El futuro de las autoescuelas pasa por incluir en clases contenidos sobre sensibilización ante accidentes, el uso de realidad virtual para la simulación de maniobras de conducción y los vehículos híbridos y eléctricos. Son los objetivos que plantea Andoni Martín Lázaro, presidente de la Asociación de Autoescuelas de Soria y ahora también miembro del nuevo comité ejecutivo de la confederación nacional, como secretario general del equipo del nuevo presidente, Enrique Lorca. Asegura que barrerá para Soria y ya cuenta con profesionales de distintas ramas de la provincia para colaborar con la confederación.

Martín Lázaro aboga por «un cambio en nuestra imagen como sector». «El modelo de negocio de autoescuelas en los últimos 50 años ha cambiado, porque la movilidad no es la misma, así como por cantidad y tipología de usuarios. Hay un cambio en la mentalidad de la sociedad y tenemos que adaptarnos», subraya apostando por la renovación y la actualización. Para él, la tecnología es un reto y también un acicate para el sector. «Hoy hay herramientas tecnológicas que permiten acercarse a un aprendizaje vivencial y experiencial», explica, por lo que la realidad virtual y los simuladores son mecanismos que se van a promover para mejorar la formación y, con ello, la seguridad vial. 

En la parte teórica de la preparación «hay que buscar un modelo formativo más centrado en la sensibilización y la concienciación [abuso de alcohol y drogas al volante], sin olvidar los conocimientos mínimos de conducción». Hace referencia a que los usuarios de los cursos de reeducación tras la pérdida de puntos apuntan la necesidad de ofrecer esta formación cuando se obtiene el carnet: «Educa a los aspirantes y no tendrás que castigar a los conductores». «Son gente que va al curso con la idea de que le han robado puntos o que es un tema de recaudación, pero el 90% [estudio de la Universidad de Valencia] piensa después que serían necesarios para obtener el carnet», apunta el experto.  

modelo formativo. Hay acuerdo general sobre lo necesarios que son los ciclos formativos obligatorios y Martín Lázaro quiere distinguirlos de la teórica obligatoria. «No es necesario que un alumno vaya a un aula para que le expliquen lo que es un semáforo en rojo, se puede estudiar en un manual o una plataforma on line. Pero hay que incidir en la sensibilización y el respeto a la norma, en valores que se explican en clases y se podrían incorporar, por ejemplo, testimonios de personas que han sufrido accidentes», reitera. Para él, la conducción es «percibir, decidir y hacer» y lo último es lo menos relevante en los accidentes, ya que lo vital es la percepción y la decisión para mejorar la seguridad.

Uno de los departamentos que lleva Martín Lázaro es el de I+D+i y una de las líneas de trabajo es que el sector sea un catalizador hacia los vehículos híbridos y eléctricos, a los que debe adaptarse cada perfil de conductor.  Por ello, cree que las autoescuelas deben contar con una parte de formación diferenciada para estos vehículos y «potenciar su proceso de inserción a la sociedad». La confederación trabaja para que las autoescuelas tengan una ayuda de la administración para poder contar con estos vehículos. Además, se apuesta, igualmente, por solucionar el código 78 del permiso y seguir el ejemplo de países como Alemania, Austria y Francia sobre híbridos y automáticos. Otra reivindicación es contar con más examinadores (unos 80), para atender a 750.000 aspirantes a conductores al año en España.