'Te ayudamos', comida a domicilio para los mayores

Henar Macho
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La empresa adjudicataria del servicio de cocina de la residencia de ancianos de Tardelcuende lleva más de dos años acercando sus menús a siete vecinos dependientes

'Te ayudamos' comida a domicilio para los mayores

Contar con un buen soporte de servicios sociales resulta imprescindible para garantizar la calidad de vida de nuestros mayores, ya que ellos constituyen un grueso nada desdeñable de la población soriana, caracterizada por el progresivo envejecimiento y los cambios demográficos. El 25,52% de los habitantes de Soria tiene 65 años o más, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2019. La tasa de dependencia de la franja de población de esta edad, es decir, la proporción sobre la población en edad de trabajar, es del 41,6%, un punto por encima de la de la tasa de la Comunidad, que se sitúa en el 40,71%.

Así las cosas, cada vez son más las personas mayores en situación de dependencia o con patologías graves que viven en nuestros pueblos y que precisan de ayuda diaria para realizar tareas tan habituales como levantarse de la cama o cocinar. Uno de esos pueblos es Tardelcuende, que cerró 2019 con 431 habitantes, de los que 92 son mayores de 79 años. 

Ante situaciones como estas, lo esencial es que se garantice una atención adecuada a los progenitores dependientes mientras puedan seguir viviendo en su hogar. Nuestro medio rural sigue regalándonos lo mejor de sus gentes y a esta misión contribuyen desde hace más de dos años Javier Pérez y Ana María Hidalgo, propietarios de la empresa Te ayudamos, en su ruta por la citada localidad llevando cada día la comida a siete de sus vecinos. Una labor que realizan «durante todo el año, siempre a la misma hora» y conscientes de que «no les podemos fallar», asevera Javier Pérez. «Empezamos a llevar la comida a domicilio cuando nos pidió el favor el familiar de un vecino mayor del pueblo», continúa explicando el gerente de la empresa, que se ocupa actualmente de realizar los repartos por Soria capital, donde hace dos meses abrieron un nuevo establecimiento. El boca a boca ha hecho el resto. 

En la ciudad cuenta con la ayuda de un cocinero que prepara los menús diarios y su mujer es ahora la que se encarga de seguir atendiendo la residencia en Tardelcuende y a los vecinos en sus casas. El Día de Soria ha realizado con ellos el recorrido habitual. «Después de servir en la residencia la comida que llega en recipientes isotérmicos, conservando su temperatura a 75 grados, preparo las raciones personalizadas», detalla la responsable de Te Ayudamos, que se hizo cargo hace ya diez años del servicio de comedor de la residencia Nuestra Señora del Rosario, en la que viven 32 personas mayores de Tardelcuende. «Me gusta estar con ellos, tratarles, mimarles... y ellos son muy agradables y quiero que estén bien», añade. 

DIETA ESPECIAL. Las dietas adecuadas para personas mayores han de ser nutritivas, para contrarrestar la falta de apetito o las pocas cantidades que ingieren y, además, deben adaptarse a las necesidades y condiciones, por lo que en muchas ocasiones los menús contienen sopas, cremas, pescados y postres blandos, que resulten fáciles de masticar e ingerir. 

En cualquier caso, no hay que perder de vista lo importante que resulta una buena hidratación, ya sea tomando agua o, indirectamente, ingiriendo platos hidratantes. «Hacemos menús adaptados y supervisados por un médico de la residencia», sostiene Javier Pérez, quien explica que todos constan de un primero, un segundo, pan y postre. Estos últimos son habitualmente piezas de fruta, aunque siempre los domingos el cocinero elabora postres especiales como puddin o tarta de queso. 

TRANQUILIDAD. Sobre todo, los familiares valoran «la tranquilidad que le da saber que le llevan el plato de comida a casa y saber que hay alguien que va a verles todos los días», sostiene la encargada de la empresa. Así lo alaban también los propios beneficiarios de este servicio a domicilio. 

Martín, de 84 años, vive solo desde que perdió a su mujer, y su casa es la primera parada de la ruta. «Mi hija está en Madrid y mi hijo en Soria. Vivo solo todavía pero ellos están más conformes con que me hagan la comida calentita y que nos la traigan a la puerta de casa», manifiesta, mientras nos abre las puertas de su hogar donde conserva un auténtico museo de piezas cuidadosamente elaboradas que ha ido coleccionando a lo largo de su vida como herrero del pueblo. En la casa de enfrente viven Eulogio e Irene, un matrimonio que recurre al menú diario salvo cuando viene su hija y les deja la comida hecha. 

Amalia y Julián, ambos octogenarios y sin hijos, cuentan con una ayuda a domicilio, pero según nos cuenta ella, cualquier ayuda es bien recibida en su situación. «Llevo bastón y uso andador también. Cuando tengo que ir al médico a Soria siempre me acercan la comida a casa. Estoy muy contenta... ¡Demasiado que me hacen el favor!», exclama reconociendo la buena mano del cocinero con su sopa de ajos, que califica de «maravillosa». Además, Amalia nos cuenta que le complacen en sus antojos: «Un día le dije que me apetecían unos boquerones y me los trajo». El servicio personalizado a domicilio también tiene en cuenta las preferencias de los comensales. Julián confiesa que no es muy amigo del pescado y que muchas veces le cambian el menú.

Por su parte, Félix y Cruz llevan casi un año utilizando este servicio gratuito. En el pueblo viven cerca de familiares que les asisten y cuentan también con la ayuda de su hija Fabiola, que los atiende tras la última operación de Félix. Ella vive en Zaragoza y manifiesta su satisfacción con la atención que reciben sus padres en Tardelcuende. «En cuanto vi que mi madre no se sujetaba, lo primero que hicimos fue ir a preguntar si llevan comida a domicilio, porque los familiares no podemos estar todos los días con ellos», afirma. Un servicio al que ella también acude en muchas ocasiones. «Yo también les pido a ellos la comida cuando vengo, porque veo que mis padres comen muy bien». Hoy toca coliflor y puré, de primero. «Ellos mientras puedan, quieren seguir en su casa, aunque una vez que no se pueda, tendrán que recurrir a la residencia», comenta la hija del matrimonio que lleva más de 60 años casados. Cruz tiene menor autonomía y confiesa que le asustan las noticias de residencias de personas mayores donde «les atienden mal», a lo que su hija replica que «no todas las residencias son iguales». Los expertos consideran que es aconsejable trasladar al mayor a una residencia cuando padece demencia o deterioro cognitivo, aunque debe ser él mismo quien tome la decisión si su estado de salud lo permite. Como vemos, solo mencionar el tema ya causa susceptibilidad en las familias.

De momento, Félix asegura que están «contentos» con la comida que les trae todos los días Ana María Hidalgo y que las raciones son «generosas» y muchas veces les sobra comida para cenar. «Todas las noches viene una sobrina que hace también comida y  se queda a cenar con nosotros». Ahora cuentan, además, con otra mujer que acude a su casa todo los días y que ayuda a Cruz a meterse en la cama.

El alcalde de la localidad, Ricardo Corredor, manifiesta su conformidad con el servicio que esta empresa presta a los mayores de su pueblo, y que viven en sus casas o se alojan en la residencia. «Es un servicio importante que se da a las personas mayores y yo diría que está al alcance de todo el mundo», comenta. El propio regidor utiliza el servicio cuando las circunstancias lo requieren. «Ya un par de veces hemos recurrido a ello.  He llamado y me han traido la comida, correcta, y ya de paso me sirve para saber cómo están atendidos nuestros abuelos», insite Corredor. 

LEÑA A DOMICILIO. En esta misma línea, el Ayuntamiento de Tardelcuende implantará otras medidas para mejorar los servicios sociales en el pueblo y facilitar la vida de sus vecinos. «A la gente mayor de 80 años le vamos a llevar leña partida y hecha, simplemente para gastarla». algo que podría ponerse en marcha este mismo mes. Según los cálculos del Consistorio, se procederá a movilizar personal y equipos de transporte para hacer llegar unos 2.000 kilogramos de leña a cada familia, «para que no tengan que renunciar a sus estufas de leña y no las cambien», señala el acalde. 

Además, «muy seguido, les vamos a entregar una botella de agua para que, una vez la hayan consumido, la utilicen para echar el aceite usado y pasaremos a recogerlo cada cierto tiempo». El Ayuntamiento ya estudia dónde guardar los restos de aceite. La iniciativa se irá incorporando también para otras clases de residuos que generan los hogares, como el vidrio, el papel o el cartón, excepto las materias orgánicas. «El cartón ya lo probamos hace un par de años, nos va bien», sostiene Corredor, quien añade que «con despojos de poda y de corta triturado elaboramos briquetas de madera».

Una disposición que podría beneficiar a buena parte de los vecinos octogenarios de Tardelcuende, aquellos que vivan en sus casas y conserven las estufas de leña. Aun así, muchas de estas personas se han visto obligadas a cambiar la chimenea por calderas de gas o gasóleo, al no poder ir a por la leña o no tener familiares cercanos que pudieran ir a recogerla. «Vamos a intentar hacer la vida más fácil a la gente que se quede en el pueblo», recalca el alcalde.