A César Palacios no se le pasa por la cabeza otra cosa que no sea mantener a Arrasate al frente del banquillo del Numancia para lo que resta de temporada. Achaca a la falta de concentración y fallos puntuales la mala clasificación de un equipo que, por juego, cree que merece más. Si hubiera que cesar al entrenador sería, insiste, por los resultados, nunca por su actitud o falta de implicación.