El Pico Frentes pone en marcha la Biblioteca de Herramientas

Nuria Zaragoza
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Un profesor del Pico Frentes pone en marcha la primera Biblioteca deHerramientas de España. Su objetivo, que sea un proyecto provincial

El Pico Frentes pone en marcha la Biblioteca de Herramientas - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Enseñar pero, sobre todo,  aprender. Formar. Informar. Reciclar. O, mejor dicho, reparar. Dar una segunda vida a las cosas que creíamos ya inútiles, acabadas, finitas. Apostar por un consumo responsable. Por la sostenibilidad. Por el medio ambiente. Por el planeta. Plantar cara a la obsolescencia programada. Tomar conciencia frente al cambio climático. Rebelarte a tirar. Apostar por remendar, por desmotar... y montar. Por fabricar. Por sumar. Ofrecer. Compartir. Yhacerlo además de forma más fácil, más barata y, sobre todo, más divertida. Sublevarte ante las desigualdades (sociales). Hacer un envite a la accesibilidad. Sortear el comprar, el poseer, el solo mío. Y apostar por pedir prestado, por repartir, por el nuestro. Emprender. Y, de nuevo, aprender. 

Se podría decir que la Biblioteca de Herramientas Fix Point puesta en marcha por el profesor Alfredo Sánchez López en el Instituto Pico Frentes es, de algún modo, la suma de todo ello. En síntesis, funciona como cualquier biblioteca, pero sin libros. Porque aquí lo que puedes tomar prestadas son herramientas. Taladros, alicates, radiales, tenazas, martillos, llaves... y así hasta «unos 80» útiles y aparatos de potencia. 

Esta idea «loca» de poner en marcha en Soria, en el Pico Frentes, la primera biblioteca de herramientas de España rondaba en la cabeza de este profesor técnico de Formación Profesional desde hace ya algún tiempo, pero la pandemia la impulsó, y aceleró. «En primero del ciclo superior de Mecatrónica, en la asignatura de Sistemas Mecánicos, siempre habíamos trabajado con proyectos grandes. Desmontábamos, montábamos, arreglábamos, cacharreábamos con máquinas de grandes dimensiones por grupos de alumnos. Pero ahora eso no se puede hacer porque los chicos no pueden estar juntos [hay que guardar la distancia de seguridad que impone la pandemia]», rememora sobre el origen de este proyecto al inicio de curso. Para salvar la situación, este profesor especializado en Mecanizado y Mantenimiento de Máquinas valoró alternativas y pensó que la biblioteca de herramientas podía ser una solución y, al mismo tiempo, podía conseguir además «varios objetivos». «En primer lugar, que no estén juntos los alumnos, porque así puede trabajar cada uno en su herramienta;logramos hacer algo que les gusta y algo similar a lo que hacíamos antes;y, además, conseguimos que tenga una utilidad palpable, porque todas las herramientas que arreglan en clase pasan a formar parte de la biblioteca de herramientas, que luego ellos pueden alquilar», explica Sánchez sobre el desarrollo de la iniciativa. De un golpe, tres objetivos:cumplir la parte formativa y las exigencias curriculares, poner en marcha y nutrir la propia biblioteca de herramientas y, a mayores, tomar conciencia medioambiental (y social), ya que todas las herramientas proceden del Punto Limpio de Soria y de una empresa de reciclados, es decir, iban a ser tiradas. Gracias a la intervención de los alumnos, estos útiles ‘de basura’ han logrado serrecuperados y puestos a disposición de la comunidad educativa para su uso, facilitando además que la gente pueda tener acceso a cosas que quizá solo necesita de vez en cuando. «La idea principal es conseguir detener el consumo masivo y aprender a reparar tú mismo», sintetiza su impulsor. 

El Pico Frentes pone en marcha la Biblioteca de HerramientasEl Pico Frentes pone en marcha la Biblioteca de Herramientas - Foto: Eugenio Gutierrez Martinezcómo funciona. De momento, Sánchez ha llegado a acuerdos con el Punto Limpio de Soria y Reciclados de Miguel, que les recogen máquinas estropeadas. El Centro Integrado de Formación Profesional Pico Frentes aporta las instalaciones y el equipo. Y Sánchez y sus alumnos ponen la mano de obra. «Cogen una máquina, la desmontan, buscan el fallo y, si se puede arreglar, se arregla. Que no se puede arreglar, se vuelve a montar y no pasa nada», resume sobre el modo de trabajo, al tiempo que apunta que muchas veces los alumnos se quedan sorprendidos de las cosas que se tiran. «A veces me dicen, ¿pero si era solo que estaba el cable pelado?. Oera solo cambiar una pieza», ejemplifica. 

Todas las herramientas que se arreglan, así como las que había ya en el aula taller y que también se facilita su préstamo, están integradas en una base de datos que actualizan los propios alumnos. Cada herramienta va con su código de barras, de modo que alumnos y profesores lo solicitan, registran el préstamo, y lo pueden sacar del centro, usarlo y devolverlo. Porque, de momento, matiza Sánchez, la biblioteca está abierta solo para el personal del propio centro. 

Dada la filosofía de este proyecto, aquí no se tira nada. O, mejor dicho, solo se tira lo que realmente ya no tiene posibilidad de reutilizar. En este sentido, explica el profesor, en la propia biblioteca se ha hecho una zona de stock donde «lo que no se puede arreglar, se desmonta y separan las piezas». «Tenemos unos cajones con stock para que, si viene otra herramienta del mismo modelo, dispongamos de repuestos. Y, a veces, con tres hacemos una», apunta de forma muy gráfica. Además, este stock les permite a los alumnos fomentar su creatividad e impulsar sus proyectos, y el propio profesor se muestra sorprendido por la «imaginación» que demuestran a diario. «A veces la desarrollan en proyectos alucinantes», asume, al tiempo que insiste en que «todo lo que consiguen es positivo, tanto si arreglan como si no. Que se atrevan, que cacharreen, que, antes de tirarlo, lo intenten». 

Yaún queda una parte más. De todas las piezas que consiguen arreglar y que pasan a la Biblioteca Fix Point realizan «fichas de reparación de las máquinas» que se pueden consultar en la página web del centro (http://cifppicofrentes.centros.educa.jcyl.es/sitio/index.cgi?wid_seccion=43&wid_item=225) y que pueden servir de orientación y guía para otros ‘manitas’. 

«De poco sirve ver mucha teoría si luego no ven ellos una aplicación. Con esto tienen módulo de Dibujo Técnico Industrial, porque van dibujando planos, haciendo despieces de cada máquina que desmontan… Tienen también Procesos de Fabricación, porque hay cosas que van mecanizando para poder arreglar otras;Sistemas Mecánicos, porque van aprendiendo el despiece, la secuencia de desmontaje y montaje; Conexiones Eléctricas (del módulo de Electricidad Electrónica);incluso Iniciativa Emprendedora, porque esto es como una pequeña empresa», resume el profesor sobre la parte curricular a la que se consigue llegar con esta iniciativa. 

Los propios alumnos dan fe del éxito de la idea. «Viene muy bien porque no todos los alumnos pueden acceder a herramientas como llaves, calibres... Aquí podemos alquilarlas sin ningún coste y utilizarlas cuando queramos. Y, en lo que se refiere a clase, es interesante poder arreglar las máquinas y, las que están mal, ver que pueden tener otro uso. Desmontando, arreglando y demás se aprende mucho», apunta  Eduardo Jiménez. Su compañero Daniel Morata añade que «damos vida a herramientas que la gente las suele tirar, a veces por fallos tontos como cambiar unas escobillas. Las cambias y se queda como nueva», felicita. Además, cree especialmente útil la parte de los manuales: «Como vamos paso a paso para desmontar, arreglar y montar, creamos un documento que lo subimos a la web. Está muy bien porque desde tu casa, si tienes la misma herramienta que alguien ha arreglado aquí, te puedes descargar el manual y ver paso a paso lo que tienes que seguir y ver los fallos que puede tener la herramienta y saber arreglarla», justifica.

el reto: abrirlo a soria. Lo que surgió «por necesidad» de adaptar la programación de la asignatura es ya «un servicio» a  mayores que, de momento, solo pueden disfrutar los profesores y alumnos del Pico Frentes. No obstante, Fix Point ha nacido con el objetivo de crecer y, en un futuro, llegar a la población general. «Lo ideal sería abrir un local en Soria para que todo el mundo se favorezca de esto. Porque a veces compras herramientas pero, si se pudieras alquilar, igual se puede evitar ese gasto y, además, favoreces un consumo responsable, evitas la contaminación ambiental...», justifica el impulsor de esta idea. 

En su mente está ya la idea a futuro de poder contar con un local donde poder poner en marcha una biblioteca de herramientas abierta a la población en general y ofrecer allí cursos y clases de bricolaje, fabricación, construcción y uso seguro de herramientas con «personal cualificado». Un sitio donde se pueda aprender, enseñar, crear, estar entretenido, reutilizar (que no es reciclar), ejercitar nuevas habilidades, idear tus propios proyectos y, sobre todo, «intentar arreglar algo que es tuyo y que tienes derecho a internar repararlo». «Porque reparar es sostenible y debería estar al alcance de todos», defiende este profesor comprometido con la formación, y con la sociedad.