La intersección de la carretera SO-100 (Soria-Berlanga) con la CL-116 (Almazán - El Burgo) es un punto negro en las carreteras sorianas. A vista de pájaro, el cruce de estas dos vías con importante tránsito tiene una apariencia de rotonda pero no lo es. La escasa visibilidad en alguno de sus accesos unida al exceso de velocidad de los vehículos que llegan desde Almazán generan peligros durante la conducción ante los que resulta difícil reaccionar. Varios han sido los accidentes mortales ocurridos en este punto, los dos últimos en 2017, con el resultado de dos fallecidos, dos heridos hospitalizados y tres heridos leves. Además, en 2014 se produjo otro accidente con un herido grave. Este mismo mes de agosto se producía otro siniestro en el que, afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas.

A lo que han dado en llamar «la media rotonda» es una demanda sin resolver, causa y origen, según los afectados, de un goteo de accidentes que no cesa. Por ello, piden a los responsables de estos viales, Junta de Castilla y León y Diputación Provincial, la modificación del cruce por una rotonda «real», tal y como ya se hizo en otro tradicional punto negro del polígono de Navalcaballo, precisamente en la misma carretera CL-116. Una rotonda obligaría a que todos los vehículos redujesen su velocidad insiste José Yubero, exconcejal del Ayuntamiento, quien sufrió un accidente allí hace tres años cuando viajaba con su nieta de doce años. «Iba desde Berlanga a Soria, llegué, hice el stop, y venia un camión por la parte de El Burgo de Osma, que es abajo. Esperé a que pasara, vi que no venía detrás ningún coche. Miré para la parte de Almazán, pero el error mío fue que el camión todavía no había desaparecido y al hacer un poquito de curva me tapó la visibilidad del coche que venía de Almazán, que venía fuerte y yo salí despacio», rememora Yubero. Los airbags del coche en el que viabajan mitigaron el golpe que se produjo por el lado derecho del copiloto, donde iba su nieta. Después de aquello hubo un accidente mortal, por lo que pide una solución, ya que el exceso de velocidad, si se trata de camiones, puede causar graves daños personales. El peligro radica en que tienen preferencia los vehículos que circulan por la CL-116 que, tras sortear una curva, enfilan una recta cuesta abajo a «velocidades endiabladas y a veces los que vienen de Soria hacia Berlanga no ven el vehículo hasta que lo tienen encima», comenta otro vecino. Asimismo, los berlangueses hacen frente común a través de una página de Facebook en la que se pueden encontrar crónicas de un siglo de antigüedad cuando se hablaba de tres puntos negros en el término municipal.

medidas. En marzo del pasado año, el Gobierno central, a través de la Dirección General de Tráfico, puso en funcionamiento el bautizado como cruce inteligente en el punto kilométrico 21,5 de la CL-116, para mejorar la seguridad de este punto. La actuación consistió en cinco sistemas de señalización dinámica que avisan de la presencia de vehículos. Cuando se instaló el de Berlanga, ya existían otros cinco intersecciones de este tipo en la Comunidad. El funcionamiento es sencillo. En el momento en que el sistema detecta un vehículo en uno de los ramales de acceso al cruce, se activa un panel luminoso en la vía principal, alertando al conductor que circula de la presencia de vehículos en el cruce. El sistema consta de sensores en la vía secundaria y de señales dinámicas en la principal.

Dada la experiencia, los usuarios no están satisfechos con la medida. Remarcan que no es la solución y alegan que convertir este cruce en una rotonda sería una actuación sencilla y nada costosa. «No creas que se ve mucho, a pleno día con sol», insiste Yubero, en lo que coincide con el alcalde: «Yo no sé si es la respuesta adecuada, habría que hacer una rotonda entera de una vez o quizás en la SO-100 se podría poner alguna señalización más vistosa para que no se saltaran el stop», concluye Barcones.