La Covid-19 impulsa el crecimiento de los fondos ESG

Agencias
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La Covid-19 impulsa el crecimiento de los fondos ESG

La pandemia por Covid-19 está impulsando la inversión con criterios ambientales, sociales y de gobernabilidad (ESG), una filosofía que se acelera tras los planes de reconstrucción de los gobiernos europeos y avanza hacia un compromiso con la sociedad por parte de la comunidad inversora tras el estallido de la crisis.

Así, Santander Asset Management ha lanzado a finales de julio un nuevo vehículo de inversión sostenible, el Santander Sostenible RF 1-3, que cuenta con un patrimonio inicial de más de 1.350 millones tras la fusión de hasta ocho productos.

La gestora de Banco Santander invertirá en bonos sostenibles, verdes o sociales de la zona euro, con la posibilidad de tener hasta un 15% de su cartera en high yield y un 10% en mercados emergentes.

Este megafondo supone que la gama de productos ESG de la gestora se haya ido ampliando en los últimos meses y en la actualidad cuenta ya con diez fondos de ISR (Inversión Socialmente Responsable): siete en España y uno en Portugal, Brasil y México.

Junto a ellos, una de las primeras entidades en apostar por este tipo de inversiones fue Andbank España, que hace año y medio lanzó el fondo Sigma Global Sustainable (GSI), que invierte en compañías líder en su sector en materia de buen gobierno corporativo y de prácticas sostenibles, a lo que se suma la 'inversión de impacto', que apuesta por empresas que por su actividad generen un impacto medioambiental o social positivo.

De hecho, cuenta con una nueva incorporación tras los peores meses de pandemia: un bono social emitido por la Cassa Depositi e Prestite (CDP), el banco de desarrollo del Gobierno italiano. Se trata de una emisión a 2023 y que tiene como objetivo apoyar a las pymes y entidades locales, pero también para financiar la construcción de hospitales, equipación médica y tecnología.

A ello hay que sumar que ha aumentado el peso en la cartera de un fondo de renta fija con una estrategia de impacto en carbono. El objetivo es batir el comportamiento del bono francés al mismo plazo, pero generando como mínimo un 50% menos de huella de carbono.