Son muchos los deportes que pasan de casi olvidados a mediáticos gracias a una cita como los Juegos Olímpicos. Con la cita de Tokio lo hemos visto reflejado en disciplinas como la escalada y especialmente con el kárate. Con el estreno (y final) de este deporte como olímpico, el oro de Sandra Sánchez y la plata de Damián Quintero, han hecho que los más jóvenes se hayan interesado por él.

En Soria es un deporte minoritario pero el Gimnasio Taekemp cuanta con 40 deportistas de todas las edades que lo practican, «los triunfos del kárate en los Juegos Olímpicos han sido buenos porque ha llamado la atención de la gente», asegura Francisco Granado. Este entrenador ha detectado que su difusión «ha sido una pequeña ayuda». Pero recuerda, «después hay que meterse en el tatami y trabajar muy duro», avisa.

El kárate es un deporte de tradición, disciplina y mucho entrenamiento, «hay que sudar mucho y dedicarle muchas horas», y con ese objetivo inician una nueva temporada que busca impulsar a las artes marciales en Soria.

El kárate pega fuerte en Soria - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez Eugenio Gutiérrez MartTradición. El kárate es una religión para los que lo practican, un noble arte que tiene su cuna en Japón y que en Soria cuenta con un entrenamiento de su variante kyoko shin kai, «es un sistema que se enfoca más en el combate», asegura Francisco Granado, «a mí particularmente es el que más me gusta de todas».

Antes de llegar a ese nivel cuenta con sus tradicionales katas. Como se vio en los Juegos Olímpicos «se trata de posiciones y movimientos prefijados que se emplean para el aprendizaje y entrenamiento de artes marciales en diferentes niveles o especialidades». De hecho en el Gimnasio Taekemp  «sirve para introducirlo en otras disciplinas como el kickboxing, el judo o el taekwondo».

Se trata de un tipo de ejercicios muy disciplinados, «muy eficientes para los comienzos porque se desarrolla la técnica adecuada que después se traslada al combate». En Soria esos inicios llegan a las 12 años, «es una edad algo difícil en la que se deben centrar mucho pero si tienen esa dedicación evolucionan con rapidez». En un año es posible pasar de la preparación inicial a los combates. El entrenamiento para las peleas es inmediato, «se realiza de una forma más controlada, pero lo que aquí queremos es que desde el principio se acostumbren a ello». Aunque en competición no hay protecciones «nosotros se las colocamos, queremos que sea un entrenamiento controlado y que aprendan tanto a ganar como a perder».

Para conseguir mejorar «montamos una especie de coreografía, una manera de ir consiguiendo automatismos que puedan desarrollar después en el propio combate cuerpo a cuerpo». Y a esto hay que sumar una preparación física completa.

Físico. Francisco Granado define la preparación para el kárate como un deporte «que se trabaja desde la punta de los pies a la cabeza». Pone como ejemplo la modalidad de la kata, «piensa que si hay 10 competidores, casi todos realizan el mismo ejercicio». La diferencia puede estar «en un gesto, en una buena respiración, en la colocación de un golpe», matices que pueden valer campeonatos.

El cuerpo necesita de un trabajo completo, «no nos podemos olvidar de la flexibilidad, es una parte fundamental para desarrollar los ejercicios de la forma correcta y de ganar espectacularidad y estética en los movimientos». Este tipo de preparación «requiere muchos años de esfuerzo diario y de mantenimiento posterior».

No hay que olvidar la parte mental, «el deporte educa pero hay algunas diferencias». Mientras en el fútbol, «se da más importancia al compañerismo o al juego en equipo», en el kárate «todo lo tienes que hacer por ti mismo, es una disciplina de soledad, de cabeza, en la que la parte psicológica debe estar muy bien trabajada».

Sus 40 karatecas siguen evolucionando en Soria incentivados por una atención mayor a este deporte, un nuevo paso para que las artes marciales sigan creciendo en Soria.