San Abundio, San Exuperancio, San Gotardo ?que,   sí, es el patrón de la gota, San Babila y muchosmás de nombres imposibles. Estoy en Italia. En la cúpula de San Eustorgio de Milán, hay pintada una Virgen con cuernos y debajo, está la tumba de los Reyes Magos. ¡Vaya tontería! Si los Reyes Magos se hubieran muerto, no podrían llevar regalos a los niños todos los años. Lo de los cuernos,me lo explica una devota: no es la Virgen sino el diablo disfrazado para tentar a un fraile que aparece al lado, San Pedro Mártir al que, normalmente, se le representa con un enorme cuchillo de carnicero clavado en la cabeza.¡Hay que ver lo violenta que es la iconografía católica! En la pinacoteca Ambrosiana, he visto un San Sebastián atado y asesinado a flechazos, un San Lorenzo ardiendo en la parrilla, a Santa Ágata con dos tenazas en los pechos, a Santa Catalina atada a una rueda de pinchos... Por no hablar de escenas horribles de la Pasión de Cristo. Cuanto más bestia era la tortura, más mérito tenían las víctimas y debe ser por eso que salen, en las pinturas, con caras de arrobo y embeleso como si los sufrimientos no fueran con ellos... 
Era parte de la propaganda católica,supongo, así que había muchos niños y niñas que soñaban con el martirologio lo mismo que ahora sueñan con ser influencers. En Mantua,doy con la beata Ossana Andreasi, religiosa dominica, que vivió, en el S.XVI entre ayunos y privaciones desde los 7 años y, como ella, un buen número de monjas italianas de la misma época: Columba de Rieti,Stephane de Quinzanis,Madalena da Trino, Sibillina Biscossi... Algunas tenían visiones; otras,estigmas o las dos cosas seguramente por el hambre y la desnutrición. Todas eran adolescentes anoréxicas pero, entonces, esa enfermedad se consideraba el camino hacia la santidad. Un poco sadomasoquista, ¿no?
Hasta que llegó Caravaggio y empezó a pintar a santos con cara de terror y los pies sucios y una Virgen muerta con la tripa hinchada.Pero no le querían pagar los cuadros.