá no todo lo que quería, sobre todo, en estos últimos años donde se analiza cualquier pequeño detalle con lupa. No obstante, he disfrutado a lo grande leyendo las perlas que soltaba José Luis Cuerda en su cuenta de Twitter a modo de greguerías: «Soy lo que soy aunque no me fijo si estoy o voy de paso».

La última vez que vi al maestro Cuerda fue durante la proyección de su película Tiempo después. Se trataba de un pase que se organizó en la Academia de Cine para valorarla de cara a los Premios Goya junto a mis compañeros académicos. Me reí en varias ocasiones pero también se me encogió el corazón. 

Al finalizar la proyección, José Luis Cuerda, sin levantarse de su butaca, lloraba dando las gracias a su equipo por el excepcional trabajo que había realizado. Vi una persona mayor, casi indefensa. Esta situación me recordó su enorme generosidad y humildad como persona pero también me teletransportó a su humor absurdo, tan absurdo como la muerte misma.