"Las medidas del Gobierno no dan solución a esta tierra"

Nuria Zaragoza
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Las organizaciones urgen «una legislación donde trabajemos todos con las mismas condiciones de juego», en alusión a los requisitos que se exigen al sector en España frente a los de otros países importadores

"Las medidas del Gobierno no dan solución a esta tierra" - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, presentaba a finales de febrero la respuesta del Gobierno para atender «la mayoría de las reivindicaciones» planteadas por las organizaciones agrarias. Un paquete de medidas aprobado a través de real decreto que venía a tratar de paliar los problemas del sector. La decisión, sin embargo, no parece convencer a los agricultores y ganaderos sorianos, que siguen en pie de guerra y esta semana sacaban sus tractores a la calle. El presidente de Asaja Soria, Carmelo Gómez, el secretario de UPA Soria, Raúl Ramírez, y el portavoz de Coag Soria, Alfredo Cabrerizo, analizan la situación del campo soriano.  

¿En qué falla el paquete de medidas  del Gobierno para que se mantenga la movilización en la calle?

Carmelo Gómez (Asaja):Desde el punto de vista de la agricultura y la ganadería que tenemos en Soria, esas medidas dejan mucho que desear. A nuestra agricultura no le ha dado ninguna solución porque temas como la cadena de valor, los salarios, las peonadas... no nos afectan para nada. Nosotros estamos trabajando con los precios de hace 30 años en nuestros productos, pero no así en los productos que compramos (maquinaria, herbicidas, abonos...). Lo que consumimos ha subido año a año pero lo que nosotros producimos no. 

Es cierto que recibimos un 33% de ayudas PAC y por eso también estamos preocupados por la PAC que va a venir, pero hay que dejar claro que esas ayudas son para la pérdida de renta agraria porque, si al agricultor y al ganadero le pagaran realmente lo que cuesta producir sus productos, la cesta de la compra estaría disparada.  

Raúl Ramírez (UPA):Esas medidas no son para esta tierra, son para la Huerta Valenciana, las fresas de Huelva... de Madrid para abajo. Son ayudas de regadíos y son ayudas que realmente no van a fijar población en las tierras sorianas. 

Alfredo Cabrerizo (Coag):La explotación soriana sigue más o menos una línea: agricultor y ganadero autónomo dedicado a la producción de cereal destino pienso. Estas medidas no afectan a los precios del sector cerealista y, por tanto, no afectan al agricultor y ganadero soriano. 

Otras medidas como el aumento de la subvención de los seguros agrarios es cierto que, si bien hay un incremento de la cantidad de dinero, va a ir acompañado también seguramente por una obligatoriedad de contratación a todos los agricultores. Y está claro que si en una cesta hay una docena de huevos y somos cuatro, tocamos a tres, pero si nos obligan a todos a hacer el seguro, esa cantidad se divide. Así que, aunque aumente la cantidad, cada agricultor recibirá menos.

Han tenido varias reuniones a diferentes niveles, incluos a nivel provincial. ¿No han servido para nada?

R.R.:Nos hemos reunido con la Subdelegación, con la Junta... y les hemos trasladado nuestras inquietudes. Como ya llevamos muchos años sabemos lo que ocurre: se suele decir «oídas las organizaciones» pero eso no significa escuchadas. De aquí a llegar a poner realmente alguna cuestión que nos dé una liquidez o una solución a los problemas hay un gran paso. Somos muy escépticos. El problema es que los políticos, sean del color que sean, no están haciendo caso a las reivindicaciones, y hay un problema muy serio de futuro en el campo. 

El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, respaldan sus protestas y, de hecho, les animan a que «aprieten para defender sus derechos». ¿Cómo encajan estas declaraciones?

C. G.: [Risas] Es demagogia barata y es una tomadura de pelo que un ministro nos venga diciendo eso cuando él puede actuar en el Consejo de Ministros y apretar él allí. Lo podemos interpretar como:hacer y decir lo que queráis, que nosotros vamos a hacer lo que nos dé la gana. 

Además, en otras ocasiones quizá los vicepresidentes no han tenido tanta fuerza como tiene él. Si de verdad quiere apoyar al sector lo que tiene que hacer es luchar y decir al presidente del Gobierno lo que tiene que hacer, no hacer demagogia barata. 

A. C.:A los agricultores y ganaderos ya no nos sirven las declaraciones de cara a la galería. El movimiento se demuestra andando, no con frases que solo sirven para hacer titulares. 

R.R.:Es que queda muy bonito... Es como cuando dicen que han subido el sueldo mínimo. Será vergonzoso en otras zonas del país pero aquí los pocos que tenemos trabajadores en el campo no cobran el sueldo mínimo, se cobra un sueldo bastante digno. Esas cuestiones son para mejorar su imagen de Madrid para abajo. 

C. G.: El tema de las peonadas además yo lo veo de otra manera. Porque el señor que va a cobrar unas peonadas es un asalariado y no expone nada más que su mano de obra, como el que va a una fábrica. A él le garantizan un sueldo mínimo, lo que a nosotros, como autónomos, no. Mi idea es que nos garanticen un precio mínimo de nuestros productos, porque es nuestro sueldo.  

Los sindicatos de clase, como UGTy CC.OO., han luchado por un sueldo base y lo veo muy bien porque, además, como dice Raúl, esa guerra no es la nuestra ya que aquí hay poco asalariado y quizá dobla el sueldo base. Pero, a nosotros, ¿quién nos garantiza una renta mínima?

El punto clave de sus reivindicaciones es la falta de unos precios justos. El sector al final es víctima de una especie de ‘tormenta perfecta’ que incluye caída de precios, guerras comerciales, subida de costes… ¿Cómo se puede encajar todo para buscar una solución?

A. C.:La solución es muy difícil porque tiene que venir de la mano de la administración. Tiene que venir legislado porque estamos en manos de las grandes multinacionales, el mercado es global y los precios se están fijando de una manera a nivel mundial. 

Tenemos que tener en cuenta muchos factores como, por ejemplo, que en Argentina -uno de los puntos que nos traen cereal- o Turquía -que nos traen ganado- están produciendo de una forma que para nosotros es completamente imposible porque no nos dejan. Ellos utilizan unos tratamientos que permiten tener unas producciones mucho más altas. Y lo mismo ocurre a la hora de contratar, en esos países no se controla nada y la mano de obra es mucho más barata. Pero, si nosotros aquí utilizáramos esos productos, esos tratamientos, esa contratación... tendríamos sanción.  

Por otra parte, no termino de entender cómo a la sociedad se le llena la boca diciendo que hay que tener unos productos sanos y, luego, nosotros hacemos esos productos sanos que, obviamente, son más caros, y te encuentras con que lo que busca la sociedad en los lineales es el precio más barato. Y ahí no podemos competir. Porque de los países extranjeros vienen los productos de cualquier manera... pero más baratos. 

A. C.:Lo que defendemos es jugar todos con las mismas cartas. No queremos jugar con las cartas de ellos, queremos que otros productores jueguen con las mismas cartas que nosotros. 

El soriano está muy comprometido con los animales, con la producción ecológica, con la no contaminación... Cumplimos todo a rajatabla.

C.G.: No nos queda más remedio, porque si no hay sanciones.

A. C.: Pero nadie se plantea las condiciones de producción -incluso las laborales- que hay aquí y las que hay en Argentina, Marruecos... Allí muchas veces son condiciones nocivas para el medio ambiente, en algunos casos hasta para los propios trabajadores, y utilizan sustancias que aquí están prohibidas porque, en teoría y según estudios, son nocivas. Pero allí no se preocupan de cómo se produce, se preocupan de que el precio en el que venga aquí sea más barato. 

R.R.:La sociedad tiene que tener muy claro la importancia de los etiquetados de los productos que llegan a los lineales, para que se vea muy claro el origen y los añadidos que llevan. Esa diferenciación es lo que nos puede hacer sobrevivir a los del mundo occidental europeo. 

Entre las medidas aprobadas por el Gobierno está la prohibición de vender a pérdidas. ¿No creen en ello?

R.R.:Eso es falso, lo tengo claro. A pérdidas ¿de qué? ¿del precio de Argentina? ¿de productos donde no se cumplen los condicionantes que se cumplen en Europa? Hay empresas españolas con capital español que ya les han hecho el gran favor de que producen allí y lo traen aquí, pero a esos señores hay que obligarles a que, aunque su nombre sea español, vengan claramente con el origen de producción:Argelia, Marruecos... y con los condicionantes fitosanitarios de allí, algo que no se está cumpliendo, y la culpa es del Gobierno, no las Comunidades Autónomas.

C. G.: El vender a pérdidas...

A. C.:...en nuestro caso es casi habitual. C. G.: La ley dice que va a regular eso pero va a regular los productos españoles, es decir, a mí nadie me dice que unas naranjas de Marruecos, de Sudáfrica o de donde sea vengan por debajo de los costes. Y si en un supermercado pones unas naranjas a un euro y otras a 30 céntimos, el ama de casa se va a ir a comprar las de 30. Por lo tanto, es un arma de doble fijo que no terminamos de entender. Y esto para los cereales aún es más difícil. 

A. C.:Al final va a regular el mercado y la producción española, no la que viene de otros mercados. ¿Cuándo se vende a pérdidas? ¿Cuándo se vende al precio de producción de España o al coste de producción de cualquier otro país que no cumple -no está obligado a cumplir- una normativa?

R.R.:Ahora en la televisión los grandes grupos se dedican a vender que, en vez de grandes vaquerías, compran leche en granjitas pequeñas. Venden que son de la tierra, cuando realmente no es un producto de aquí. En el tema lácteo que lo conozco desde hace muchos años habría que ver la cantidad de litros que entran de los Pirineos para arriba y se venden como leche española. Ahora nos venden lo de la explotación familiar pero ¿quién me dice a mí que yo no puedo tener una explotación familiar de 5.000 vacas? Nos quieren ganar el terreno y tenemos que tener mucho cuidado. 

¿Ha desaparecido la explotación familiar en el sector primario?

C. G.: La explotación familiar como tal se la han cargado hace muchos años. Antes había vacas, ovejas, cerdos... en todos los pueblos y, en cualquier familia, con unas pocas tierras y un poco de ganado, se vivía y se sacaba adelante a los hijos. Pero, de repente, eso no era rentable, no era saludable... 

En el tema del porcino, por ejemplo, montaron una gran explotación que tenemos encima de San Saturio y nos hicieron a todos quitar las pequeñas explotaciones que había en los pueblos. Había que hacerlo a lo grande y las administraciones solo ponían trabas a los pequeños. Claro, es una forma de controlar la producción, de que el producto sea más barato, y que para vivir en vez de 50 animales necesites 200. Eso lo han hecho así y ahora nos echamos las manos a la cabeza de lo que está pasando. Y eso ha traído además la despoblación...

¿Es el momento de un cambio de modelo en el sector?

R.R.:No, un cambio de modelo es muy complicado. Para empezar, porque Occidente no marca las pautas. 

A. C.:La sociedad es la sociedad. 

R.R.:Los precios en el cereal nos los marcan desde Chicago o desde París. Esa gente que tiene tanto poder económico, porque son la Bolsa...

A. C.:... es gente que no se dedica realmente a producir, sino a cambiar el dinero de mano...

R.R.:... esa gente no tiene marcha atrás y, entonces, vamos a ver cómo encajamos lo menos mal posible. 

C. G.: Hoy los gobiernos los quitan y los ponen las grandes multinacionales, el capital. Antes había una pirámide con la base que eran los plebeyos y, arriba, el rey. Hoy en día es igual pero en la base está el trabajador y, arriba, el capital. Hemos avanzado muy poco. ¿Se vive más cómodo? Pues quizá sí, pero entre comillas, porque estamos siempre enganchados a créditos y demás y, desgraciadamente, el capital es el que decide.