Triste desenlace en el Duero

Nuria Zaragoza
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Los GEO localizan el cuerpo del joven de 22 años «a 20 metros» del lugar donde desapareció. El joven llegó a Soria el pasado 27 de enero, derivado desde el programa de Atención Humanitaria. Todo hace indicar que pudo sufrir un «shock» por el frío

Triste desenlace en el Duero - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Ha sido el peor desenlace para el joven de 22 años desaparecido este miércoles en las gélidas y turbias aguas del Duero a su paso por la ciudad, frente a San Polo y en las inmediaciones del ecocentro. Su cuerpo era encontrado apenas 22 horas después de que se diera la voz de alerta por los buzos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional, que se desplazaron desde Guadalajara para apoyar al dispositivo puesto en marcha por los Bomberos, la Policía Nacional y la Policía Local de Soria. Todo parece indicar que un accidente desafortunado, un «shock por el frío» al bañarse en las aguas del Duero «a cinco grados», ha acabado con la vida de este joven procedente del Chad (África) que llegó a Soria hace menos de un mes, el pasado 27 de enero, dentro del programa de Atención Humanitaria. 

Desde la Fundación Cepaim Soria, entidad que gestiona este programa en Soria y que acompañaba al joven en el momento del suceso, se mostraban abatidos tras este trágico desenlace. «Fue una imprudencia y un accidente que le  ha costado la vida a una persona de 22 años. Es dramático, no tenemos palabras.... [...] Para la fundación es una situación muy desagradable, muy dura de gestionar y muy triste. Al final es un accidente pero la parte emocional no te la puedes quitar», reconocía la coordinadora del centro en Soria, Laura García Lamata. 

Sin desvelar ni un solo dato personal del afectado por respeto a su privacidad e intimidad, desde el centro tan solo concretaron que se trata de «una persona derivada por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, dentro de la Dirección General de Inclusión y Atención Humanitaria. Una persona del programa de Atención Humanitaria».  

Este programa, según el Portal de Inmigración del Ministerio, está destinado a «atender el estado de necesidad de las personas inmigrantes en situación de vulnerabilidad debido al deterioro físico y a la carencia de apoyos sociales, familiares y medios económicos y que lleguen a las costas españolas o formen parte de asentamientos que comporten graves riesgos sociales y sanitarios y precisen de programas de actuación inmediata para su subsanación». Según concretó la coordinadora de Cepaim en Soria, se trata de un «programa  de emergencia» que cubre «las necesidades de la persona más básicas (integración, situación jurídica si lo requiere, atención social y sanitaria, manutención, alojamiento, formación en castellano...)» en un régimen de acogida que se prolonga durante tres meses. «Cada persona que llega tiene una trayectoria, pero todas las personas que vienen a España dentro de estos programas son personas que pertenecen a un colectivo muy vulnerable», asumió. 

en soria desde el 27 de enero. Al parecer, el joven habría llegado a España hace dos meses, pero fue remitido a Soria al amparo de este programa hace apenas veinte días. Desde Cepaim explicaron que en el momento del suceso el joven «estaba dando un paseo por el río» en compañía de otros tres integrantes de este programa y de la formadora en castellano. Este tipo de actividades, cabe apuntar, «es una práctica habitual para el conocimiento de los entornos y la contextualización de lo que es Soria como ciudad», ya que se trata, cabe insistir, de un programa de emergencia pero, también, de integración, por lo que es clave el conocimiento del entorno. «Aprovechando que hacía un buen día, se hizo esa actividad. Otros días se visita la Dehesa, el castillo, el río, Valonsadero...», especificó García Lamata. 

En un momento dado, «él y otra persona decidieron meterse en el agua para cruzar a la otra orilla. Uno se dio la vuelta y la otra persona ha fallecido, por circunstancias que de momento desconocemos», añadió, confiando en que las pruebas puedan concretar qué le paso al joven que, apuntó, sabía nadar, si bien «las condiciones del río no eran favorables». 

El «asunto está judicializado» y corresponde ahora la investigación a los funcionarios de Policía Judicial y Científica de Soria, según explicó el comisario del Cuerpo de la Policía Nacional en Soria, Honorio Pérez. No obstante, las primeras hipótesis apuntan ya que pudo deberse a un «shock» por «el frío al meterse en el agua», según apuntó el inspector Pelayo Gayol, jefe de Grupo Operativo y jefe de Especialidad de Buceo del GEO, quien insistió en que, independientemente de que se sepa nadar, «con aguas frías, incluso en gente joven», es peligroso asumir el riesgo.  

un intenso dispositivo. La localización del cuerpo este jueves minutos antes de las 12.00 ponía fin a 22 horas de intensa búsqueda en el río en la que se han volcado los bomberos de Soria y, también, los miembros de la Policía Local y Nacional y donde ha resultado clave la participación de los especialistas del GEO, expertos en este tipo de intervenciones y que lograron recuperar el cuerpo a dos metros y medio de profundidad y a unos 20-25 metros del lugar donde fue visto por última vez. 

El  servicio de emergencias 1-1-2 recibió el aviso a las 13.58 horas del miércoles y en la llamada se alertaba de que un varón de unos 20 años había desaparecido cuando nadaba en el Duero, en la zona de San Prudencio. Con carácter inmediato, personal sanitario, policía Nacional y Local  y los bomberos de Soria se desplazaban al lugar y, tras unos minutos iniciales de dudas, lograban identificar el punto exacto de la desaparición. Los bomberos desplegaban todo el dispositivo a su alcance, una lancha, un dron y la cámara térmica. Además, dos profesionales se adentraban en el río para intentar localizar al joven. Resultó infructuoso al no conseguir el avistamiento en superficie, por lo que desde la Comisaría de Policía Nacional se solicitó el refuerzo del GEO. Cinco miembros de este grupo llegaban a última hora de la noche y, a pesar de que ya no había luz natural, decidían hacer una primera incursión y activar «inmediatamente la alerta del núcleo de buceo de GEO». «Son los momentos más preocupantes y más fáciles de que, en un momento dado, podamos sacar a un desaparecido», justificó el inspector Gayol, quien reconoció que contaban con el «handicap» de que el agua «estaba muy fría, cinco grados escasos, y visibilidad nula». «No hubo suerte», por lo que a las 09.00 horas del jueves volvían al lugar para retomar las labores de búsqueda. «En la primera inmersión, finalizándola ya después de hora y media de búsqueda, se ha localizado, no demasiado lejos del punto de desaparición, a unos 20-25 metros, y a 2,50 metros de profundidad», explica el responsable de la operación, quien descartó que hubiera grandes corrientes, si bien en el fondo la velocidad era de «dos nudos y medio». 

Tanto el comisario como el subdelegado del Gobierno en Soria, Miguel Latorre, y el jefe del parque de bomberos del Ayuntamiento de Soria, Juan Carlos Rodríguez, agradecieron la participación de este «cuerpo de elite» así como la colaboración entre todas las partes implicadas. 

Sobre la repatriación del cuerpo, el comisario apuntó que la Policía está trabajando ya en realizar las comunicaciones con su familia en el Chad. En paralelo, también desde Cepaim se trata de contactar con la familia del joven fallecido.