"La palabra es adaptación, hacer otras cosas"

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Deja claro que no se suspenden los actos religiosos, solo se «adaptan». Asegura que se ha tratado de «conservar todo» lo que era posible mantener con las restricciones y, para las cosas suspendidas, se han elaborado vídeos a emitir coincidiendo tempo

"La palabra es adaptación, hacer otras cosas" - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

No habrá procesiones, pero la Semana Santa no se suspende y, por ello, las ocho cofradías de Soria (La Borriquilla, la Oración en el Huerto, la Flagelación, el Ecce Homo, las Santas Caídas, la Soledad, las Siete Palabras y el Santo Entierro) y la Junta de Cofradías de Soria se han empeñado en buscar alternativas para poder celebrar la Pasión, muerte y resurrección de Cristo con seguridad. Daniel Madrid, en representación de la Cofradía de la Entrada en Jerusalén -la popular Borriquilla-, se estrena este año como hermano mayor del órgano cofrade. 

Seguramente no es la Semana Santa que había soñado para su estreno en el cargo pero supone también un reto. ¿Cómo han sido estos meses desde que cogió las riendas de la Junta de Cofradías de Soria?

Han sido raros, pero como todo lo demás. Hicimos el traspaso de cargo a finales de julio porque, con el año que tuvimos, se prolongaron los plazos. Han sido meses de incertidumbre y muy tensos porque generalmente diciembre y enero son meses de mucho trabajo de la Junta de Cofradías, pero este año se podía avanzar poco. Otros años el programa físico va a la imprenta la última semana de enero, y este año hasta el 18 de febrero no tuvimos una garantía mínima de que podíamos programar algo. Entonces ha sido, primero, nada, luego mucha tensión y, de repente, explosión. 

No habrá procesiones pero han conseguido sacar adelante un programa digno en convivencia con el virus. ¿Cuáles van a ser las señas de identidad de esta semana de Pasión? 

Lo básico que quiere recordar la Junta de Cofradías es que hay Semana Santa, que no es otro año para desenchufar, ni siquiera para resignarse. La palabra es adaptación. La alternativa a no hacer lo que haces siempre no es hacer nada, es hacer otras cosas. 

Nos adaptamos y conservamos los actos que se pueden mantener (aunque evidentemente condicionados en aforos, horarios...) y, el resto de cosas que no se pueden hacer, se procura hacer algo en ese hueco temporal.  No se trata de sustituir, porque una procesión no se puede sustituir, pero sí de hacer algo para ocupar ese vacío. 

Mantienen de manera presencial los dos actos propios de la Junta, el Pregón y el Encuentro. ¿Cómo se harán?

El Pregón, que es este sábado, se mantiene en la iglesia del Salvador porque es uno de los mejores sitios y, además, ahora solo se puede ocupar un tercio del aforo y, como esa iglesia es muy grande, puede acoger 200 personas. Lo que cambia es la hora, que normalmente se hacía después de la misa de las ocho y ahora se adelanta a las seis para respetar el toque de queda. La estructura es la misma, hay un pregón, un anuncio de la Semana Santa y una actuación musical. 

En el contenido, cambia el pregonero. Le dimos la opción al que quedó pendiente el año pasado y ha preferido esperar. Lo entendemos y la Junta ha hecho un pregón conjunto, un texto acordado entre los hermanos mayores y el abad de la Junta, y hemos pedido a un hermano mayor que estuvo en la Junta mucho tiempo (porque fue hermano mayor del Ecce Homo más de 50 años), Ángel Blanco, que haga de portavoz, de voz de la Junta ese día. Será el pregonero especial. 

¿Y el Encuentro? ¿Cómo se adapta?

Es cierto que se reduce mucho porque no deja de ser una procesión y este año no va a poder ser, pero lo que está previsto es que las imágenes se colocarán en San Pedro el Domingo de Pascua como se colocan a la vuelta de la procesión (delante del altar), y lo que se hará a la una será no empezar directamente con la misa, sino quitar el luto a la Virgen. Serán las representantes femeninas de la Junta de Cofradías quienes lo hagan entre todas, y procederemos después a la misa. 

¿Veremos capuchones este año?

Capuchones como tal, como prenda de cubrir la cara, creo que no, porque en principio todos los actos que hemos programado son con el hábito puesto pero sin el capuchón, porque dentro de la iglesia no tiene ningún sentido. Dependerá de cada uno pero creo que ninguno habrá planteado ir con la cara cubierta. 

Todos los actos son en interior y hay límite de aforo ¿Cómo se va a seleccionar el público que pueda asistir?

Es un tema complejo y, cuanto más numerosa es la cofradía, más miedo hay y, por supuesto, justificado. En los actos de la Junta va a ser por llegada. La Junta de Cofradías son ocho hermanos mayores y el capellán y, ampliamente, un grupo de 25 personas. Todos ellos están convocadas por el papel representativo que tienen y, al resto de los cofrades, se les invita pero no se selecciona al público. 

Por ejemplo, en el Pregón, la Junta de Cofradías está convocada de forma especial pero realmente es para todos los cofrades. Si además la comunidad parroquial de El Salvador también quiere participar y llega antes... es algo que no podemos controlar, y no nos parece prudente ponernos a hacer un acto con invitación. 

¿Será entonces por orden de llegada?

En principio, sí. Es verdad que luego hay actos de cofradía y cada una organizativamente ha establecido el  número de cofrades que necesita y cómo los van seleccionar. No sé realmente si los actos de cada cofradía van a ser abiertos al público o se cierran solo para la cofradía porque queda dentro de la autonomía de cada cofradía. Lo que sí sé es que esos actos se van a retransmitir. 

¿Se va a apostar por las nuevas tecnologías para llegar a más gente?

Eso es. Aunque de forma más tímida, en los últimos años la Junta de Cofradías ya había puesto en marcha algunas iniciativas como redes sociales y un canal de YouTube, que hasta hace unas semanas no era especialmente usado. También, porque hasta ahora no era tan  necesario. Este año nos toca hacer retransmisión en directo y elaborar vídeos para actos que no se puedan retransmitir, y el canal de YouTube de la Junta de Cofradías va a ser lo básico para poder seguirlo todo. También la página web que se ha rehecho y ahora es más accesible. 

¿Todo se va a retransmitir a través de la página de la Junta de Cofradías o cada cofradía retransmitirá lo suyo?

El programa de la Junta de Cofradías, que son sus dos actos (Pregón y Encuentro) y un acto por cofradía (es decir, otros ocho), los propicia la Junta de Cofradías a través de la ayuda que llega de la Junta de Castilla y León y eso irá por el canal de YouTube de la Junta de Cofradías. Luego hay algunas cofradías (no demasiadas) que tiene algún acto más y, en principio, no se retransmiten por el canal de la Junta de Cofradías; pero hay otras cofradías que van a hacer material audiovisual a mayores de esos ocho actos y cuentan con que se pueda subir en el canal de la Junta d Cofradías.

Comentaba la aportación que reciben de la Junta de Castilla y León. ¿Cómo se financia la Junta de Cofradías de Soria? 

La Junta de Cofradías se creó como un órgano de coordinación entre las ocho cofradías, pero no es un órgano que tenga una fuente de ingresos importante. Recibimos un poco de dinero de las instituciones como, por ejemplo, el Ayuntamiento de Soria. Pero el dinero que permite encargar una retransmisión en streaming, poner un anuncio o hacer esas cosas es por la subvención de la Junta. 

¿Que aportación es? ¿Es suficiente?

Bueno... La Junta ha dicho que se remitía a 2019, porque en 2020 dio lo justo para pagar lo que se había gastado hasta la suspensión de la Semana Santa. En el caso de Soria es algo más de 11.000 euros. ¿Es suficiente? Es mucho dinero pero depende de lo que te pongas a hacer. Si no tienes proyectos, casi es un compromiso ver donde lo gastas; pero hay otros años que casi tienes que fraccionar o discriminar los proyectos que surgen. Este año ha ocurrido, porque son diez retransmisiones o vídeos. ¿Mucho o poco? Depende de lo que hagas. 

Es cierto que las nuevas tecnologías permiten llegar a más gente pero es cierto también que parte de la población (principalmente gente mayor) no va a poder ver nada porque no tiene acceso a YouTube, a la web...

Es, con diferencia, la mayor pega que tenemos. Hemos hecho lo que hemos podido y por eso hemos intentado mantener -vías virtuales al margen- algunos actos para llegar a la gente. Por ejemplo, hemos hecho más programas que cofrades para que llegue a más gente. Además, hemos mantenido la exposición de fotografía en la Audiencia y va a estar cerca de quince días. Y luego se han planteado otras convocatorias presenciales, pero es cierto que hay una parcela que siempre piensas ¿cómo llegamos a esta gente? A veces requiere reconocer que no puedes. 

Las procesiones son el acto principal pero,  más allá de por la cuestión estética, porque supone sacar la fe a la calle. Para un cofrade, y para usted que se estrena como hermano mayor de la Junta de Cofradías, ¿qué supone que por segundo año consecutivo no haya celebración en las calles?

No es frustración porque hay que relativizar y, a estas alturas de la pandemia, ya nadie puede comparar. Teniendo en cuenta el año que llevamos y lo que sigue pasando, que no haya procesiones es lo de menos dadas las circunstancias y que mucha gente ha perdido a seres queridos. Pero, claro, hay cierto punto de resignación, como con el resto de cosas que no podemos hacer y echamos de menos. 

Es verdad que las procesiones no dejan de ser lo más visible porque es la estética que sacamos a la calle, la que cuidamos, la que presentamos, y nuestro principal vehículo para lo que no es cofradía, para la gente. Hay un punto claro de pensar: otro año sin procesiones. A cambio de eso, lo que hemos intentado hacer es que los pasos no fueran los olvidados y durante toda la Semana Santa los tenemos todos expuestos en la Concatedral de San Pedro, de forma que la procesión va a ser casi a la inversa, la puedes hacer tú en el templo en el orden de la Pasión. Es la espinita que nos queda, pero es lo que hay. 

Es complicado porque las imágenes pertenecen a las parroquias pero, ¿se ha valorado la posibilidad de mantener esta exposición con carácter permanente?

Es una idea recurrente a lo largo del tiempo. Yo llevo muchos años en la Junta y he oído cada cierto tiempo la idea de un posible Museo de Semana Santa. Es algo real en muchos otros sitios y no es descabellado, pero en Soria es complicado porque la Concatedral de San Pedro no es una nave, es un lugar de culto. Un templo no es un depósito de pasos y, sobre todo, no es un museo; porque el templo es una parte viva y, lo que se celebra dentro, está ahí. No es tanto que estorben, sino que la primera función del templo no es acoger visitantes, sino celebrar la fe. 

Es estupendo que la puerta cultural esté abierta para que, siempre que no se estorbe a las celebraciones, se pueda entrar a ver el arte que hay allí contenido pero, cuando se valora esta opción y que puedan estar todos los pasos en San Pedro, no termina de verse. Además supone una inversión y un proyecto muy potente que o tiene apoyo institucional o es imposible para nuestras cuentas. 

Toca una Semana Santa íntima pero, al mismo tiempo, ahora más que nunca hay que hacer comunidad para llegar a aquellos que están más solos. ¿Cómo es posible combinar ambos conceptos en tiempos COVID?

Es difícil porque estamos en un momento de sentimientos contradictorios. Quieres hacer cosas pero al mismo tiempo te da miedo porque todos hemos perdido gente cercana. Por eso animamos a los cofrades a recordar que hay Semana Santa y que su cofradía sigue activa y viva, que funciona, que hace cosas en la medida de las posibilidades, que se organiza y está ahí, y sigue pensando en ellos.  

¿Temen que si la situación empeora y la cuarta ola se acelera el programa no se pueda llevar a cabo?

Sí, está ahí esa posibilidad, tan real como todo lo demás. Pero hubo un punto de no retorno, donde había que o programar o no, o hacer o no. Decidimos programar, organizar y difundir, y confiar y... Dios dispone. Pero estamos atentos por supuesto a la situación sanitaria que hay. 

Fueron críticos cuando se limitó el acceso a las iglesias a 25 personas. Ahora es un tercio del aforo. ¿Les sigue pareciendo injusta teniendo en cuenta que en otras actividades no se ponen estos límites?

Las comparaciones son odiosas y no queremos entrar en eso. La Junta de Cofradías, ya no como Junta sino como Iglesia, manifestó -como pusieron voz los obispos- que tener la limitación de 25 personas en un templo independientemente de su capacidad era no solo absurdo, sino absolutamente discriminatorio, porque no tiene razón de ser. 

Lo del tercio es valorable pero creemos que, en cualquier caso, si algo hay que ser es prudentes, y estamos muy por la labor de ser prudentes y nos adaptamos a las circunstancias. Porque además esto sigue siendo peligroso, sigue habiendo mucha gente enferma... y no queremos poner a nadie en riesgo. No es que no queremos tener mala prensa (eso es la consecuencia), lo que no queremos es perjudicar a nadie y que nadie tenga un problema de salud por algo que no hayamos hecho bien nosotros. 

¿Cómo explicaría a alguien que no esté metido en este mundo qué significa ser cofrade?

[Silencio] Ser cofrade al final tiene que ver con una profesión de fe. Tiene que ver realmente con muchas otras cosas pero lo más identitario es una cuestión de fe. Y la cuestión de fe es siempre una combinación muy compleja entre una experiencia absolutamente personal y, a la vez, profundamente comunitaria. 

La ventaja y al mismo tiempo el elemento más complejo de la Semana Santa es que arrastra además un elemento cultural e histórico, y una cuestión estética que llama la atención. Al final es que somos herederos de una pasión profunda por la Pasión, por ese momento en el que uno abandona la seguridad de un templo y sale y dice a la sociedad... me gustaría contarte esto. Hay que conocer el contexto, hay que saber apasionarse y hay que tener una experiencia. Yes verdad que lo cofrade viene muchas veces por herencia familiar. 

¿Un cofrade nace o se hace?

En mi caso te diría que yo me he hecho, porque yo tengo familia cofrade pero no son mis padres ni mis abuelos, sino familiares más lejanos. Es el contacto que tengas y cómo llegan las representaciones que hacemos al resto de la gente, cómo tocan y cuánto te apasiona lo que recibes en la parte cultural. Aunque, insisto, esto tiene un poso de fe o, al final, acabas pensando «estoy haciendo una obra de teatro», y no es eso. 

¿Hay mucho cofrade solo de desfile pero de poco de compromiso real?

Sí, claro, hay de todo como en todas partes. Pero sí que he coincidido siempre con mis hermanos mayores de otras cofradías que nada de eso es despreciable. Quiero decir, cualquier ligadura con esto, por pequeña y puntual que sea, es susceptible de llegar a alguien y de fomentar algo más profundo y significativo.

Y, a pesar de lo que se puede uno pensar, los que la ignoran todo el año menos un día, no son demasiados.  Otra cosa es la cuestión de comprometerse, pero eso es ya un mal endémico de la población. 

¿Les está afectando la pandemia? ¿Han perdido cofrades? 

Ahora mismo no puedo decir pero el ‘temor’ entre los hermanos mayores y las directivas es ese, que la gente se desligue y deje de hacer cosas porque, por segundo año consecutivo, lo más fuerte no lo tengo y, encima, no puedo acoger a todos los cofrades que quieran venir y es difícil llegar a todos. Hay una cierta preocupación porque tememos que, pasados dos años en este punto, las conexiones más pequeñas se debiliten o se acaben perdiendo, pero por eso el esfuerzo este año es recordar que estamos y somos todos. No es una cuestión de que estamos nosotros para ellos, sino juntos todos. 

En ocasiones se piensa que las cofradías solo están operativas los días de Semana Santa. ¿Cuál es la labor que desempeñan como asociaciones religiosas que son durante todo el año?

Está claro que todo es mejorable y uno querría tener más actividad de la que tiene, pero también es verdad que en Soria somos pocos y uno se da cuenta de que es difícil buscar gente activa que se involucre al final en todo. 

Durante el año se trata de hacer cosas que sirvan socialmente para algo. En un año normal no es infrecuente encontrarse un día lejos de Semana Santa con una comida solidaria y ayudar a una causa. También hay actos culturales, que no es lo prioritario pero también se organizan exposiciones, conciertos... Y lo más habitual suele ser que cualquier cosa que organice una cofradía tiene siempre una consecuencia en lo caritativo, en la ayuda a la parroquia, a Cáritas...

La sociedad actual cada vez se aleja más de la religión y nadie ignora ya la crisis de fe y de vocaciones que existe. ¿En las cofradías ocurre lo mismo o hay relevo generacional?

Las cofradías lo sufren igualmente, pero lo sufren de otra manera, también por lo que acabamos de hablar, de esa gente que no vive demasiado cerca la cuestión de fe. Quizá no es tan evidente porque es más fácil llenar una procesión que una misa pero, al final, vamos ligados a lo mismo. 

Puede ser que vaya un poco más tarde, puede ser que tenga cierto paliativo por el hecho de que es una cuestión familiar y la gente la mantiene, puede ser el hecho atractivo de la estética de las procesiones que sea una llamada... todo puede ser, pero no dejamos de ser parte de la Iglesia y estamos expuestos a lo mismo. Creo que, si hay una crisis de fe que se manifiesta de forma seria, nos afecta de igual manera. Porque lo accesorio, la obra de teatro de la que hablábamos antes, es pasajera. Hay paliativos a esa cuestión de fe y de religión pero, al final, creo que no tenemos un camino separado de eso. 

Pero las iglesias las vemos vacías y llenas de gente mayor, y las procesiones llenas y con gente joven. 

Sí, pero es por lo que hablamos. Falta un sentimiento comunitario, y lo comunitario real es lo que practicas a diario porque tienes necesidad y porque te aporta. Lo comunitario en las parroquias es estar ahí todas las semanas, mientras que en las procesiones es diferente, y es más seductor porque llama más la atención. 

Creo que en la población más joven se echan de menos a veces cuestiones identitarias que te permitan sentirte parte de un grupo que te preocupa y se preocupa por ti. En las procesiones (como hay elementos más seductores como las bandas, los desfiles...) es verdad que tienen un punto de atracción para gente no tan mayor. Pero a esa atracción joven hay que darle una fe razonable para que no se quede sin base y, por tanto, no le sirva. 

¿Es un toque de atención a la iglesia de que algo hay que cambiar para llegar a los jóvenes?

Sí, creo que las cofradías tenemos mucho que aprender como Iglesia, y creo que al mismo tiempo la Iglesia puede nutrirse de cosas muy interesantes que tienen las cofradías. No es el fondo de la cuestión pero es una forma interesante y en la medida en que nosotros podamos aportar a nuestra casa común que es la Iglesia deberíamos hacerlo. Pero es verdad también que aquí funcionamos en una población como Soria, muy envejecida, y a veces es una cuestión meramente demográfica. 

La Semana Santa Soriana es de Interés Turístico Regional desde 20008. ¿Se plantean luchar por la declaración Nacional?

Creo que no es el punto en el que está la Semana Santa soriana, pero no por ser este año de pandemia. Aquello fue un salto cualitativo muy grande (se hicieron dos pasos nuevos, una procesión nueva...) y ahora hay que procurar asentar esas cosas, porque todos sabemos que lo nuevo está establecido cuando ha pasado cierto tiempo y se logra mantener eso. Nos toca ahora potenciar la procesión del Encuentro, que los cofrades entiendan que la Semana Santa suya es entera (no solo su día), que el Pregón y el Encuentro es común... y eso queda por pulir. Creo que la cuestión nacional no es que no sea interesante para nosotros, es que no es el punto. 

Acaba de aterrizar en el puesto pero, ¿le gustaría organizar o compartir algún tipo de acto con otras Semanas Santas reconocidas de la provincia como Ágreda o El Burgo de Osma?

Se ha planteado en la Junta de Cofradías. También, porque desde hace poco tiempo hay un delegado episcopal de cofradías en la Diócesis que es parte de la Junta y puede dar un punto muy interesante, y ya lleva un tiempo trabajando en común. Antes de la pandemia hubo un intento y creo que, cuando se pueda retomar esa línea, será bueno. Al final no es más que una extensión de lo que queremos hacer de forma interna y la Junta de Cofradías estará encantada. Creo que puede tener mucho futuro. 

Ha sido un estreno complicado pero por delante le quedan tres años, ¿tiene algún reto, propósito nuevo...?

Está ahora todo muy difuso pero sí hay ideas de funcionamiento interno, de hacer llegar a los cofrades... que nos gustaría poner encima de la mesa para ayudar a pulir cosas que no quedan claras y a llevar adelante iniciativas nuevas. Pero ahora mismo no es que quede lejana, es que no tenemos capacidad de pensar en eso porque estamos muy cogidos por la pandemia. Confiamos en que haya margen.

¿Qué mensaje le gustaría trasladar?

Que hay Semana Santa y que las cofradías están vivas. Que por responsabilidad hemos tratado de ofrecer un programa no tanto numeroso como digno y que nos haga presentes. Hay Semana Santa y ha sido un año terrible, pero caminamos con esperanza. Pararse no es una opción.