El truco fallido de no encajar

Diego Izco
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Al 'mago' Zidane rara vez se le ven las 'trampas', pero su método solo funciona mientras el Real Madrid marque, por lo menos, un gol. Vidal, el chileno que 'estropea' el estilo... y lleva cinco goles en cinco remates

El truco fallido de no encajar - Foto: Oscar J. Barroso / AFP7 / Europa

El gol es el rey de todo este juego. Un tirano que penaliza a quien no le paga tributo. No hay otra forma de ganar partidos: victorias morales, casi remontadas, empates con lectura positiva, cerocerismo brillante en lo táctico... La nada. Puede que un miserable 1-0 haya sido peor partido que un apasionante 4-4... pero te dará dos puntos más. 

Ese es el truco de prestidigitación y magia psicológica que Zidane está ejecutando sobre el madridismo esta temporada. De repente se ha inventado a Valverde (quería a Pogba) y el uruguayo se ha colocado junto al intocable Casemiro, junto a Courtois y Benzema los únicos realmente intocables del equipo. De esta guisa, ha colado de matute a seis tipos de corte defensivo sobre el tapete, porque la idea única, consciente de que al equipo le falta gol, es no encajar. Pero ese truco funciona solo si marcas. De lo contrario, te pillan las trampas:el Madrid tiene fútbol y método, pero, sin gol, no obtendrá premio. Nadie levantó jamás el título de ‘más remates a puerta’. 

Excelso Vidal

Para ese barcelonismo pulcro y pijo, Arturo Vidal es un mal garabato en un lienzo de corte clásico. Algo que no encaja. Y, sin embargo, tiene la capacidad de trabajo que pocos atesoran en ese vestuario, disfruta de un balón dividido como un niño de un caramelo... y añade una estadística asombrosa: ha rematado cinco veces a puerta y a festejado cinco goles. Es un tipo como ‘algo especial’ más allá del corte de pelo: si el éxito del Barça depende de tener contentos a los guapos, Messi sobre todos ellos, obreros de lujo tienen que dar las paladas. 

el partidazo. Futbolistas como Odegaard trazan hipotenusas de lujo y futbolistas como el Chimy Ávila recuerdan a los niños que todo es posible si no dejas de intentarlo. El Osasuna-Real Sociedad fue un homenaje al fútbol global: de toque o directo, de precisión o de rabia, calculado o caótico, fino o eléctrico. Un 3-4 que pudo ser 6-5 o 5-7. Una gozada impredecible, raro en el fútbol prefabricado de hoy, jugada a tumba abierta.