El hambre amenaza con dispararse

B.Delgado (EFE)
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El coronavirus podría dejar en estado de desnutrición a entre 83 y 132 millones de personas solo este año, un problema con tendencia al alza desde 2014

La crisis sanitaria ha obligado a muchas organizaciones a ofrecer asistencia a los países más vulnerables, como Guatemala - Foto: Esteban Biba

Hasta 132 millones de personas pueden sumarse este año a los casi 690 millones que pasaban hambre en 2019, un aumento motivado por la COVID-19 que refleja la necesidad de mejorar la alimentación en todo el mundo. Bajo el lema Cultivar, nutrir, preservar. Juntos. Nuestras acciones son nuestro futuro, la ONU lanzó ayer un llamamiento, coincidiendo con el Día mundial de la alimentación, a la solidaridad y cooperación frente a la amenaza a la seguridad alimentaria que supone la pandemia. Según Naciones Unidas, el coronavirus podría empujar este año al hambre a entre 83 y 132 millones de personas, en función del escenario económico.

En 2019, tras una revisión a la baja de las cifras de China, había casi 690 millones de individuos desnutridos (el 8,9 por ciento de la población mundial), 10 millones más que en 2018. Asia registró el mayor número de personas en estado de desnutrición (381 millones), seguida de África (250 millones) y América Latina y el Caribe (48 millones) en un panorama de hambre con tendencia al alza desde 2014.

En el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que fue recientemente galardonado con el Premio Nobel de la Paz, no dudan en culpar a la violencia de las mayores crisis alimentarias.

Los conflictos tienen precio: un simple plato de arroz y frijoles, por ejemplo, cuesta casi el triple (un 186 por ciento) del ingreso diario de una persona en Sudán del Sur, según la organización. La portavoz del PMA Norha Restrepo describe cómo muchas de las personas a las que brindan asistencia «han huido de los conflictos, obligados a abandonar sus tierras, hogares y trabajos».

Para finales de 2020, la población con hambre aguda podría alcanzar los 270 millones, frente a los 149 millones de 2019, por el impacto del coronavirus.

El PMA, que asistió a casi 100 millones de individuos en más de 80 países en el año pasado, tuvo durante mucho tiempo por objetivo salvar vidas en situaciones de desastres, pero actualmente también intenta «cambiar vidas por el nexo que existe entre la seguridad alimentaria y el desarrollo», ayudando a las comunidades a ser «resilientes», comenta Restrepo.

Aumento desde marzo

En España, el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) coordina el programa de asistencia alimentaria del fondo de ayuda europea para los más desfavorecidos, que este año distribuirá más de 88 millones de kilos de alimentos. Su presidente, Miguel Ángel Riesgo, detalla que el número de beneficiados se ha incrementado desde marzo un 20 por ciento, hasta los 1,5 millones de personas. «Se asegura una entrega continua a las familias de alimentos muy básicos, poco perecederos, que sirven para hacer una comida completa», añade.

Más allá de la respuesta de emergencia, la pandemia ha puesto en evidencia los fallos del sistema alimentario, una estructura «quebrada», a juicio de la vicepresidenta del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, Marie Haga.