La campaña llega al ecuador agitada por los debates

Efe
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Los principales candidatos liberan su agenda este fin de semana y se centran en preparar los encuentros en RTVE y Atresmedia, cuya polémica también ha influido en los actos de la primera semana.

La campaña llega al ecuador agitada por los debates

Tras un comienzo de perfil bajo, la campaña electoral ha llegado a su ecuador agitada por la polémica suscitada en torno a los debates en televisión entre los principales candidatos, que este fin de semana han descargado sus agendas para prepararlos. El lunes el encuentro será en RTVE y el martes en Atresmedia. 

Dejando al margen la confusión en torno a la fecha, el formato y el número de debates, ha sido una primera semana de campaña tranquila para la mayoría de los aspirantes a la Moncloa, con menos actos y más reducidos que en ocasiones anteriores.

La excepción ha sido el líder del PP, Pablo Casado. Ha recorrido muchos de los 15.000 kilómetros previstos, en jornadas maratonianas en las que ha visitado once regiones. Sus palabras más duras han sido para el presidente del Gobierno y candidato socialista, Pedro Sánchez, al que ha acusado de patrocinar la sedición o aliarse con proetarras. Confía en la remontada y en que conseguirá "rebatir" todas las  encuestas, que le sitúan, en el peor de los escenarios, con la mitad de los 134 escaños que tiene ahora.

Sánchez es, sin duda, el gran protagonista en el ecuador de esta campaña, al que llega con el reto inesperado de superar dos debates televisivos, tras el revés que supuso para su estrategia que la Junta Electoral no permitiera un debate a cinco bandas con Vox.

Hasta ahora, el líder socialista había optado por una campaña plana, monótona, de "riesgo cero", animado por la victoria que le dan todas las encuestas.

En su entorno aseguran que el ruido que se ha generado no dañará sus intereses electorales, porque este asunto no cala entre los ciudadanos y menos en plena Semana Santa.

En estas siete jornadas de campaña, ha pasado por Dos Hermanas (Sevilla), Castellón, Canarias (Santa Cruz de Tenerife, La Palma y Las Palmas), Leganés (Madrid), Galicia (Orense y Vigo), Baleares (Ibiza y Palma de Mallorca) y Cataluña (Lleida y Badalona).

Tranquilidad inicial también para el candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, quien solo ha tenido seis actos, uno por día, en Madrid, Las Palmas, Eibar (Guipúzcoa), Palma de Mallorca, Nalda (La Rioja) y Valencia, y ha regresado a dormir a su cada de Madrid todos los días.

Lejos de los grandes mítines de las generales de 2015 y 2016, la coalición ha optado por realizar actos en espacios más pequeños y hacerlos cediendo protagonismo a taxistas, camareras de hotel u otros colectivos de la sociedad civil.

Con discursos más cortos y menos agresivos que de costumbre, y con menos energía que en otras ocasiones, Iglesias aún no ha marcado la agenda con propuestas ni con polémicas, ha evitado confrontar con Vox y no ha arremetido contra el PP ni Ciudadanos.

El PSOE ha sido el centro de todas sus críticas -porque no cumple con lo pactado, porque quiere gobernar con Cs y porque no es de izquierdas sino del sistema, según su discurso- pero también el objeto de sus anhelos, pues si una idea ha repetido Iglesias es que quiere estar en un gobierno de coalición con los socialistas.

Menos tranquila ha sido la semana de Albert Rivera, sobre todo a raíz del episodio de hostigamiento a Ciudadanos en Rentería (Guipúzcoa) del pasado domingo, que ha acabado en la Fiscalía.

Por lo demás, Rivera está haciendo una campaña apoyándose mucho en Inés Arrimadas, una pieza clave que el partido está moviendo por toda España convencido de su gran tirón electoral.

También están dando bastante juego los nuevos fichajes de Ciudadanos, como la eurodiputada de UPYD y víctima del terrorismo Maite Pagazaurtundua; al abogado del Estado Edmundo Bal, la activista de etnia gitana Sara Giménez o el exvicepresidente de Coca-Cola, Marcos de Quintos.

Eso ha permitido a Rivera dejar huecos vacíos en su agenda y hacer jornadas menos maratonianas que en las elecciones de 2015 y 2016.

El partido está intentando hacer una campaña menos convencional, con actos como pedir el voto el primer día a través de un holograma.

Los mensajes que más ha repetido su candidato dejan claro que la puerta para Sánchez está cerrada mientras tiende la mano a Casado para formar un ejecutivo de coalición. Y esquiva a Vox, pero no le pone un cordón sanitario.